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Roque Fernández no quiere mostrar las cartas de su plan anticrisis

Aunque Roque Fernández relativizó la posibilidad de aplicar medidas compensatorias por la devaluación del real, este será el tema de la reunión de hoy de gabinete económico. Pablo Guidotti, ideó la propuesta y la conversó con el FMI.

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Por Maximiliano Montenegro

t.gif (67 bytes)  Roque Fernández se preocupó ayer por relativizar la posibilidad de aplicar medidas para contrarrestar el impacto de la devaluación del real sobre la producción local. Sin embargo, hoy este será el tema de la reunión de gabinete económico. El viceministro, Pablo Guidotti, es quien ideó la propuesta, anticipada por Página/12, y la conversó con el FMI. "La idea existe y es tal cual la publicaron. Pero Roque no va a mostrar una carta cuando todavía no se sabe cuál será el efecto de la devaluación. Además, no quiere quedar preso del lobby de la UIA", le dijo a este diario una alta fuente del Palacio de Hacienda.

Durante la reunión que mantuvo por la tarde con los dirigentes de la Unión Industrial, Roque dijo "ni" a los planteos de mayor protección arancelaria de los empresarios (ver aparte). Por la mañana, el ministro midió cada una de sus declaraciones: "En forma inminente, generalizada, no estamos pensando en nada. Lo que sí vamos a estar muy atentos para ver cuáles son las consecuencias de la devaluación sobre la economía argentina", afirmó. Y agregó que "de existir daño sectorial comprobado, tenemos que sentarnos (con Brasil) a hablar para ver qué medida de política comercial se puede consensuar para transitar lo que sería un período de transición".

La cautela de Roque, según explican en Economía, responde a varios motivos. Primero, no quiere revelar un plan de acción cuando todavía no se sabe cuál será la devaluación real de la moneda brasileña. Segundo, teme abrir una puerta por la que se cuele una avalancha de reclamos de la UIA.

Tercero, considera clave consensuar las medidas con Brasil y los otros socios del Mercosur, y en consecuencia prefiere no hacer olas hasta llegar a la mesa de negociación.

Guidotti, quien hoy regresa de un fin de semana largo en Punta del Este, impulsará la propuesta adelantada por este diario. El plan contempla, al menos, dos alternativas. Una es aplicar un impuesto a las importaciones argentinas por un monto similar a la devaluación real del real (la devaluación nominal menos la suba de precios internos) y, con los fondos recaudados, subsidiar las exportaciones argentinas orientadas a Brasil. El viceministro cree que, de prosperar esta fórmula, el impuesto sobre las importaciones debería ser generalizado, sin distinción entre sectores, para no dar lugar al favoritismo.

La otra alternativa es que Brasil fije retenciones (un impuesto) a sus exportaciones destinadas al Mercosur. En uno u otro caso, para instrumentar la medida tendría que esperarse como mínimo un mes para conocer la evolución de los precios en Brasil y, a partir de allí, saber cuál fue la devaluación real.

Una tercera posibilidad, la más light de todas ya que es muy difícil de monitorear, sería solicitar a Brasil que abandone la política de subsidios y reembolsos de las exportaciones orientadas al Mercosur. Pero esto es algo que el gobierno argentino viene reclamando hace tiempo, sin haber obtenido una respuesta positiva de Brasilia.

El argumento de Economía para negociar con el socio mayor será que no es viable un acuerdo como el Mercosur con Argentina con el peso fijo con el dólar, mientras Brasil deja flotar libremente el real. Pero también esgrimen fundamentos técnicos para justificar este giro "proteccionista": dicen que cuando hay una gran devaluación nominal, como la que instrumentó Brasil, los precios del comercio no reflejan la productividad de cada economía y que entonces se imponen medidas compensatorias.

