Por Facundo Martínez
Desde Mendoza
Carlos
Bianchi abandonó la concentración del hotel Aconcagua y viajó con urgencia a Buenos
Aires para pedirle explicaciones al presidente Mauricio Macri sobre su decisión de
autorizar a Claudio Caniggia a entrenar con los profesionales, trasladándole al técnico
la responsabilidad de incluirlo o no en el equipo que defenderá el título en el torneo
Clausura. Hubo una comunicación telefónica entre presidente y entrenador aunque el
primero lo negó en Mar del Plata y el segundo guardó silencio en Buenos Aires.
Bianchi resolvió su viaje apenas unos minutos antes del partido contra Independiente.
Recién en el banco de suplentes les comunicó su decisión a Julio Santella y Carlos
Ischia. Me voy mañana temprano y vuelvo el viernes porque mi esposa Margarita no
anda bien, les dijo. Los jugadores se enteraron durante el desayuno de ayer. Por
supuesto, el repentino viaje tomó a todos por sorpresa, pero ante tal argumento ninguno
se aminó a seguir preguntado. Oficialmente Bianchi hizo el viaje relámpago a causa de la
indisposición de su esposa, según coincidieron el cuerpo técnico y los dirigentes De
Turris y Alifraco, los dirigentes que acompañan a la delegación. La posibilidad de que
Bianchi se reuniera o hablara con Caniggia y Macri quedó bajo sospecha entre sus
allegados. Desde su casa de Palermo, el técnico no atendió los llamados telefónicos de
la prensa, Caniggia ver aparte se entrenó con la reserva y se negó a hablar
y Macri ver aparte estuvo en Mar del Plata observando el partido del Juvenil.
Desde que el caso de Caniggia tomó estado público y más desde que el jugador comenzó a
entrenarse con la reserva, ningún dirigente le ha podido explicar a Bianchi cuál es la
situación del delantero. Por eso la reincorporación al plantel anunciada por Macri cayó
como una bomba dentro del cuerpo técnico.
Quizás porque no lo espera o quizás porque se sintió traicionado, el fastidio de
Bianchi afloró irresistiblemente. Con Macri hablé ayer (por el martes) y yo sé lo
que me dijo, comentó al término del partido con Independiente. Y ante la
insistencia sobre la pregunta de si estaba o no de acuerdo con las declaraciones del
presidente, Bianchi fue más cortante: Es la palabra del presidente de Boca.
Pregúntenle a él. Y punto.
Esas palabras filosas, más su evidente gesto de malestar, como si algo no estuviese
funcionando, eran un presagio. Bianchi se enojó con los dirigentes porque lo tienen
absolutamente desconcertado. Primero le dicen que se quede tranquilo porque Caniggia no va
a jugar en el equipo y después, sin más aclaraciones, se entera de la reincorporación.
¿Qué hará Bianchi con Caniggia? Es sabido que no lo quiere porque no encaja en el
programa de trabajo. Tenemos un proyecto encaminado con la proyección de los pibes,
con Adrián Guillermo y Cristián Giménez. Se lo puede dejar entrenar pero no va a
jugar, dicen los allegados al entrenador, aunque advierten la presión que significa
no darle espacio a Caniggia si el equipo no llega a funcionar como en el último torneo.
Puede ser que en cualquier momento Bianchi cite a Caniggia en su casa. El tiene la
costumbre de hablar individualmente con cada jugador que se integra a un plantel,
comentó un allegado al cuerpo técnico. ¿Qué es lo que el técnico tendría para
decirle al jugador? ¿Acaso no es un poco obvio que Caniggia no llegó para jugar
como él mismo dice sino para obtener el porcentaje de su pase al menor costo
posible?
Si Caniggia se quiere quedar en Boca, Bianchi le dirá que los titulares son el mellizo
Guillermo y Palermo, y si quiere jugar tendrá que pelear el lugar sin privilegios.
A la primera de cambio, que diga algo fuera de lopactado o, si aprovecha los medios
para presionar, Bianchi lo va a apartar enseguida, creen sus allegados.
Hay otra pregunta inevitable: ¿quién quiere a Caniggia hoy en el equipo? Para los
jugadores, aunque difícilmente lo admitan públicamente, por ahora no tiene un lugar, y,
además, su llegada podría llegar a ser conflictiva y traumática para el resto del
equipo sobre todo para los juveniles: Sería como pegarles una patada en culo a los
pibes que se están matando, más a los delanteros, afirmó alguien del plantel.
Ya
hablé
Claudio Caniggia se negó a comentar la decisión de Mauricio Macri de reincorporarlo al
grupo de profesionales cuando concluya la pretemporada y los torneos de verano. No
voy a hablar, ya hablé demasiado, fue la lacónica respuesta de Caniggia a la
prensa cuando se dirigía a los vestuarios después de entrenarse con la reserva de Boca
en el Cenard. Cuando le preguntaron cuál era su estado anímico dijo bien,
pero fue mucho más verborrágico cuando lo consultaron por estado físico: Muy
bien. Caniggia no se entrenó por la tarde con el grupo que está bajo las órdenes
de Carlos García Cambón porque debió hacer trámites, se dijo.
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¿CANIGGIA SE ENTRENA O JUEGA?
Las dos caras de Macri
Por A. G.
Desde Mar del Plata
Mauricio Macri conversó telefónicamente con Carlos Bianchi, aunque lo
negó, y tal vez le haya dicho lo mismo que declaró anoche en la confitería del estadio
marplatense, en uno de los intervalos entre los partidos del torneo juvenil.
No hace falta que hable con Bianchi porque la reincorporación de Caniggia con los
profesionales es un asunto legal, explicó el presidente de Boca confirmando que la
decisión se tomó luego de comprobar en Agremiados que la ley ampara al delantero.
Caniggia sólo vuelve a entrenar pero no significa nada más que eso. Vuelve porque
lo dictamina la ley, señaló Macri. Luego comentó que esto es como si lo
hubiera decidido la Comisión Directiva. Esta situación cambió porque el que cambió fue
Caniggia. Cuando se le preguntó si Caniggia tenía las mismas posibilidades de
jugar que el resto, Macri dijo absolutamente. El que manda en el plantel es
Bianchi. Un minuto antes había dicho que Caniggia sólo vuelve a
entrenar. |
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