Por David Cufré
El
viceministro de Economía, Pablo Guidotti, confirmó ayer, como adelantó Página/12, que
hay un plan para contrarrestar los efectos de la devaluación brasileña sobre la
economía argentina. El próximo lunes, el secretario de Industria, Alieto Guadagni,
llevará a Brasilia, entre otros temas, la propuesta de aplicar un impuesto a las
importaciones provenientes de Brasil. Si la negociación avanza, el Gobierno tiene
diversas alternativas para el uso de los recursos. La que considera más potente es
otorgar reintegros a los exportadores. Pero la que consideran más prolija es
profundizar la rebaja de aportes patronales para los sectores de bienes transables. Roque
Fernández anunció ayer una disminución de 5 puntos de esos impuestos para el agro y la
industria, en lo que constituye la primera respuesta del Gobierno al efecto caipirinha.
Ante la presión de industriales, exportadores, opositores y dirigentes del propio
oficialismo, el equipo económico decidió no demorar más en tomar una primera medida y
anunció un adelanto de la rebaja de aportes patronales para los productores de bienes
exportables. Desde febrero, el agro y la industria gozarán de una disminución de 5
puntos en esos impuestos, a fin de mejorar su competitividad.
El cronograma original que queda en firme para el sector servicios establecía
que la primera reducción, de 3 puntos, sería en abril, y luego seguirían otras de 3
puntos en agosto, y de 4 en diciembre. Fernández puntualizó que el costo fiscal de la
baja de aportes para los transables será de 220 millones de pesos, y que será cubierto
con los ingresos futuros de la reforma tributaria. Por otra parte, se decidió rebajar de
14 a 6 por ciento los aranceles de importación de bienes de capital producidos fuera del
Mercosur, medida reclamada por los industriales.
En cuanto a la posibilidad de aplicar medidas proteccionistas, Roque volvió a
ser ambiguo: Hay una serie de propuestas para abrir la agenda de discusión con
Brasil, afirmó. Sin embargo, Guidotti confirmó el paquete de medidas que el lunes
próximo, en Brasilia, Guadagni propondrá en la mesa de negociación con los brasileños.
El viceministro está convencido de que se debe aislar a la economía argentina de los
efectos de la devaluación del real. Considera que la devaluación del real otorgó a los
productores brasileños una ventaja que no refleja un avance genuino de la productividad,
y por eso quiere equiparar las condiciones de intercambio entre los socios más poderosos
del Mercosur.
El funcionario comentó a este diario cuáles serán las variantes de la negociación con
Brasil:
u Aplicar un impuesto transitorio y generalizado a las importaciones provenientes de
Brasil. El subsecretario de Política Tributaria, Guillermo Rodríguez Usé, comentó a
Página/12 que se estudia cuál es el beneficio efectivo para los productores
brasileños por la devaluación del real, en función del aumento que se produzca en los
precios internos (del país vecino) y del mayor costo de producción por el encarecimiento
de los créditos. En este sentido, el funcionario estimó que los derechos
compensatorios no superarán los 10 o 12 puntos.
u Utilizar esos recursos para llevar a 10 puntos la rebaja de aportes patronales a los
transables. En Economía consideran que se trata de la medida más prolija,
pero que no se ganaría tanto en competitividad.
u El otro destino para los fondos sería otorgar reintegros a las exportaciones destinadas
a Brasil, lo que tendría mayor efectividad para compensar la devaluación. Sin embargo,
se teme que de esa forma se incentive la Brasil-dependencia de las exportaciones. Además,
puede llegar a haber problemas con la Organización Mundial de Comercio.
u Otra opción es aplicar cupos para las importaciones que más podrían dañar a la
industria nacional, y exigir a Brasil que desmonte su programa de subsidios a las
exportaciones. Esta variante no entusiasma demasiado a Economía porque es difícil
comprobar que el país vecino cumpla con sucompromiso. Y Roque es reacio a hacer
distinciones entre sectores productivos.
u La tercera alternativa, menos probable, es que Brasil disponga retenciones a sus
exportaciones a la Argentina.
Cómo fue que Economía se hizo
proteccionista
El segundo de Roque convenció al
ministro de negociar con Brasil un impuesto a las importaciones para compensar la
devaluación. |
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Por Maximiliano Montenegro
Cuando Página/12
publicó el lunes que Roque Fernández pensaba llevar a la mesa de negociación con Brasil
entre otras medidas la aplicación de un impuesto a las importaciones brasileñas, muchos
tomaron la noticia con incredulidad: les parecía imposible que un equipo económico cuya
meca es la ortodoxa Universidad de Chicago estuviera estudiando políticas
proteccionistas. A ese desconcierto también contribuyeron las declaraciones
ambiguas del mismo Roque, que no hacían más que reflejar sus propias dudas. La propuesta
fue impulsada en Economía por el viceministro, Pablo Guidotti, quien no es menos ortodoxo
que su jefe, pero entendió enseguida que Brasil había roto las reglas de juego tácitas
en el Mercosur y que aferrarse a la teoría hoy tendría un costo político demasiado
alto.
El miércoles de la semana pasada, cuando Brasil devaluó por primera vez, hubo conmoción
en el equipo económico argentino. Nadie salía su asombro, porque el acuerdo implícito
en la infinidad de conversaciones que se habían mantenido con Brasilia, era que Cardoso
defendería a muerte la paridad del real. El viernes Roque se enteró por la radio que
Brasil había dejado flotar libremente el real y que seguía depreciándose.
