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Tres de trece acusadores de Clinton en el Sexgate se entrevistaron ayer con Monica Lewinsky en un hotel de Washington. Tras la reunión, los legisladores Bill McCollum, Asa Hutchinson y Ed Bryant manifestaron asombro por la inteligencia de Lewinsky. "Creo que debe declarar ante el Senado porque es un testigo que ayude a encontrar la verdad", dijo Hutchinson. "Es innecesario citarla como testigo", lo contradijo Plato Cacheris, abogado de Lewinsky, quien aseguró que su representada no agregó nada a su testimonio. Los demócratas, que criticaron duramente el encuentro donde también participaron colaboradores del fiscal especial Kenneth Starr, presentarán una moción para finalizar el proceso de destitución por perjurio y obstrucción de justicia. Necesitan mayoría simple: 51 votos sobre 100. La estrategia de los acusadores, y la participación de Starr despertaron severas críticas en la minoría demócrata del Senado. Cuarenta y cuatro de los 45 senadores oficialistas demandaron al jefe de la acusación, Henry Hyde, que desista de la ayuda del controvertido fiscal. Los abogados de la Casa Blanca rechazaron la posibilidad de reunirse con Lewinsky, y descartaron la opción de que el presidente responda personalmente preguntas escritas de los senadores. Luego de que la jueza federal Norma Holloway Johnson le advirtiera que negándose a declarar pondría en juego la inmunidad judicial que le otorgó Starr, Lewinsky llegó el sábado a Washington y se alojó en un hotel de primera categoría. Clinton, que no quiere aparecer personalmente ante el Senado, recorrió ayer las zonas de su estado natal, Arkansas, devastadas por el paso de tornados. "No estoy seguro de lo que harán", dijo a un periodista que lo consultó sobre la votación de hoy en el Senado, donde el influyente senador demócrata Robert Byrd solicitará al pleno de la Cámara que liquide el juicio contra el primer mandatario.
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