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Crónica de la negociación con un final anunciado

Funcionarios de Economía y Cancillería les pedirán hoy a sus pares brasileños compensaciones que, ya saben, les darán.

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Por Raúl Dellatorre

t.gif (67 bytes)  El secretario de Industria, Alieto Guadagni, y el de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Campbell, trataron ayer de bajarles el tono a las expectativas centradas en las negociaciones que hoy emprenderán en Brasilia con las autoridades locales. Aunque ya cuentan con el visto bueno del gobierno brasileño para bajar los subsidios financieros y fiscales que reciben las exportaciones de ese país a Argentina, advirtieron que las conversaciones “no ofrecerán resultados inmediatos”. Bajando el perfil, buscan poder mostrar a posteriori como un éxito de la gestión lo que será, apenas, una mínima compensación a los daños sobre la industria local de la brusca devaluación del real.
“Los resultados serán acumulativos, hasta que los dos países podamos medir dónde estamos parados”, dijo ayer, con su habitual discurso elíptico, Jorge Campbell. El funcionario señaló que las negociaciones se desarrollarán “con lentitud” y probablemente sus resultados “no satisfarán a los industriales argentinos”. Campbell ya sabe –aunque no lo mencionó-, por boca de los funcionarios de la Cancillería brasileña, que ese país reducirá (o eliminará) las franquicias impositivas y las facilidades financieras de las que gozan las exportaciones a sus socios del Mercosur de una lista de productos. Entre ellos, incluirá a los automóviles, vehículos de carga, autopiezas, minerales de hierro, materias primas para la petroquímica y aceros laminados planos. Página/12 anticipó el viernes, y precisó el sábado último, los términos de esta negociación y sus resultados.
Según señalaron los dos funcionarios argentinos, a ese punto se le sumará el pedido a las autoridades del vecino país para que “limpien” las trabas que dificultan el acceso de las ventas argentinas a Brasil. Entre ellas, tiene particular relevancia las restricciones vigentes al financiamiento de las importaciones provenientes del Mercosur.
Guadagni intentó ir un poco más allá, al señalar que Argentina planteará la necesidad de modificar transitoriamente los protocolos del Acuerdo del Mercosur, para permitir la aplicación de aranceles adicionales a las importaciones provenientes de otro país socio. En este caso, se trataría de impuestos argentinos a las importaciones brasileñas, medida que es reclamada por los industriales nacionales. Pero este punto está condenado a la vía muerta: ni Brasil aceptará la imposición de gravámenes sobre sus productos, ni el ministro de Economía argentino, Roque Fernández, está dispuesto a aplicarlos. Las instrucciones del Palacio de Hacienda es que las negociaciones giren en torno de compensaciones “voluntarias” por parte de Brasil. Guadagni tiene previsto para el miércoles próximo, a su regreso de Brasil, reunirse con los diputados integrantes de la omisión de Industria y con la conducción de la Unión Industrial Argentina, con quienes evaluará los resultados de su misión y cómo sigue esta película para el sector manufacturero local.

 

El “pollo invasor” ataca

Cual si se tratara del anuncio de una película de ciencia ficción, el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, advirtió ayer sobre los peligros que se ciernen sobre la provincia por la amenaza de “invasión de pollos del Brasil”. En rigor, no se trata de ninguna especie de ave depredadora ni asesina, sino de la producción de carne aviar del vecino país que, tras la devaluación, podría ingresar en Argentina con precios que desplazarían a los productos de origen nacional. Busti evaluó que el sector arrocero provincial, que exporta por 100 millones de dólares anuales con Brasil como destino principal, “es fuerte y deberá acomodar sus ventas en función de la nueva realidad”. Pero, en cambio, dijo estar preocupado por “la invasión de pollos del Brasil”, cuyo perjuicio para la provincia “será evidente y podrá demostrarse”. Los productores avícolas reclaman la aplicación de medidas compensatorias.

 

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