Brasil volvió a la vieja estrategia de licuar la deuda interna vía devaluación y
el déficit fiscal con inflación, le dijo Guidotti a Roque. Entonces, acordaron
poner a trabajar a un equipo de asesores en medidas compensatorias. Sin embargo, ese mismo
día el ministro temió quedar preso de los reclamos proteccionistas de la UIA y salió a
rechazar la posibilidad de que se adoptaran tales medidas. El lunes, pese a lo publicado
por este diario, volvió a relativizarlo. Sin embargo, off the record, funcionarios de
primera línea de Economía lo confirmaron.
El martes por la noche, el viceministro convenció a su jefe de que había que dar una
señal a los industriales y, por eso, Roque anunció ayer un adelanto de la reducción de
aportes patronales. En tanto, Guidotti confirmó públicamente que se llevará a la mesa
de negociación con Brasil el paquete proteccionista (ver aparte).
¿Guidotti es menos liberal que Roque? En absoluto: también estudió en Chicago y
también admira a Milton Friedman (ver página 6). Más aún, el 99 por ciento de los
economistas, sean de izquierda o derecha, coinciden en que, en teoría, el libre comercio
beneficia más a una sociedad que el proteccionismo. Desde la vieja teoría de las
ventajas comparativas de David Ricardo en muy pocos casos se ha podido demostrar que haya
algo que dé más ganancias (en crecimiento y empleo) a una sociedad que reducir sus
aranceles externos. Sin embargo, las ganancias del libre comercio vienen
asociadas a grandes costos. Por ejemplo, Friedman aconseja que Argentina reduzca aún más
sus barreras comerciales con Brasil y se beneficie de comprar más barato tanto insumos
como bienes finales. Aunque ello supusiera cerrar ramas productivas enteras en Argentina
en el corto plazo, razona, a más largo plazo redundaría en una mejor especialización
productiva de capital y trabajo (de los sectores quebrados a los que tienen costos
relativamente más bajos) y, en consecuencia, el país podría crecer más sostenidamente.
Cuanto mayor fuera la devaluación real en Brasil mayor sería la reestructuración
productiva necesaria en Argentina. Hoy, Guidotti comprende que la devaluación del real
impondría un ajuste productivo tan grande en Argentina que llevar la teoría hasta las
últimas consecuencias sería insoportable políticamente.
HASTA AYER, PARECIAN INFLEXIBLES,
DICE LA UIA
Calmó a empresarios, pero piden más
La primera respuesta de
Economía a la crisis brasileña recibió la aprobación de los industriales, las
entidades del agro y de economistas. La rebaja adelantada de los aportes patronales para
el sector manufacturero fue elogiada por la Unión Industrial Argentina, aunque tanto los
directivos de ese nucleamiento como los dirigentes representativos del campo y los
especialistas consideraron que la medida resulta insuficiente para anular los efectos que
la devaluación del real tendrá sobre el aparato productivo argentino.
Me alegro por la actitud del equipo económico, que hasta anteayer parecía
inflexible. Pero también es cierto que, por sí sola, la iniciativa es insuficiente.
Mañana (por hoy) le demostraremos a Roque Fernández que nuestra propuesta de bajar los
aportes en un diez por ciento de manera inmediata no hubiese generado ningún costo
fiscal, comentó en diálogo con Página/12 Osvaldo Rial, el vicepresidente de la
UIA. La cúpula de la Unión Industrial volverá al Palacio de Hacienda esta tarde para
entregarle un documento al ministro de Economía. Frente a frente, Roque les mostrará que
cumplió con uno de los items reclamados: el adelanto de la rebaja de cinco puntos de
aportes que estaba programada para agosto. Pero, por otro lado, les comunicará que,
según sus cuentas, Economía no les debe nada a los empresarios en concepto de
devolución de IVA por exportaciones.
En el trabajo que Alberto Alvarez Gaiani, el titular de la UIA, pondrá sobre el
escritorio del ministro figura no sólo el reclamo para que el Gobierno se ponga al día
con el IVA retenido a los exportadores, sino también la necesidad de suspender la
aplicación del impuesto a los activos y a los intereses. Además, la UIA pedirá que se
subsidien las tasas de interés para los créditos que saquen las pymes tal como
existió entre 1993 y 1995 y que se negocie con Brasil medidas compensatorias ante
la devaluación del real. No hay que permitir que se destruya nuestro aparato
productivo. Si Brasil no acepta revisar lo establecido, el Gobierno argentino debería
tomar acciones unilaterales para proteger a su industria, señaló Rial.
La decisión de adelantar la rebaja de los costos laborales de los empresarios recibió el
apoyo de economistas. Era imprescindible, apuntó Roberto Lavagna. Debe
ser completada con una devolución más rápida del IVA a los exportadores y el
establecimiento de aranceles transitorios a la importación de bienes de consumo,
opinó por su parte Carlos Pérez, de la Fundación Capital. Justamente, la elevación de
aranceles es uno de los puntos que en Brasilia negociarán los funcionarios argentinos con
sus pares brasileños, como forma de impedir una avalancha de productos brasileños en el
mercado local.
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