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VEINTICUATRO PERSONALIDADES, UNA POR CADA MES DE IMPUNIDAD, RECLAMARON JUSTICIA PARA CABEZAS
El día que el Obelisco se vistió de negro

Hace dos años, horas después del asesinato, nació la consigna "no se olviden de Cabezas". Ayer, miles de personas lo recordaron en todo el país. La familia encabezó los actos en Pinamar y en la Capital la memoria se concentró en la Plaza de la República.

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Por Susana Viau


t.gif (67 bytes)  Hasta las seis y media de la tarde y salvo por los globos negros y los dos enormes crespones que enmarcaban los perfiles del Obelisco, la Plaza de la República, lugar de la cita, no daba demasiados signos de vivir una jornada fuera de lo común. En pocos minutos, sin embargo, al dar exactamente las siete, de los bares de las inmediaciones, de Corrientes, de Diagonal, comenzaron a llegar cientos de manifestantes convocados para recordar el segundo aniversario del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas. El 24 era el número cabalístico que esta vez daba estructura al mitin organizado por la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA): 24 antorchas rodeaban el pequeño escenario; 24 palabras cada uno fue la consigna dada a los oradores porque 24 son los meses transcurridos, sin certezas judiciales, desde que el cadáver semiincinerado apareciera en la cava, un desvío solitario del camino que lleva de Pinamar a Santa Teresita.

Los responsables de la organización comenzaron a llamar a los oradores. En la periferia y dispersos escuchaban el ex árbitro Javier Castrilli, el dibujante Hermenegildo Sábat, Graciela Fernández Meijide, los periodistas Santo Biasatti, Joaquín Morales Solá, Ariel Delgado, Oscar Serrat, Isidoro Gilbert, directivos de la Editorial Perfil y el director de Página/12, Ernesto Tiffenberg, el dramaturgo Roberto "Tito" Cossa y su mujer, Marta Degracia, actriz y escritora ella también. Los compañeros de Cabezas, trabajadores de Perfil, y los de este diario, encolumnados, habían ingresado un rato antes a la pequeña plaza por la Diagonal.

En la retaguardia, los muchachitos de H.I.J.O.S. y las pancartas rojas y los redoblantes de los grupos de izquierda, también diezmados por el verano. Entre la gente, cruzando de la plaza a Corrientes, ida y vuelta, los militantes del Partido Obrero distribuían su prensa y explicaban en las esquinas qué era lo que estaba pasando allí. Como excepción, los automovilistas porteños, impacientes por naturaleza, se abstenían de hacer sonar las bocinas por el tránsito ralentizado. Claro, no era una multitud. "¿Pero qué es una muchedumbre? --se preguntaba una mujer mientras hacía panear los ojos buscando una cifra aproximada--. En mi casa 15 personas son una multitud. Para una tarde de enero como ésta, somos muchos. Todos los nombres conocidos que se han quedado en Buenos Aires, están".

La mujer de Cabezas, María Cristina Robledo, entre tanto, pronunciaba con calma las 24 palabras asignadas. Entre ellas Juan, Agustina y Candela, los tres hijos del reportero. Tomó la posta Felicia Urbano la viuda de Mario Bonino que recordó a "los padres sin hijos, a los hijos sin padres". La alusión tenía un sentido concreto en los nombres simbólicos que se alineaban en la pancarta ubicada al centro de los crespones: AMIA, Víctor Choque, Sebastián Bordón. A ella la siguió otra mujer sola, Laura Ginzberg. Luego, Magdalena Ruiz Guiñazú, Marta Maffei, dirigente de CTERA, actores, escritores, músicos, Abuelas y más periodistas. Todos, más o menos, ceñidos a los límites impuestos por la consigna. Disciplinada, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora emocionó a los asistentes al exigir doce veces, en un crescendo, "Justicia Ya". Los que, pese a las traiciones del sonido, lograron enterarse de su mensaje creyeron reconocer en las dos líneas preparadas por Tito Cossa una cierta resonancia de Miguel Hernández: "Me prestó una camisa y me dijo 'Quiero quedarme con vos'. Desde entonces, José Luis, compañero, flamea en mi conciencia". Gabriel Micchi, el joven redactor de la revista Noticias que cubriendo el verano en la playa más chic se topó con la tragedia, representó en su intervención a ARGRA y a UTPBA.

Atrás, muchachos y chicas y no tan muchachos, ponían pilas con un solo cántico. El mismo que volvieron a entonar y se alejó con ellos por Corrientes, hacia arriba: "Menem no nos mientas más/ Menem no nos mientas más/ A Cabezas lo mataron/ esos delincuentes que vos liberás". No hubo suelta de globos. Muchos se acercaron a los organizadores, intrigados, a preguntar por qué razón. No había misterios: se hubieran enredado en los cables que ennegrecen el cielo de la capital. Tanto como la historia del crimen --seguramente sencilla-- comenzó a enredarse hace dos años en la maraña de intereses que saturó un minúsculo juzgado federal de Dolores.

