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EL MINISTRO ANUNCIO REBAJA DE APORTES PARA LA INDUSTRIA Y EL AGRO
Roque empezó a mostrar el plan

El viceministro Pablo Guidotti confirmó que el Gobierno propondrá al socio mayor del Mercosur aplicar un impuesto a las importaciones provenientes de Brasil.

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Página/12 dijo el lunes que Roque tenía un plan, que no mostraba. Ayer, se reflejó en tapa la presión y la desconfianza sectorial.
Por David Cufré

t.gif (67 bytes)  El viceministro de Economía, Pablo Guidotti, confirmó ayer, como adelantó Página/12, que hay un plan para contrarrestar los efectos de la devaluación brasileña sobre la economía argentina. El próximo lunes, el secretario de Industria, Alieto Guadagni, llevará a Brasilia, entre otros temas, la propuesta de aplicar un impuesto a las importaciones provenientes de Brasil. Si la negociación avanza, el Gobierno tiene diversas alternativas para el uso de los recursos. La que considera más potente es otorgar reintegros a los exportadores. Pero la que consideran más “prolija” es profundizar la rebaja de aportes patronales para los sectores de bienes transables. Roque Fernández anunció ayer una disminución de 5 puntos de esos impuestos para el agro y la industria, en lo que constituye la primera respuesta del Gobierno al efecto caipirinha.
Ante la presión de industriales, exportadores, opositores y dirigentes del propio oficialismo, el equipo económico decidió no demorar más en tomar una primera medida y anunció un adelanto de la rebaja de aportes patronales para los productores de bienes exportables. Desde febrero, el agro y la industria gozarán de una disminución de 5 puntos en esos impuestos, a fin de mejorar su competitividad.
El cronograma original –que queda en firme para el sector servicios– establecía que la primera reducción, de 3 puntos, sería en abril, y luego seguirían otras de 3 puntos en agosto, y de 4 en diciembre. Fernández puntualizó que el costo fiscal de la baja de aportes para los transables será de 220 millones de pesos, y que será cubierto con los ingresos futuros de la reforma tributaria. Por otra parte, se decidió rebajar de 14 a 6 por ciento los aranceles de importación de bienes de capital producidos fuera del Mercosur, medida reclamada por los industriales.
En cuanto a la posibilidad de aplicar medidas “proteccionistas”, Roque volvió a ser ambiguo: “Hay una serie de propuestas para abrir la agenda de discusión con Brasil”, afirmó. Sin embargo, Guidotti confirmó el paquete de medidas que el lunes próximo, en Brasilia, Guadagni propondrá en la mesa de negociación con los brasileños. El viceministro está convencido de que se debe aislar a la economía argentina de los efectos de la devaluación del real. Considera que la devaluación del real otorgó a los productores brasileños una ventaja que no refleja un avance genuino de la productividad, y por eso quiere equiparar las condiciones de intercambio entre los socios más poderosos del Mercosur.
El funcionario comentó a este diario cuáles serán las variantes de la negociación con Brasil:
u Aplicar un impuesto transitorio y generalizado a las importaciones provenientes de Brasil. El subsecretario de Política Tributaria, Guillermo Rodríguez Usé, comentó a Página/12 que se estudia “cuál es el beneficio efectivo para los productores brasileños por la devaluación del real, en función del aumento que se produzca en los precios internos (del país vecino) y del mayor costo de producción por el encarecimiento de los créditos”. En este sentido, el funcionario estimó que los derechos compensatorios “no superarán los 10 o 12 puntos”.
u Utilizar esos recursos para llevar a 10 puntos la rebaja de aportes patronales a los transables. En Economía consideran que se trata de la medida más “prolija”, pero que no se ganaría tanto en competitividad.
u El otro destino para los fondos sería otorgar reintegros a las exportaciones destinadas a Brasil, lo que tendría mayor efectividad para compensar la devaluación. Sin embargo, se teme que de esa forma se incentive la Brasil-dependencia de las exportaciones. Además, “puede llegar a haber problemas con la Organización Mundial de Comercio”.
u Otra opción es aplicar cupos para las importaciones que más podrían dañar a la industria nacional, y exigir a Brasil que desmonte su programa de subsidios a las exportaciones. Esta variante no entusiasma demasiado a Economía porque es difícil comprobar que el país vecino cumpla con sucompromiso. Y Roque es reacio a hacer distinciones entre sectores productivos.
u La tercera alternativa, menos probable, es que Brasil disponga retenciones a sus exportaciones a la Argentina.

Cómo fue que Economía se hizo proteccionista

El segundo de Roque convenció al ministro de negociar con Brasil un impuesto a las importaciones para compensar la devaluación.

