Por Laura Vales
El
ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, León Arslanian, reveló la existencia de
archivos de la represión que permiten reconstruir cómo se financiaron los centros
clandestinos de detención que funcionaron en la provincia durante la dictadura militar.
Los documentos fueron descubiertos en dependencias de la policía provincial hace más de
un año y medio, y desde entonces un grupo integrado por miembros de la APDH, el equipo de
Antropología Forense y hombres del Ministerio de Justicia trabaja para clasificarlos y
sistematizarlos.
“Son pedidos de fondos que ayudan a entender de dónde salía la comida para los
desaparecidos, cómo se sostenía económicamente el traslado de los secuestrados y de
qué manera se pagaron los sueldos de los represores”, explicó el vicepresidente de
la APDH, Simón Lázara. “Estaban guardados en cajas, dentro de un armario en una
habitación cerrada. A partir de su hallazgo comenzó un lento proceso para organizarlos,
porque eran papeles sueltos, pero allí quedaron las huellas del crimen”. Lázara
confirmó también que se encontraron archivos referidos a órdenes de captura firmadas
por “el ex jefe de la policía Ramón Camps y otros militares a cargo de los comandos
de zona”.
La documentación ya procesada fue entregada a la Cámara Federal de La Plata, que
investiga el destino final de quienes fueron desaparecidos en el sur de la provincia.
“En la zona de La Plata todos los centros de detención manejados por la policía
funcionaron dentro de sus propios edificios” explicó a Página/12 el presidente de
la Cámara, Leopoldo Schiffrin; “allí se mantuvo en cautiverio a muchas personas
secuestradas por el Ejército. La policía, que les daba de comer, pedía entonces
formalmente el reintegro de esos fondos. Los reclamos administrativos eran girados a la
jefatura de policía; en ellos no figura el nombre de los desaparecidos, pero sí su
cantidad y su lugar de encarcelamiento.
También se encontraron vales de nafta, posiblemente ligados al traslado de quienes eran
asesinados. “La desaparición de personas estuvo organizada al punto tal que se
montó un sistema para enterrar los cuerpos dentro del cementerio de La Plata”
recordó Schiffrin. Al frente del cementerio, explicó el camarista, Camps designó a un
comisario retirado. Los cadáveres llegaban allí siempre al atardecer, apilados en
camiones de institutos penales y acompañados por personal policial y un militar.
La existencia de estos documentos fue revelada por Arslanian al término de una reunión
con dirigentes de la APDH nacional, con quienes analizó los pasos a seguir para resolver
los problemas de seguridad en la provincia (ver página 13). “Partamos de la base que
toda la documentación (sobre la represión ilegal) que pudiese generar algún grado de
compromiso fue destruida. Sin embargo trabajamos sobre las huellas que pudieron
quedar” señaló el ministro. “La Justicia es quien debe calificar el valor de
este tipo de documentos” señaló por su parte Simón Lázara, “pero hay que
destacar que todo lo que hoy se encuentre sobre la época de la represión es
absolutamente necesario e importante, porque contribuye al derecho a la verdad”.
Además de los archivos procesados por la APDH, el Ministerio de Justicia logró
reconstruir la nómina del personal policial que trabajó en las unidades regionales
durante la dictadura. Los listados oficiales habían sido destruidos, pero un trabajo
sobre los partes y libros de novedades rearmó el organigrama. “Así, después de
tantos años” señaló Schiffrin “podemos saber quiénes actuaron en cada unidad
policial, y por consiguiente en cada centro clandestino de detención”. El propósito
de la Cámara Federal es volcar la información en un banco de datos; así se podrá
cruzar los datos hallados en los archivos policiales con los testimonios de los ex
detenidos y familiares de desaparecidos.
EL EX ALMIRANTE PIDIO RESPUESTAS A SUS
PLANTEOS
Massera presiona a la Cámara
Por Irina Hauser
Al ex almirante Emilio
Massera no le causa gracia que la Asociación Madres de Plaza de Mayo y Página/12
publiquen un libro con los detalles más vergonzosos sobre la historia de su vida y que,
además, la obra se llame Massera. El genocida. Tampoco le gusta que el juez Adolfo
Bagnasco cite uno tras otro a militares implicados en la apropiación ilegal de niños. Y
le perturba saber que el magistrado resolverá en los próximos días su situación
procesal y la del resto de sus ex pares militares imputados que ya interrogó. Por estos
motivos, su abogado, Miguel Arce Aggeo, no sólo anunció que querellará por calumnias a
las Madres por incluir la palabra genocida en el título, tal como explicó ayer este
diario. Ahora agregó que apurará a la Cámara Federal para que resuelva al menos alguno
de tres pedidos que podrían debilitar el trámite judicial por el robo de bebés durante
la dictadura: que la causa sea declarada “cosa juzgada” o que se contemple su
prescripción y que se defina si Bagnasco es juez competente.
Al ex almirante le hubiera gustado impedir la salida del libro que relata su historia de
torturador, de marido infiel y de asesino. Pero parece que advirtió que podía caer en
“censura previa”. Finalmente “se limitará” a efectuar una querella
por calumnias e injurias contra las Madres, encargadas de la elaboración de la
publicación. A la vez, Massera desea hacer caer a pedazos la causa que le imputa, igual
que a otros ex militares, los delitos no excarcelables de sustracción de identidad y
asociación ilícita, entre otros.
En este contexto Aggeo anunció que presentará hoy un pedido de “pronto
despacho”: “Queremos que la Cámara (Sala I) resuelva cuanto antes el pedido de
excepción por cosa juzgada y de prescripción de la causa. Tampoco se definió si
Bagnasco es el juez competente. Sabemos que tenemos que ir a juicio oral, pero si no hay
definiciones el magistrado puede seguir imputando delitos y deteniendo una persona tras
otra”, sostuvo. En vistas a evitar tales concesiones por parte de la Cámara, a
mediados de diciembre el abogado Alberto Pedroncini, que patrocina a seis abuelas de Plaza
de Mayo, recusó a Luisa Riva Aramayo, una de las camaristas, por no haber investigado la
desaparición de documentos claves de la pesquisa. Cuando sus pares confirmen su
recusación, los actos de la letrada en esta causa perderán valor. Pedroncini cree que,
en lo inmediato, la Cámara no tomará ninguna resolución sobre los reclamos de Aggeo
porque eso implicaría un alto costo político para Riva Aramayo. Pero teme una maniobra
en la Sala I parar lograr el alejamiento de Bagnasco.
Massera da manotazos de ahogado. Bagnasco tomará hoy indagatoria en la causa por el robo
de bebés al ex presidente de facto Reynaldo Benito Bignone y, en los próximos días
deberá definir si procesa y dicta prisión preventiva a todos los militares indagados. En
la lista, además de Massera están los ex directores de la ESMA José Supicich y Antonio
Vañek, el prefecto Héctor Febres, el ex capitán Jorge “Tigre” Acosta, el ex
teniente general Cristino Nicolaides y el ex jefe de la Armada Rubén Franco. A esto hay
que sumar que el magistrado decidió que citará, con chances de arresto inmediato al ex
presidente de facto Leopoldo F. Galtieri, el ex titular del Primer Cuerpo del Ejército,
Carlos Guillermo Suárez Mason, el ex jefe de la Armada Armando Lambruschini, el ex
general y ministro del Interior Albano Eduardo Harguindeguy y al gobernador de Tucumán
Antonio Bussi.
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