 


Actos en todo el país

"José Luis Cabezas es una de las tantas víctimas de la impunidad aliada al poder", aseguró Ada Morales, la madre de María Soledad, durante el acto que se realizó en Catamarca. Este fue uno de los tantos encuentros que organizaciones de prensa y organismos de derechos humanos realizaron para evocar el segundo aniversario del asesinato de José Luis Cabezas.

Nadie olvidó el asesinato. Memoria Activa se solidarizó con el reclamo de justicia por Cabezas durante el acto que todos los lunes realizan frente a Tribunales para exigir el esclarecimiento de los atentados a la embajada de Israel y la AMIA.

Tal vez uno de los actos más importantes que se realizó en el interior fue el de Rosario. Varios centenares de personas se congregaron en la plaza Pringles para repudiar el crimen y fue allí donde Alicia Simeone, secretaria gremial del Sindicato de Prensa de Rosario, resaltó que "las ideas y las manos de los homicidas se articularon para mostrarle a la sociedad que el poder de la mafia puede llegar a todos". También se recordó al reportero gráfico en Córdoba. Allí se presentó una muestra fotográfica de la víctima en una galería céntrica; en Tucumán se encendieron 24 velas en la plaza principal de la capital, en tanto que en San Luis no sólo reclamaron justicia para Cabezas sino que también exigieron una Justicia independiente en la provincia.


LAS PALABRAS QUE MAS SE REPITIERON
24 voces en el Obelisco

 

t.gif (862 bytes) La consigna había sido que 24 personas de los más diversos ámbitos laborales, políticos, culturales y profesionales leyeran un mensaje de 24 palabras al cumplirse 24 meses del asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas. Finalmente hubo un orador más; algunos usaron más, otros menos, pero en estas palabras que Página/12 reproduce todos coincidieron en la necesidad de justicia:

 

MARIA CRISTINA ROBLEDO, esposa de José Luis Cabezas: 24 palabras, me dijeron: hijo, padre, esposo, hermano, amigo, compañero, risa, llanto, dolor. 24 palabras que me sobran para decirle y contarle lo que siento. 24 palabras y tres nombres que reflejan lo que fuimos: Juan, Agustina y Candela.

FELISA URBANO, esposa de Mario Bonino: Más que 24 palabras a estos dos años de repudio y dolor son algunos No que no quiero. No a los dos años de tremendo dolor, al terrible e impune asesinato de José Luis Cabezas, a cinco años y dos meses de tremendo dolor, al impune asesinato de Mario Bonino, a las dos muertes que tiene el gremio de prensa, a la justicia sin justicia, a los padres sin hijos, a los hijos sin padres, a este país para nuestros hijos. Y no nos olvidemos de Mario Bonino y no nos olvidemos de José Luis Cabezas.

LAURA GINZBERG, de Memoria Activa: 24 meses del crimen de Cabezas, 54 meses del crimen de la AMIA. Los mismos muertos, el mismo dolor, la misma impunidad. Estamos aquí por los ojos que no miran, por las manos que no abrazan, por la justicia que no llega, por la memoria de José Luis.

 

PATRICIO CONTRERAS, actor: La consigna han sido 24 palabras; el problema es que nuestros números tampoco cierran, como en economía. Así que aquí van algunos números: desde las 5 horas y 53 minutos del 25 de enero de 1997, es decir desde hace 2 años, es decir desde hace 24 meses, es decir desde hace 730 días, quiero decir desde hace 17.520 horas, la mirada transparente, calma, paciente de José Luis Cabezas espera que se le haga justicia a su pobre cuerpo mortificado. De nosotros depende que así sea, que se haga justicia, que la impunidad carcajeante no siga burlándose de él, del dolor de su familia y sus compañeros y de la incertidumbre y justa indignación de una sociedad que no quiere más que en la Argentina el poder siga siendo sinónimo de impunidad.

MAGDALENA RUIZ GUIÑAZU, de PERIODISTAS: Rogamos a la Justicia que sea implacable y también les pedimos a los que aún no hablaron, porque tuvieron miedo o porque no les llegó el momento, que recuerden que hay un inocente que los está mirando. José Luis Cabezas, estamos con vos.

MARTA MAFFEI, titular de CTERA: Desde la Carpa Blanca seguiremos luchando contra la horrenda trama de corrupción e impunidad político-policial que asesinó a José Luis Cabezas. Para los asesinos ni perdón ni olvido ni resignación, justicia.

OSCAR MARTINEZ, actor: Le debemos paz, le debemos justicia para que en verdad esté presente, para que sea un emblema vivo, para que su sacrificio tenga sentido.

