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Por Luis Vívori  1999 no
empezó bien para Fanny Mandelbaum. Tras 17 años sin interrupciones en el aire,
Mandelbaum, conocida por su participación en el caso María Soledad y ganadora de varios
Martín Fierro, fue desafectada de sus labores en Telefé junto a periodistas de
reconocida trayectoria como Ulises Lencina, Laly Cobas y Carlos Asnaghi. El despido
masivo, que ronda las noventa personas, incluye productores, editores y personal técnico.
Aunque acepta que no existen pruebas suficientes, la periodista intuye en el diálogo con
Página/12 que la razón no pasa por un recorte presupuestario o el levantamiento de la
señal Red de Noticias. Mandelbaum sugiere que en el fondo existe una censura a
periodistas que no encajarían con el perfil político que asumirá el canal de Constancio
Vigil en los años venideros. –¿Cómo se enteró de su despido? –Leyendo el diario. Estaba en la playa y mi marido me dijo: “Mirá, cincuenta despidos en Telefé, y estás primera en la lista”. Al volver encontré el telegrama. Cuando llegué al canal, luego de ir a la asamblea, no me dejaron entrar y nadie me recibió ni me dio explicaciones. –¿En la asamblea qué se discutió? –La posibilidad de que se reincorpore a la mayor cantidad. En especial a los más jóvenes que tienen familia y menos posibilidades por no estar ante cámaras. Los voy a apoyar en todo, pero yo ya no volvería a Telefé porque esto me dolió mucho. –¿Cuánta es la gente despedida? –Como hay gente de vacaciones no se puede saber a ciencia cierta, pero se calcula que alrededor de 90 personas. Esto incluye gente de producción con años en el trabajo, igual que la de compaginación, que no se pueden formar de un día para otro. También camarógrafos y técnicos en general. Entre los más conocidos están Ulises Lencina, Guillermo Barleta, Laly Cobas, Rosario Lufrano, Carlos Asnaghi, Amalia Rosas. –¿La explicación que les dieron es que debían recortar el presupuesto? –A mí nadie me dio ninguna explicación. –Un argumento esgrimido por el canal son los malos resultados de la señal Red de Noticias. –Yo sabía que andaba mal pero porque no lo supieron manejar, no le dieron verdadero impulso. Durante mucho tiempo anduvo muy bien, y estuvo nominado para el Martín Fierro de cable junto a Crónica. No se supo comercializar y nadie hizo un noticiero como se debe hacer. Era un caos. –Pero usted ya tenía alguna referencia de lo que se venía. –Ya se hablaba de despidos, pero no pensé que me iba a tocar. Porque además de lo de Red de Noticias estaba lo de la pérdida del Mundial, y el ajuste siempre viene por el lado de la gente. Cuando el canal ganó mucha plata no repartió entre los trabajadores. Mi conclusión es que por la plata no viene y por mi foja de servicios tampoco, ya que trabajo sin quejas de nadie y sin enfermarme jamás desde hace 17 años, y los únicos Martín Fierro del canal en noticias son míos. Nunca le robé a nadie, no tomo, no me drogo, las mujeres no me gustan, soy judía pero se podrían haber dado cuenta hace rato... así que por discriminación seguro no es. –Intuye que hay otros motivos. –Yo soy una persona que cuando va a una marcha de jubilados dice que es una vergüenza el genocidio que se está haciendo con ellos, y cuando voy a una escuela marco las condiciones increíbles en que se encuentran, y me pregunto adónde va la plata. Cuando tengo un micrófono no me callo, nadie me va a imponer lo que tengo que decir. Eso en el canal lo saben bien. –¿Cuál era su visión con respecto a la línea política del canal? –En los últimos dos años fue muy light. Antes las notas eran más combativas. Cubrí al perro Santillán en todas las marchas, estuve en el Santiagazo y en las marchas de Catamarca y nunca me censuraron. Pero en los dos últimos años tuve muy pocas notas y más livianas. –¿Ve los despidos como una especie de corte a la libertad de expresión? –Los despidos son para gente que nunca va a permitir que le impongan lo que tiene que decir. Estoy orgullosa de estar afuera, porque significa que no traicioné mi manera de sentir el periodismo. Tal vez sea ingenua, pero cuando leí el tema de los despidos en el diario también decía que Constancio Vigil había viajado para Anillaco en el Tango 02. Ante el tema de los despidos, pensé que estaba viendo la posibilidad de un crédito. Pero viendo los resultados, por ahí no era el verdadero motivo.
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