Por Claudio Zlotnik
En
su segundo día de flotación libre frente al dólar, ayer la moneda brasileña el
real se devaluó otro 10 por ciento y cerró en las 1,59 unidades por dólar. De
esta manera, el real acumula una desvalorización del 23,8 por ciento desde que el último
miércoles el gobierno de Fernando Henrique Cardoso inició el camino hacia la libertad
cambiaria, acentuando los efectos negativos sobre la economía argentina. Anoche, además,
el Banco Central de Brasil elevó la tasa de interés con la cual los bancos se
refinancian, del 36 al 41 por ciento anual.
Bien temprano, a las 8 (hora argentina), el flamante presidente del BC brasileño,
Francisco Lopes, anunció que, de ahora en más, el real va a flotar libremente respecto
de la moneda estadounidense. Mediante un escueto comunicado, el funcionario estableció,
no obstante, que la autoridad monetaria podrá intervenir en los mercados
ocasionalmente y en forma limitada para evitar bruscas oscilaciones en la
cotización del real. En la city porteña se especulaba que, en efecto, el organismo
rector actuó ayer en el mercado para que el real no se desvalorizara más allá de 1,60
unidades por dólar. No tenemos una banda oculta. La intervención del Banco Central
en los mercados cambiarios será sólo ocasional y para hacer frente a condiciones
desordenadas, enfatizó anoche Malan desde Washington minutos antes de entrevistarse
con el titular de la Reserva Federal (banca central estadounidense), Alan Greenspan.
La necesidad de elevar las tasas de interés fue uno de los puntos que la plana mayor del
Fondo Monetario le pidió a Malan durante la serie de reuniones que mantuvieron durante el
fin de semana y ayer. Según la perspectiva de los técnicos, un nivel alto de tasas
desestimaría cualquier atisbo inflacionario. Preservar la baja inflación es
esencial en estos momentos para Brasil, declaró ayer Michel Camdessus después de
encontrarse con el ministro brasileño. Las tasas de interés altas desalentarán el
consumo interno y, por lo tanto, una disparada inflacionaria que pondría al país vecino
al borde de la híper. Además, un incremento de los precios internos licuaría parte de
la devaluación del real.
Si desde el punto de vista brasileño, la devaluación del real reaviva el fantasma de la
inflación, desde el lado argentino la continua desvalorización de la moneda brasileña
hace perder competitividad a la economía. Cada vez que el real pierde valor, a las
compañías locales les resulta más complicado colocar sus productos en el mercado del
socio en el Mercosur. Por eso, los industriales de la UIA le está reclamando a Roque
Fernández medidas excepcionales para amortiguar el parate productivo.
Malan, que el viernes pasado había aplaudido la cotización del real a 1,43 unidades por
dólar, minimizó el hecho que ayer las pizarras marcaron el cierre a 1,59, lo que
equivale a una devaluación adicional del 10 por ciento en un solo día. Por el contrario,
aseguró que la crisis en Brasil no terminará como el tequilazo del 94, cuando
México también confió en el mercado el valor del peso. No existe ese
riesgo, aventuró el ministro. Malan, además, descartó la posibilidad de
implementar un Plan de Convertibilidad y que se fijen nuevas bandas de flotación del
real.
Un frente de deudores
Siete gobernadores de la oposición reclamaron ayer al gobierno central de Fernando
Henrique Cardoso la renegociación de sus deudas y le dieron plazo hasta el 5 de febrero
para darles una respuesta. Si para esa fecha no tienen una satisfacción a la demanda,
volverán a reunirse para decidir un camino en común. Reunidos en Belo Horizonte, el
grupo se solidarizó con el mandatario de Minas Gerais, Itamar Franco, quien al declarar
una moratoria de su deuda el pasado 6 de enero desató la crisis financiera y un ataque
impiadoso contra el real. Ronaldo Lessa, gobernador de Alagoas, adelantó ayer antes de
participar del encuentro que su gobierno no podrá hacer frente a un tramo de la deuda con
el gobierno federal, que debía pagar entre junio y diciembre del año pasado. No
tengo dinero, no es la declaración de una moratoria, es falta de dinero, se atajó.
Alagoas es un estado del nordeste y es considerado entre los más pobres del país. La
deuda exigible alcanza apenas a 21 millones de dólares.
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A LA BOLSA LOCAL YA NO LA SEDUCE TANTO EL
VECINO
De la euforia a la inquietud
La
situación económica en Brasil volvió a despertar preocupaciones entre los inversores
locales. Después de la espectacular alza del último viernes, en medio de la euforia de
los financistas, ayer las acciones líderes cayeron en promedio el 2,3 por ciento. La
nueva devaluación del real del 10 por ciento abrió interrogantes en el
recinto bursátil porteño, con los operadores calculando la magnitud que la continua
desvalorización de la moneda brasileña tendrá en los balances de las compañías,
especialmente aquellas que le venden al país vecino.
Con la caída de ayer, el índice de acciones líderes MerVal acumula una baja del 13,1
por ciento en lo que va de enero, a pesar de que el último viernes se anotó una mejora
del 12,3 por ciento. En tanto, la Bolsa de San Pablo avanzó ayer 5,4 por ciento, aunque
ese recorrido positivo es engañoso. Si se toma la devaluación del real de ayer, los
papeles empresarios brasileños perdieron en promedio el 4,6 por ciento de su valor medido
en dólares.
En Buenos Aires, Siderar (+ 5,6%) y la petrolera Astra (+ 3,7%) fueron las de mejor
desempeño durante la sesión. Por el contrario, las que más cayeron fueron Alpargatas (-
9,7%); Bansud (- 6,5%) y Acindar (- 5,6%). Por su parte, los Bonos Previsionales mostraron
mermas de entre 1 y 2 por ciento. El feriado en Estados Unidos terminó de replegar a los
financistas: apenas se pactaron negocios por 12 millones de pesos, contra los 44 millones
del viernes pasado. La Bolsa porteña fue la única de la región que ayer terminó con
signo negativo.
Luis Alvarez, el secretario del Mercado de Valores, dio una pista de las jornadas
volátiles que podrían vivirse en los mercados en las próximas semanas debido a la
incertidumbre que genera la economía brasileña. En momentos como éste, la gente
debe actuar con la mayor calma posible y no debe dejarse llevar por impulsos,
señaló en conferencia de prensa.
Las turbulencias en Brasil también se reflejaron en el nivel de la tasa interbancaria
(call), que en su denominación en pesos trepó al 11 por ciento anual.
SUBEN TASAS PARA FRENAR PRECIOS
El cuco de la inflación
El
oficialismo, industriales y economistas independientes de Brasil se aferran a la idea de
que la inflación que provoque la devaluación del 20 por ciento en la última semana no
superará el 6 ó 7 por ciento durante este año. No permitiremos que se aproveche
el momento económico actual para poner en práctica precios abusivos, advirtió el
presidente Henrique Cardoso, al tiempo que el presidente de la Federación de Industrias
de San Pablo (Fiesp), Horacio Lafer Piva, indicó que una vuelta a la indexación
sería fatal.
El Banco Central adoptó ayer urgentemente la decisión de subir las tasas de
refinanciación para los bancos, como forma de desalentar el consumo y frenar la tendencia
inflacionaria por suba de costos (insumos importados). El efecto perverso será que se
acentúa la recesión de la economía. Pedro Malan, ministro de Hacienda, había
anticipado esa decisión desde Washington, y el Consejo de Política Monetaria del BC
adelantó para ayer la reunión prevista para el 27 de enero próximo. Según el ministro,
la suba será transitoria hasta tanto el Congreso vote el programa de ajuste fiscal y se
restablezca la confianza del mercado en el plan económico.
Tenemos que impedir que se aprovechen de esta situación para aplicar precios
abusivos; el poder adquisitivo del trabajador será la niña de los ojos del
gobierno, aseguró Cardoso. De todos modos, se descuenta que el sector laboral
pagará un alto costo por el ajuste. El desempleo, que oficialmente registra una tasa del
8 por ciento, se iría a entre 10 y 11 por ciento. Algunos analistas estiman que un 40 por
ciento de la población económicamente activa obtiene sus ingresos en el sector informal,
ganándose la vida como lustrabotas, vendiendo goma de mascar en las calles o limpiando
parabrisas de los autos en los semáforos.
MENOR DEMANDA Y AJUSTES EN RIO
Los aumentos en vidriera
El
mercado interno brasileño ya empezó a sentir los efectos de la devaluación de su
moneda. Los comercios comenzaron a reflejar en sus vidrieras, durante el fin de semana,
los primeros aumentos de precios, en particular en los productos importados. Para los
consumidores, el cambio de política cambiaria representa una pérdida directa en su poder
adquisitivo.
En el primer fin de semana después de la devaluación, muchos ciudadanos ni siquiera
pisaron las tiendas. El comercio de Río estimó que las ventas habían caído un 30 por
ciento en relación con el fin de semana pasado. Los clientes están asustados y
además no entienden los últimos cambios de la economía, señaló el propietario
de un local de un importante centro comercial. Desde este último fin de semana,
prácticamente desaparecieron las compras a plazo y los pagos con tarjeta de crédito, ya
que el valor del real al momento que los comerciantes puedan hacer efectivo el
cobro- es a partir de ahora imprevisible.
La devaluación les cambiará los hábitos de consumo a los brasileños, acostumbrados en
los últimos tres años a partir de la consolidación del Plan Real a la
compra de productos importados. Chocolates suizos, vino francés y verduras argentinas
formaban parte de la dieta de, al menos, un sector de ingresos acomodados.
Pero también se verán afectados los hábitos vacacionales, ya que quienes viajen
deberán rebajar sus presupuestos en función de la desvalorización de su moneda. Peor
será la cosa para quienes acaban de volver de sus vacaciones en el exterior: cuando
reciban las liquidaciones de sus tarjetas de crédito, encontrarán que la transformación
de los dólares gastados en reales les resultará un 31 por ciento más caro de lo
previsto.
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