Por Marina Caporale
"La universidad
pública no es un enfermo terminal", se atreve a afirmar el politólogo José Nun,
aún cuando reconoce que dentro de veinte años se va a sufrir una grave ausencia de
recursos humanos preparados. Afincado definitivamente en la Argentina después de ejercer
la docencia durante más de veinte años en universidades de California, Toronto y
México, entre otras, Nun dirige el recién creado Instituto de Altos Estudios Sociales de
la Universidad de General San Martín (ver aparte). En diálogo con Página/12,
muestra optimismo frente al duro presente universitario. Pero reconoce que "el camino
va a ser mucho más difícil si las autoridades se empeñan en dictar medidas que implican
un desperdicio de recursos humanos altamente calificados en un país donde no
abundan". --¿Se refiere a la decisión de la UBA de dar de
baja a los profesores mayores de 65 años?
--Sí. Es un sinsentido. En otros países las condiciones son muy
diferentes. En Canadá y Estados Unidos, por ejemplo, rige la jubilación obligatoria a
esa edad, pero precisamente hoy está siendo revisada y abandonada. Y más allá de las
diferencias culturales y económicas que nos separan de estos países, hay que considerar
que en sus universidades existe el carácter vitalicio del cargo docente a partir de
cierto rango. El cupo de profesores vitalicios se puede volver un tapón para los jóvenes
en ascenso y, por eso, es necesaria la jubilación. Pero en la Argentina no es así. Cada
pocos años, todos los docentes --por más prestigiosos que sean-- tienen que someterse a
concurso. Si hay gente calificada a la que un profesor mayor le está bloqueando el
camino, tiene la posibilidad de demostrar que está en mejores condiciones de aspirar a
esa cátedra.
--Entonces, ¿cuál es el justificativo de las autoridades académicas?
--No lo sé. Decir que hay que aplicar la jubilación porque así lo
dice el estatuto es entrar en un círculo vicioso. Si el estatuto dice eso, habría que
discutirlo y reformarlo. Sería ridículo que la idea haya surgido de un contador
trasnochado que pensó que era mejor liquidar a una persona de 65 años que cobra 1500
pesos y ocupar su lugar con alguien que cobre 500.
--¿Es posible revertir la crisis que hoy vive la universidad pública?
--Sí, aún tiene recuperación. Siempre destaco la existencia de
bolsones de excelencia en una universidad que padece, por un lado, los problemas mundiales
de la masificación de la enseñanza y, por el otro, una falta crónica de fondos para
funcionar adecuadamente. Es necesario hacer críticas internas sobre la aplicación de los
recursos y críticas externas acerca del maltrato financiero que sufren las universidades.
No olvidemos que, en los países del primer mundo, a los buenos alumnos se les paga para
que estudien. Aquí, los jóvenes tienen que esforzarse mucho para sobrevivir y esto resta
tiempo a sus estudios. Es imprescindible que se fomenten becas para que la gente pueda
formarse. Estamos asistiendo a un proceso de descapitalización cultural. Y esto va a
traer consecuencias dentro de veinte años, cuando falten recursos humanos preparados.
--¿Qué rol juega, en este contexto, la universidad privada?
--Jamás va a sustituir a la pública. Dejando de lado la gran cantidad
de instituciones privadas que toman a la enseñanza como un negocio, hay un grupo reducido
en número, pero importante en calidad, que realmente desarrolla actividades de jerarquía
internacional. Pero existe una limitación, dada por el costo que supone estudiar en esos
establecimientos, accesibles a una parte muy pequeña de la población. El problema es que
en la Argentina hay una distribución regresiva ya no sólo del ingreso, sino también de
los bienes culturales. Asistimos a un momento de dualización que se manifiesta en la
consolidación de grupos de elite frente a una mayoría que tiene grandes dificultades
para estudiar.
--Y, a pesar de todo esto, ¿usted sigue siendo optimista?
--La educación superior pública siempre va a tener nichos de calidad. Soy optimista
respecto de las luchas progresistas que se deben llevar adelante para dotar de más
recursos a la universidad. Además, confío en la historia, que muestra que las
universidades públicas tienen una gran capacidad de resistencia ante todos los males que
les han caído sobre la cabeza. Hay mucho por hacer y sería muy negativo creer que no
podemos hacer nada.