NESTOR PICCONE, secretario de prensa de la CTA: Dictadura, tortura, terrorismo de Estado, concentración económica, 30 mil desaparecidos, democracia, Obediencia Debida, Punto Final, indulto, hiperinflación, gatillo fácil, Choque, Rodríguez, embajada, AMIA, hiperinflación, Bonino, Cabezas, presente.

GUSTAVO FERNANDEZ RUSSO, presidente de la FUBA: Es muy difícil expresar en 24 palabras lo que sentimos. Pero lo que sí queremos decirles es que ninguno de los estudiantes se olvida de ninguna de las víctimas de la impunidad en este país. José Luis Cabezas, presente.

GONZALO BONADEO: Somos sensibles, idealistas; finalmente impotentes. Odiamos la Justicia cómplice, la impudicia del poder y no saber por qué nos matan. Somos apenas tus eternos amigos.

NORA CORTIÑAS, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora: Pido que nos acompañen a las Madres en estas 24 palabras: Justicia, ya. Justicia, ya. Justicia, ya. Justicia, ya (lo repitió 12 veces).

HORACIO EMBON, periodista: La historia oficial y la verdad que cuenta mentiras. Con impunidad, la memoria no olvida. Cabezas es lucha y el compromiso es no claudicar.

ADOLFO CASTELO, periodista: No queremos que pasen 24 años, como con otras muertes, sin ver presos a los autores ocultos. Confiemos, la verdad nunca muere, ni siquiera de muerte natural.

EDUARDO GALEANO: El poder, que se hace el sordo, no es mudo: cuando lo acusan por los crímenes que comete, el poder acusa a los extranjeros pobres por los crímenes que no cometen.

CARLOS PAZ, presidente de la Asociación Argentina de Escritores: 24 palabras para decirle no a la impunidad, no a la corrupción, no al olvido, no a la pobreza, no a la discriminación. 24 palabras para decirle sí a la justicia, sí a la verdad, sí al trabajo, sí a la solidaridad. 24 palabras para construir un país mejor, un país para todos. Cabezas, presente.

ROSA ROISIMBLIT, de Abuelas de Plaza de Mayo: 24 palabras son muy pocas. La muerte de todo hombre, el asesinato de todo hombre, la desaparición de todo hombre nos vulnera porque nosotros formamos parte de la humanidad.

VICTOR HEREDIA, cantante: La más clara de las emociones es la certeza, la verdad; ella serena aun en la tragedia. La incertidumbre, la mentira, el ocultamiento son, por el contrario, generadores de sospecha, de oscuridad, de inseguridad. Anhelo un país donde la verdad reine por encima de todo interés. Seguramente la Justicia será, entonces, su mejor portavoz.

GUILLERMO CANTON, reportero gráfico y amigo de Cabezas: La muerte de José Luis fue en vano; lo que no fue en vano fue su vida como reportero gráfico y como amigo. Celebremos su vida.

MIGUEL ANGEL SOLA: Están a la vista: producidos, promocionados y protegidos. Pero mientras los negocios sean afines seguirán saltando fusibles solamente... y desapareciendo personas íntegras como vos.

EDUARDO ALIVERTI, periodista: Celada, camino, cava, crimen, cadáver, caso, cana, camarilla, colaboración, candidatos, causa, cámara, camelos, corrupción, confesión, contradicción, cómplices, correos, Cariló, Candela, Cristina, Cabezas. Condena a los culpables, amén.

FANY MANDELBAUM, periodista: Ojalá muy pronto podamos mirarte a los ojos y decirte: se hizo justicia. Por tus hijos, por nuestros hijos, por un país sin impunidad.

MAXIMILIANO GUERRA, bailarín: Corrupción, impunidad, obsecuencia, mentiras, delitos; todo esto es olvidable pero... justicia, honestidad, legalidad, trabajo, dignidad, libertad, democracia; todo esto es para que no nos olvidemos de Cabezas.

ENRIQUE SDRECH, periodista: Alguien, alguna vez, calificó a la Argentina como un país parturiento de mitos. Hoy, después de lo de Cabezas, muchos podemos afirmar que la Argentina es un país sediento de Justicia. Se han cometido todos los vicios inimaginables. Quiero cerrar esto recordando una frase de un amigo de Cabezas, compañero de Noticias: una madrugada lo esposaron, lo trasladaron, lo golpearon, lo balearon y lo quemaron, pero está vivo.

LEON GIECO, cantante: En este país aprendimos a ajusticiar a un ilegal sin documento y a perdonar al que tiene licencia para matar. Cárcel a los asesinos.

ROBERTO "TITO" COSSA, dramaturgo: Me prestó su camisa y me dijo quiero quedarme con vos. