La provincia reducirá gastos, suspenderá obras
públicas que |
Por Cledis Candelaresi El gobierno de Eduardo Duhalde anunciará en los próximos días un paquete de medidas para paliar los efectos que la crisis de Brasil tenga sobre la economía de la provincia. Un aspecto medular del plan bonaerense consistirá en reducir el gasto, empezando por el recorte de las obras públicas que aún no comenzaron a ejecutarse. Otra decisión clave será la de aprovechar la llegada directa que la provincia tiene con el BID y el Banco Mundial, con el fin de obtener fondos que permitan reforzar los programas de auxilio a las empresas, fundamentalmente las exportadoras. Con la inminente batería de anuncios el gobierno de Buenos Aires demostrará iniciativa política y se distanciará del estilo menos intervencionista de Roque Fernández a quien, de todos modos, le reconoce el estatus de piloto de esta tormenta. El menú duhaldista para contrarrestar el Efecto Banana se completa con una proyectada presión sobre la Nación para que beneficie a la industria con medidas que son potestad del poder central. Entre ellas, la de hacer pronto una rebaja de aportes patronales mayor a la anunciada por el ministro de Economía nacional (5 por ciento a partir de febrero) y la inmediata devolución del IVA a los exportadores. Al menos por ahora, el equipo bonaerense prefiere realizar esos contactos con los funcionarios nacionales en reserva. No queremos que se interprete que estamos presionando, confesó a este diario el ministro de Economía, Jorge Sarghini, quien comanda el equipo de trabajo en la provincia. Duhalde considera que romper lanzas en el medio de la tormenta podría ser contraproducente con su objetivo de ganar la confiabilidad del establishment económico, una de las presuntas metas de su plan. Al mismo tiempo, necesita diferenciarse de la política de piloto automático instrumentada desde el Palacio de Hacienda, en apariencia menos sensible a los reclamos de protección de la industria. El programa bonaerense no sólo tiene un objetivo político, ya que la crisis brasileña es una amenaza cierta sobre la economía provincial: el 50 por ciento de sus exportaciones (la mitad de las ventas totales del país) tienen por destino Brasil. El otro problema avizorado por el equipo duhaldista es que tendrá dificultades para conseguir fondos en el mercado internacional. Sobre este diagnóstico, diseñó el siguiente plan, fundado en la austeridad fiscal: u Habrá un monitoreo constante del gasto corriente (el que se financia con impuestos) para realizar recortes cada dos meses. Estarán excluidos de esas podas bimensuales los salarios y los programas de asistencia a la industria. u Se suspenderán todas las obras públicas que aún no comenzaron a ejecutarse. La provincia había presupuestado 1200 millones para esa finalidad en 1999. u Se suspenderá la emisión de hasta 500 millones de pesos de un bono para colocar en el mercado internacional, que tenía previsto realizar en el primer trimestre. Esos fondos servirían para financiar las obras públicas que se piensan suspender. u La provincia buscará medios alternativos de financiamiento. Entre ellos, utilizará los Bocones y Bonos Brady que tiene en su poder para operaciones de pase a corto plazo. Es decir: obtendrá préstamos más baratos, garantizados con papeles de la Nación. u Ya se iniciaron gestiones para que el BID anticipe los desembolsos de un crédito por 350 millones de pesos otorgado a Buenos Aires. Se trata de la primera línea de crédito concedida a una provincia argentina. También se abrieron conversaciones con el Banco Mundial para obtener préstamos blandos, que permitan aliviar la situación fiscal. u Buenos Aires emitirá Letras de Tesorería, recurso no utilizado por las provincias, aunque tienen la potestad de hacerlo. Con esta artillería de medidas presupuestarias y financieras, Duhalde demostrará tener buenos reflejos frente a la crisis y la previsible caída de recaudación que ésta provocará. Pero, al mismo tiempo, probará al sector empresario que está dentro de sus prioridades: u El dinero obtenido por aquellas vías será volcado a fortalecer los programas de asistencia a las empresas. La idea es nutrir, por ejemplo, el Fondo de Garantías, utilizado por empresas que, sin ese respaldo estatal, no podrían acceder al crédito. O aquel otro que ayuda a los exportadores a buscar mercados alternativos. Finalmente, el equipo bonaerense también tiene la firme intención de mantener y, eventualmente, reforzar el subsidio a la tasa de interés para ciertos préstamos empresarios (el Estado se hace cargo de pagar una parte de los intereses). La Unión Industrial Argentina está reclamando sin éxito y con insistencia esta medida al gobierno nacional, que fue suspendida cuando terminó la gestión del mediterráneo Carlos Magariños. Es posible que este poupurrí de decisiones hubiese sido igualmente tomado, aunque no se hubiera desatado el temporal brasileño. Pero anunciarlas como un paquete de emergencia le permitirá a Duhalde dar un golpe de efecto político, aunque no sorprender al empresariado. Las medidas que Página/12 sintetiza en su edición de hoy están siendo ultimadas por el comité de crisis que Duhalde creó el miércoles, después de escuchar las advertencias empresarias sobre el efecto Brasil. Difícilmente alguna decisión omita el filtro de este grupo, que los funcionarios duhaldistas integraron con los propios hombres de empresa.
|