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Documentos sobre los fondos que sostenían los centros clandestinos

Arslanian entregó hace un año y medio archivos de la Bonaerense a la APDH y a la Justicia. El organigrama de la represión.

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Por Laura Vales

t.gif (67 bytes)  El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, León Arslanian, reveló la existencia de archivos de la represión que permiten reconstruir cómo se financiaron los centros clandestinos de detención que funcionaron en la provincia durante la dictadura militar. Los documentos fueron descubiertos en dependencias de la policía provincial hace más de un año y medio, y desde entonces un grupo integrado por miembros de la APDH, el equipo de Antropología Forense y hombres del Ministerio de Justicia trabaja para clasificarlos y sistematizarlos.
“Son pedidos de fondos que ayudan a entender de dónde salía la comida para los desaparecidos, cómo se sostenía económicamente el traslado de los secuestrados y de qué manera se pagaron los sueldos de los represores”, explicó el vicepresidente de la APDH, Simón Lázara. “Estaban guardados en cajas, dentro de un armario en una habitación cerrada. A partir de su hallazgo comenzó un lento proceso para organizarlos, porque eran papeles sueltos, pero allí quedaron las huellas del crimen”. Lázara confirmó también que se encontraron archivos referidos a órdenes de captura firmadas por “el ex jefe de la policía Ramón Camps y otros militares a cargo de los comandos de zona”.
La documentación ya procesada fue entregada a la Cámara Federal de La Plata, que investiga el destino final de quienes fueron desaparecidos en el sur de la provincia. “En la zona de La Plata todos los centros de detención manejados por la policía funcionaron dentro de sus propios edificios” explicó a Página/12 el presidente de la Cámara, Leopoldo Schiffrin; “allí se mantuvo en cautiverio a muchas personas secuestradas por el Ejército. La policía, que les daba de comer, pedía entonces formalmente el reintegro de esos fondos. Los reclamos administrativos eran girados a la jefatura de policía; en ellos no figura el nombre de los desaparecidos, pero sí su cantidad y su lugar de encarcelamiento.
También se encontraron vales de nafta, posiblemente ligados al traslado de quienes eran asesinados. “La desaparición de personas estuvo organizada al punto tal que se montó un sistema para enterrar los cuerpos dentro del cementerio de La Plata” recordó Schiffrin. Al frente del cementerio, explicó el camarista, Camps designó a un comisario retirado. Los cadáveres llegaban allí siempre al atardecer, apilados en camiones de institutos penales y acompañados por personal policial y un militar.
La existencia de estos documentos fue revelada por Arslanian al término de una reunión con dirigentes de la APDH nacional, con quienes analizó los pasos a seguir para resolver los problemas de seguridad en la provincia (ver página 13). “Partamos de la base que toda la documentación (sobre la represión ilegal) que pudiese generar algún grado de compromiso fue destruida. Sin embargo trabajamos sobre las huellas que pudieron quedar” señaló el ministro. “La Justicia es quien debe calificar el valor de este tipo de documentos” señaló por su parte Simón Lázara, “pero hay que destacar que todo lo que hoy se encuentre sobre la época de la represión es absolutamente necesario e importante, porque contribuye al derecho a la verdad”.
Además de los archivos procesados por la APDH, el Ministerio de Justicia logró reconstruir la nómina del personal policial que trabajó en las unidades regionales durante la dictadura. Los listados oficiales habían sido destruidos, pero un trabajo sobre los partes y libros de novedades rearmó el organigrama. “Así, después de tantos años” señaló Schiffrin “podemos saber quiénes actuaron en cada unidad policial, y por consiguiente en cada centro clandestino de detención”. El propósito de la Cámara Federal es volcar la información en un banco de datos; así se podrá cruzar los datos hallados en los archivos policiales con los testimonios de los ex detenidos y familiares de desaparecidos.

EL EX ALMIRANTE PIDIO RESPUESTAS A SUS PLANTEOS
Massera presiona a la Cámara

Por Irina Hauser

t.gif (862 bytes) Al ex almirante Emilio Massera no le causa gracia que la Asociación Madres de Plaza de Mayo y Página/12 publiquen un libro con los detalles más vergonzosos sobre la historia de su vida y que, además, la obra se llame Massera. El genocida. Tampoco le gusta que el juez Adolfo Bagnasco cite uno tras otro a militares implicados en la apropiación ilegal de niños. Y le perturba saber que el magistrado resolverá en los próximos días su situación procesal y la del resto de sus ex pares militares imputados que ya interrogó. Por estos motivos, su abogado, Miguel Arce Aggeo, no sólo anunció que querellará por calumnias a las Madres por incluir la palabra genocida en el título, tal como explicó ayer este diario. Ahora agregó que apurará a la Cámara Federal para que resuelva al menos alguno de tres pedidos que podrían debilitar el trámite judicial por el robo de bebés durante la dictadura: que la causa sea declarada “cosa juzgada” o que se contemple su prescripción y que se defina si Bagnasco es juez competente.
Al ex almirante le hubiera gustado impedir la salida del libro que relata su historia de torturador, de marido infiel y de asesino. Pero parece que advirtió que podía caer en “censura previa”. Finalmente “se limitará” a efectuar una querella por calumnias e injurias contra las Madres, encargadas de la elaboración de la publicación. A la vez, Massera desea hacer caer a pedazos la causa que le imputa, igual que a otros ex militares, los delitos no excarcelables de sustracción de identidad y asociación ilícita, entre otros.
En este contexto Aggeo anunció que presentará hoy un pedido de “pronto despacho”: “Queremos que la Cámara (Sala I) resuelva cuanto antes el pedido de excepción por cosa juzgada y de prescripción de la causa. Tampoco se definió si Bagnasco es el juez competente. Sabemos que tenemos que ir a juicio oral, pero si no hay definiciones el magistrado puede seguir imputando delitos y deteniendo una persona tras otra”, sostuvo. En vistas a evitar tales concesiones por parte de la Cámara, a mediados de diciembre el abogado Alberto Pedroncini, que patrocina a seis abuelas de Plaza de Mayo, recusó a Luisa Riva Aramayo, una de las camaristas, por no haber investigado la desaparición de documentos claves de la pesquisa. Cuando sus pares confirmen su recusación, los actos de la letrada en esta causa perderán valor. Pedroncini cree que, en lo inmediato, la Cámara no tomará ninguna resolución sobre los reclamos de Aggeo porque eso implicaría un alto costo político para Riva Aramayo. Pero teme una maniobra en la Sala I parar lograr el alejamiento de Bagnasco.
Massera da manotazos de ahogado. Bagnasco tomará hoy indagatoria en la causa por el robo de bebés al ex presidente de facto Reynaldo Benito Bignone y, en los próximos días deberá definir si procesa y dicta prisión preventiva a todos los militares indagados. En la lista, además de Massera están los ex directores de la ESMA José Supicich y Antonio Vañek, el prefecto Héctor Febres, el ex capitán Jorge “Tigre” Acosta, el ex teniente general Cristino Nicolaides y el ex jefe de la Armada Rubén Franco. A esto hay que sumar que el magistrado decidió que citará, con chances de arresto inmediato al ex presidente de facto Leopoldo F. Galtieri, el ex titular del Primer Cuerpo del Ejército, Carlos Guillermo Suárez Mason, el ex jefe de la Armada Armando Lambruschini, el ex general y ministro del Interior Albano Eduardo Harguindeguy y al gobernador de Tucumán Antonio Bussi.

 

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