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 Antonio
Cafiero finalmente se decidió. Luego de insinuarlo en reiteradas ocasiones, el senador
lanzó ayer su precandidatura a gobernador de Buenos Aires por el justicialismo. “Ya
tenía tomada la decisión de no competir, pero la gente me hizo ver que, sin menoscabar a
ninguno de los hombres que aspiran a ser gobernador, la persona con más proyecto, con
más historia, soy yo”, aseguró.El anuncio del lanzamiento se hizo conocer por radio en momentos en que se profundiza la pelea por la sucesión de Eduardo Duhalde. Cafiero se presentó como prenda de unidad. Es decir, como el único que podría saldar las diferencias entre los principales candidatos del duhaldismo y del menemismo, Carlos Ruckauf y Alberto Pierri. “Me interesa el apoyo que puedan brindar tanto Menem como Duhalde, pero fundamentalmente si yo no gano el apoyo de la gente no va a progresar seguramente mi candidatura”, dijo a radio Del Plata en un intento de mostrarse ajeno a una interna. Aún así, es sabido que en los últimos meses jugó en el equipo de la Casa Rosada, insinuando dos movidas que claramente molestaron a Duhalde: su lanzamiento como precandidato a Presidente de la Nación y también como compañero de fórmula de Carlos Reutemann. “Ahora tenemos que buscar el hombre que sea capaz de concitar la unión de todos los justicialistas: si lo encontramos el triunfo es nuestro, ahora si nos detenemos en querellas internas entonces podemos tener nuevamente una frustración en la provincia”, dijo ya en tono de campaña y prometiendo poner énfasis, en caso de triunfar, en la solución de problemas como el desempleo y la inseguridad. El senador dijo a principios de año, en un reportaje de Página/12, que sería “un gran honor” disputar la gobernación con la candidata de la Alianza, Graciela Fernández Meijide. Ayer, por radio, expresó lo mismo y se erigió como el único capaz de derrotar a la frepasista. Aunque previamente deberá vencer en la dura interna del PJ. Por ahora, Duhalde quiere que su sucesor sea Ruckauf ya que las encuestas lo dan bien posicionado. Desde La Plata se dijo que el gobernador instruyó al ex ministro de Obras Públicas, Hugo Toledo, para armar una lista consensuada. Pero, temerosos que la jugada sea para beneficiar a Ruckauf, el resto de los precandidatos –casi una decena–, con Pierri y Felipe Solá a la cabeza, mantienen la idea de consensuar otra lista de unidad, pero que paradójicamente deje de lado al actual vicepresidente de la Nación. “Las elecciones se ganan en las urnas, no en las encuestas”, sostienen temerosos de que Ruckauf sea finalmente elegido a dedo por Duhalde y no haya internas. Aún con esas diferencias, aparentemente insalvables, de uno y otro lado coincidieron a la hora de analizar el lanzamiento de Cafiero. Todos coincidieron en que se trata de una nueva operación del menemismo para “embarrar” la ya problemática interna provicial. Cafiero fue gobernador de Buenos Aires entre 1987 y 1991. Y por entonces alimentó el mito de que ningún jefe bonaerense llega a la Presidencia de la Nación. En la interna del PJ, con gran parte del aparato justicialista de su lado, perdió ante Menem, quien luego se convirtió en Jefe de Estado. Ahora el senador se sumó al “menemismo tardío”, un grupo que también integra el ex duhaldista y gobernador electo de Córdoba José Manuel de la Sota.
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