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Quién es Adolfo Bagnasco, el
juez que encerró a los asesinos


Hincha de Lanús, el más político de los jueces federales llegó a Comodoro Py de la mano de un ex juez menemista de la Corte.
Su relación con el poder. Las causa que tuvo. El espejo de Garzón.

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Adolfo Bagnasco es el juez más político de los doce magistrados federales de Comodoro Py al 2000.
Encarceló y procesó a siete jefes del Proceso. Fue el hecho más trascendente desde el juicio a las juntas.

Por Santiago Rodríguez


t.gif (67 bytes) Dicen en Tribunales que Adolfo Bagnasco despertó un día y se dijo a sí mismo: “Quiero ser como Garzón”. Desde entonces parece estar dedicado a seguir los pasos del magistrado español que investiga en Madrid el genocidio en Argentina y Chile y que goza de mayor popularidad que el mismo rey Juan Carlos. Pero, más allá de sus ambiciones políticas personales, cierto es que Bagnasco puede exhibir en su haber el hecho de ser el juez federal que volvió a poner tras las rejas a los responsables de los crímenes más atroces de la historia argentina.
Bagnasco desembarcó en los tribunales federales de la mano del menemismo. Fue Mariano Cavagna Martínez quien, al ser nombrado como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 1990, lo designó como su secretario letrado y tres años más tarde, en julio de 1993, le consiguió el cargo de juez federal.
Hincha fanático de Lanús, Bagnasco nunca ocultó una trayectoria peronista que adquirió por herencia y a partir de su desempeño demostró ser el más político de los jueces federales porteños. Cavagna Martínez lo reclutó en la Suprema Corte de Justicia bonaerense, en la que ambos habían trabajado juntos y en la que el padre de Bagnasco se desempeñó dos veces como juez. Allí, Bagnasco padre –quien también fue diputado nacional durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón– trabó amistad con uno de sus colegas, Hugo Anzorreguy, padre del actual jefe de la SIDE.
Apenas lo hicieron juez federal, a Bagnasco comenzaron a llegarle causas políticas. Su juzgado debió investigar, por ejemplo, a las ex funcionarias Adelina de Viola y a Matilde Menéndez. También llevó el caso del robo de la sentencia de la Corte Suprema y la denuncia por enriquecimiento ilícito contra el presidente Carlos Menem, a raíz de la construcción de la pista de Anillaco, en la que se declaró incompetente.
Bagnasco se erigió también en uno de los principales investigadores de los hombres de Domingo Cavallo, quien lo mencionó entre los jueces de la famosa servilleta del ministro del Interior, Carlos Corach. “Tendría que conseguir la servilleta y traerla a Tribunales”, ironizó entonces Bagnasco, el único de los doce jueces federales porteños que salió al cruce de la denuncia del ex ministro de Economía.
Pero fue ante el avance de las causas IBM-Banco Nación y del robo de hijos de desaparecidos –ya cuando empezó a vislumbrarse, además, la retirada menemista del poder– que Bagnasco empezó a confiar a sus íntimos sus intenciones de convertirse en “el Garzón argentino” y a preguntarles cada vez con más frecuencia “qué dice la gente de mí”.
Entonces, comenzó también a madurar su idea de retirarse de la Justicia y probar –igual que su padre– suerte como diputado nacional. Aunque nunca lo admitió con todas las letras, en reiteradas ocasiones dejó la puerta abierta a esa posibilidad. “No me disgustaría hacer política”, señaló a Página/12 en agosto pasado y anunció, incluso, su decisión de abandonar los tribunales.
La imagen de Bagnasco como juez progresista y comprometido con la defensa de los derechos humanos creció a medida que avanzó la causa por el robo de bebés nacidos en los campos de concentración de la dictadura. El caso IBM-Banco Nación lo mostró como un magistrado dispuesto a desentrañar uno de los casos de corrupción emblemáticos del menemismo. Se trata de dos antecedentes que facilitarían su salto a la arena política y que hasta ahora le han permitido sortear las denuncias por su abultado crecimiento patrimonial, frente a las cuales sus máximas precisiones públicas han sido, por ejemplo: “Yo no me enriquecí, he ido cambiando”.

 

Hebe de Bonafini *

na04fo02.jpg (13497 bytes)Me parece perfecto, fantástico, una gran noticia que se haya procesado nuevamente a estos criminales, pero tenemos una dificultad: salvo el “Tigre” Acosta y Febres, el resto de los represores podrá gozar de las comodidades de cumplir el arresto en su casa. Eso no me convence, no me gusta, no me cierra. No me gusta porque quiere decir que pueden comer cuando quieren, que pueden dormir cuando quieren, todo porque tienen más de setenta años.
Eso no impide que reconozcamos que esta decisión que tomó Bagnasco es un respiro para los jóvenes. A esta altura de las circunstancias, esto es más importante para ellos que para nosotros. Vamos a ver cómo termina este proceso, porque creo que siempre hay que conservar la duda, no bajar la guardia, estar atentos. Con respecto al resto de los delitos que cometieron los genocidas, tengo mis serias dudas de que puedan juzgarse. Nosotras estamos haciendo cosas para lograrlo, pero lo cierto es que nos ponen muchas, muchas trabas.


* Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Laura Bonaparte *

na04fo03.jpg (15750 bytes)El juicio que sigue Bagnasco reconoce a estos militares como culpables, pero no los castiga realmente por su delito. Han cometido crímenes atroces, como la apropiación y la entrega de menores, que implicaba el asesinato de las madres que acababan de parir. Estos asesinos tendrían que estar en una cárcel común en el sector de los presos de alta peligrosidad y no en sus casas, de donde pueden salir fácilmente en sus lujosos autos con vidrios polarizados.
Priebke fue llevado desde acá hacia Italia y fue encerrado inmediatamente, y tiene más de ochenta años. No tengo ninguna garantía de que estos asesinos se queden en sus casas. Mientras ellos gozan de los beneficios de la prisión domiciliaria, la situación de los presos comunes se agrava día tras día. Los criminales tienen que ir presos, eso es lo que los denigra. Les importa un bledo que los declaren culpables, que les digan que cometieron delitos. Hay que castigarlos como corresponde. A cada una de las madres y de los afectados directos esto nos cuesta desgarros afectivos.

* Integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
Rosa Roisinblit *

na04fo04.jpg (13134 bytes)Nos parece muy bien que Bagnasco haya decidido procesar a los criminales. Esperamos que se vayan cumpliendo las etapas de la Justicia hasta llegar a una condena justa. Aunque puedan estar en sus casas, están “re-escrachados”, como dicen los chicos, dentro y fuera del país. Estamos satisfechas. No hablamos de venganza ni de revancha. Estamos satisfechas de que se haya hecho justicia. Esto demuestra que la Justicia, aunque un poco tarde, llega.
Este fue un buen año: encontramos tres nietos, encarcelamos a las más altas autoridades, todos fueron arrestados por el secuestro de los niños. Tuvimos el triste privilegio de encarcelarlos, privilegio que otros organismos no tienen. Ruffo, Miara, Bianco estuvieron un tiempo en la cárcel. Ahora, en Italia, el Estado se convirtió en parte querellante en el juicio que se sigue por la desaparición de ciudadanos italianos durante la dictadura. Eso también es un triste logro que tuvo que ver con nuestro trabajo. Uno de esos chicos es el nieto de Estela de Carlotto, Guido. Justamente, Estela viajó a Italia por este tema.

* Vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

LA MANIOBRA DE RIVA ARAMAYO
Del lado de Massera

Por A.M.

La camarista Luisa Riva Aramayo le aseguró al abogado del dictador Emilio Massera que va a seguir interviniendo en la causa por sustracción que instruye el juez Adolfo Bagnasco, a pesar de haber sido recusada por el abogado de la querella, Alberto Pedroncini. Y además hizo lugar para la presentación de los planteos referidos a la “cosa juzgada” y a la prescripción de los delitos que se le imputan al represor, poniéndole fecha para que presente el escrito respectivo.
“Riva está sola y es un peligro”, opinó un funcionario judicial ayer al mediodía en los tribunales de Comodoro Py. En rigor de verdad, la sala I que integra la jueza amiga de Corach tiene un integrante menos, desde la partida de Juan Cortelezzi. En este momento su otro compañero, Horacio Vigliani, está de licencia por enfermedad. Pero a la camarista no le importó. Por el contrario, aprovechó que el joven abogado de Massera, Miguel Arce Aggeo, fue a reclamarle que decidan de una vez si Bagnasco es el juez competente o no en esta causa, porque si no “va a seguir metiendo gente presa”. Riva Aramayo le notificó que el 6 de febrero puede presentar el memorial sobre la “cosa juzgada” y la prescripción. Estos planteos ya fueron rechazados por Bagnasco, el fiscal de la causa y la querella. Ahora le toca decidir a la Cámara Federal. Si hiciera lugar a alguno de ellos pondría en serio riesgo el proceso. Por su parte, la jueza se arriesga a que todos sus actos sean declarados nulos si finalmente es apartada de esta causa. Arce Aggeo se mostró exultante de alegría y quiso ir más allá. Le pidió que –ya que estaba– también le hiciera lugar para presentar la recusación contra Bagnasco por prejuzgamiento. Pero la camarista le respondió que lo iba a pensar.

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