Guidotti le encomendó al secretario de Programación, Rogelio Frigerio, que empezara un estudio pormenorizado del impacto de la devaluación del real sobre los sectores productivos locales. El informe deberá estar listo en las próximas dos o tres semanas y será un elemento decisivo para determinar el curso de acción a seguir. De hecho, ayer por la noche, en declaraciones a la agencia Reuters, Frigerio reconoció que ya mantuvo contactos con funcionarios económicos de Uruguay y Paraguay para hablar de eventuales políticas compensatorias contra Brasil: "La idea sería aislar a los países del Mercosur de las modificaciones unilaterales de los tipos de cambio nominal, que producen cambios en la competitividad", afirmó.


ASI RESPONDIO ROQUE A LA UNION INDUSTRIAL
Ni que sí ni que no

 

Por David Cufré

t.gif (862 bytes) La única promesa que Roque Fernández hizo ayer a la Unión Industrial Argentina fue que en los próximos días Carlos Menem firmará el decreto para reducir al 6 por ciento los aranceles de importación de bienes de capital. La medida había sido prometida el año pasado, en respuesta al reclamo de los empresarios por la pérdida de competitividad que sufrieron a raíz de la crisis. Para los industriales, en este momento, esa disminución de aranceles resulta un paliativo menor, pero fue lo único concreto que pudieron llevarse del encuentro con el ministro. Roque se limitó a escuchar el informe que presentaron los empresarios sobre cómo repercutirá en la producción la devaluación brasileña, y esquivó dar definiciones sobre los próximos pasos a seguir por el equipo económico.

De todos modos, el jefe del Palacio de Hacienda ofreció un nuevo encuentro para mañana, a fin de que la UIA acerque estimaciones más detalladas, sector por sector, del posible impacto de la crisis. En ese documento, los industriales también puntualizarán cuáles son las acciones que debería tomar el Gobierno. Roque se comprometió a estudiar las propuestas y, en base a ellas, definir la posición del Gobierno en sus negociaciones con Brasil.

El secretario de Industria, Alieto Guadagni, viajará el domingo a Brasil a entrevistarse con su par de ese país, Celso Lafer. Allí se empezará a analizar la posibilidad de aplicar medidas compensatorias para contener la temida avalancha de importaciones del principal socio del Mercosur (ver aparte). "Antes de tomar ninguna medida, necesitamos conocer qué hará el gobierno brasileño para superar este momento", les comentó Roque a los industriales, quienes temen que el Gobierno demore demasiado en decidir una suba de aranceles.

Esa fue una de las demandas que presentó Alberto Alvarez Gaiani, titular de la UIA, según él mismo comentó al finalizar el encuentro. A la vez, pidió que se agilice la aplicación de medidas antidumping, para evitar el ingreso de mercaderías subvaluadas desde el país vecino. Si bien Roque no dio una respuesta precisa, se mostró receptivo a esa solicitud. En cambio, no estaría dispuesto a satisfacer otro de los reclamos principales de la central fabril: que se reduzcan inmediatamente los impuestos al trabajo para los productores de bienes transables, a cambio de postergar esa disminución de impuestos al sector servicios. Por otra parte, se comprometió a acelerar la devolución de impuestos a los exportadores, en la medida que lo permitan las cuentas fiscales.

"No cabe duda de que la crisis brasileña afectará a la economía real argentina y, por consiguiente, al empleo", advirtió Alvarez Gaiani, quien se manifestó "optimista por la recepción que tuvimos del ministro a nuestros planteos". Sin embargo, señaló que "ahora habrá que ver cómo se encara la negociación con Brasil y qué es lo que se puede hacer".

Por la mañana, el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Alfredo Morelli, recibió a la Cámara de Exportadores. "Le dijimos que éste es el principio de un proceso que no sabemos dónde va a terminar, pero que tendrá efectos muy serios, no sólo para las exportaciones e importaciones que vienen desde Brasil, sino también en el aspecto financiero y en las expectativas de los consumidores", comentó Alberto de la Carrera, vicepresidente de ese nucleamiento empresario.

 

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