Nuevo centro de estudios
El Instituto de Altos Estudios Sociales (Idaes) es el nuevo retoño de
la Universidad Nacional de General San Martín (Unsam). El centro dirigido por Nun, que
fue creado hace pocos días, es heredero del Instituto de Altos Estudios Universitarios de
la Fundación Banco Patricios. Cuando el banco cerró sus puertas en marzo del '98, la
Unsam asumió el compromiso de apoyar al instituto y continuar sus actividades. A partir
de abril, se podrán cursar en el Idaes cinco maestrías en Ciencia política, Análisis
de la opinión pública, Clínica psicoanalítica, Sociología económica y Sociología de
la cultura. Además, se dictarán tres programas especiales de dos cuatrimestres de
duración que otorgarán diplomas de estudios avanzados: Población y sociedad, Políticas
sociales y Gestión cultural. También comenzará un ciclo sobre Economía y política en
la Argentina contemporánea, coordinado por Nun y Roberto Lavagna. "Las maestrías y
programas especiales que dicta el Idaes son casi únicos en el país. Este año, por
ejemplo, inauguramos el programa de Gestión cultural, que llenará un vacío formativo en
el campo de la administración, gestión y dirección de proyectos culturales --asegura
Nun--. Las instituciones culturales tienen un desarrollo muy amplio en los sectores
público y privado. Y hay una gran avidez de gente calificada. Lo mismo sucede con los
cursos que interrelacionan esferas distintas pero inseparables como economía, política,
sociedad y cultura."
Todas las actividades del Idaes se harán en horarios vespertinos, en Paraná 145,
Capital Federal. Para obtener informes e inscribirse, los interesados pueden llamar a los
teléfonos 374-8389/0761/6082, 371-9441 o 328-1559 o comunicarse con el e-mail:
[email protected]. |
Para el tiempo libre....(si queda) |
Residencias.
Durante febrero y marzo la Facultad de Psicología (UBA) dictará cursos de apoyo para el
examen de Concurrencias y Residencias Hospitalarias. Informes e inscripción: Secretaría
de Extensión, Hipólito Yrigoyen 3242, 3º piso, Tel. 931-6900.
Arte. La Escuela Nacional de Artes
"Prilidiano Pueyrredón" abrió la inscripción para sus cursos de verano en las
áreas de pintura, dibujo, transdisciplinariedad y análisis de obra. También habrá
seminarios como "Instalaciones, producción y multimedia" y "De las
palabras en libertad a la imagen electrónica". Informes: Av. Las Heras 1749, Tel.
812-6787.
Teatro. El Centro Latinoamericano de
Creación e Investigación Teatral (Celcit) abrió la inscripción para sus talleres de
verano sobre actuación y dirección teatral, improvisación, texto en acción y la magia
de la máscara. Informes: Bolívar 825, Tel. 361-8358
Filosofía. Todos los lunes a las 20
se realizará, en el Café Cigale, un taller de pensamiento contemporáneo sobre autores
como Nietzsche, Heidegger, Baudrillard y Derrida. Informes: 25 de Mayo 722, Tel.
551-3936/953-9216.
Becas. El 1º de febrero abre el
concurso para participar de las Becas Master y del Programa de Investigación de la
Comisión Fullbright. Informes: Viamonte 1653, 2º piso, Tel. 811-1494 o 814-3561/2.
Ciencia. Del 25 al 27 de marzo se
realizará en Granada el congreso "Comunicar la ciencia en el siglo XXI"
organizado por la Unesco. La inscripción cierra el 1º de febrero. Informes: Secretaría
del Congreso, Parque de las Ciencias, Av. del Mediterráneo (18006), Granada, España,
Tel. 958-133870, e-mail: [email protected]
Guión. Durante el mes de febrero se
dictará un seminario intensivo de guión cinematográfico en la Manzana de
las Luces. Las clases serán teóricas y prácticas. Informes:
Perú 272, Tel. 633-4091.
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