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Por Maximiliano Montenegro

t.gif (862 bytes) Cuando Página/12 publicó el lunes que Roque Fernández pensaba llevar a la mesa de negociación con Brasil entre otras medidas la aplicación de un impuesto a las importaciones brasileñas, muchos tomaron la noticia con incredulidad: les parecía imposible que un equipo económico cuya meca es la ortodoxa Universidad de Chicago estuviera estudiando políticas “proteccionistas”. A ese desconcierto también contribuyeron las declaraciones ambiguas del mismo Roque, que no hacían más que reflejar sus propias dudas. La propuesta fue impulsada en Economía por el viceministro, Pablo Guidotti, quien no es menos ortodoxo que su jefe, pero entendió enseguida que Brasil había roto las reglas de juego tácitas en el Mercosur y que aferrarse a la teoría hoy tendría un costo político demasiado alto.
El miércoles de la semana pasada, cuando Brasil devaluó por primera vez, hubo conmoción en el equipo económico argentino. Nadie salía su asombro, porque el acuerdo implícito en la infinidad de conversaciones que se habían mantenido con Brasilia, era que Cardoso defendería a muerte la paridad del real. El viernes Roque se enteró por la radio que Brasil había dejado flotar libremente el real y que seguía depreciándose.
“Brasil volvió a la vieja estrategia de licuar la deuda interna vía devaluación y el déficit fiscal con inflación”, le dijo Guidotti a Roque. Entonces, acordaron poner a trabajar a un equipo de asesores en medidas compensatorias. Sin embargo, ese mismo día el ministro temió quedar preso de los reclamos proteccionistas de la UIA y salió a rechazar la posibilidad de que se adoptaran tales medidas. El lunes, pese a lo publicado por este diario, volvió a relativizarlo. Sin embargo, off the record, funcionarios de primera línea de Economía lo confirmaron.
El martes por la noche, el viceministro convenció a su jefe de que había que dar una señal a los industriales y, por eso, Roque anunció ayer un adelanto de la reducción de aportes patronales. En tanto, Guidotti confirmó públicamente que se llevará a la mesa de negociación con Brasil el paquete “proteccionista” (ver aparte).
¿Guidotti es menos liberal que Roque? En absoluto: también estudió en Chicago y también admira a Milton Friedman (ver página 6). Más aún, el 99 por ciento de los economistas, sean de izquierda o derecha, coinciden en que, en teoría, el libre comercio beneficia más a una sociedad que el proteccionismo. Desde la vieja teoría de las ventajas comparativas de David Ricardo en muy pocos casos se ha podido demostrar que haya algo que dé más ganancias (en crecimiento y empleo) a una sociedad que reducir sus aranceles externos. Sin embargo, las “ganancias” del libre comercio vienen asociadas a grandes costos. Por ejemplo, Friedman aconseja que Argentina reduzca aún más sus barreras comerciales con Brasil y se beneficie de comprar más barato tanto insumos como bienes finales. Aunque ello supusiera cerrar ramas productivas enteras en Argentina en el corto plazo, razona, a más largo plazo redundaría en una mejor especialización productiva de capital y trabajo (de los sectores quebrados a los que tienen costos relativamente más bajos) y, en consecuencia, el país podría crecer más sostenidamente. Cuanto mayor fuera la devaluación real en Brasil mayor sería la reestructuración productiva necesaria en Argentina. Hoy, Guidotti comprende que la devaluación del real impondría un ajuste productivo tan grande en Argentina que llevar la teoría hasta las últimas consecuencias sería insoportable políticamente.


“HASTA AYER, PARECIAN INFLEXIBLES”, DICE LA UIA
Calmó a empresarios, pero piden más


t.gif (862 bytes) La primera respuesta de Economía a la crisis brasileña recibió la aprobación de los industriales, las entidades del agro y de economistas. La rebaja adelantada de los aportes patronales para el sector manufacturero fue elogiada por la Unión Industrial Argentina, aunque tanto los directivos de ese nucleamiento como los dirigentes representativos del campo y los especialistas consideraron que la medida resulta insuficiente para anular los efectos que la devaluación del real tendrá sobre el aparato productivo argentino.
“Me alegro por la actitud del equipo económico, que hasta anteayer parecía inflexible. Pero también es cierto que, por sí sola, la iniciativa es insuficiente. Mañana (por hoy) le demostraremos a Roque Fernández que nuestra propuesta de bajar los aportes en un diez por ciento de manera inmediata no hubiese generado ningún costo fiscal”, comentó en diálogo con Página/12 Osvaldo Rial, el vicepresidente de la UIA. La cúpula de la Unión Industrial volverá al Palacio de Hacienda esta tarde para entregarle un documento al ministro de Economía. Frente a frente, Roque les mostrará que cumplió con uno de los items reclamados: el adelanto de la rebaja de cinco puntos de aportes que estaba programada para agosto. Pero, por otro lado, les comunicará que, según sus cuentas, Economía no les debe nada a los empresarios en concepto de devolución de IVA por exportaciones.
En el trabajo que Alberto Alvarez Gaiani, el titular de la UIA, pondrá sobre el escritorio del ministro figura no sólo el reclamo para que el Gobierno se ponga al día con el IVA retenido a los exportadores, sino también la necesidad de suspender la aplicación del impuesto a los activos y a los intereses. Además, la UIA pedirá que se subsidien las tasas de interés para los créditos que saquen las pymes –tal como existió entre 1993 y 1995– y que se negocie con Brasil medidas compensatorias ante la devaluación del real. “No hay que permitir que se destruya nuestro aparato productivo. Si Brasil no acepta revisar lo establecido, el Gobierno argentino debería tomar acciones unilaterales para proteger a su industria”, señaló Rial.
La decisión de adelantar la rebaja de los costos laborales de los empresarios recibió el apoyo de economistas. “Era imprescindible”, apuntó Roberto Lavagna. “Debe ser completada con una devolución más rápida del IVA a los exportadores y el establecimiento de aranceles transitorios a la importación de bienes de consumo”, opinó por su parte Carlos Pérez, de la Fundación Capital. Justamente, la elevación de aranceles es uno de los puntos que en Brasilia negociarán los funcionarios argentinos con sus pares brasileños, como forma de impedir una avalancha de productos brasileños en el mercado local.

 

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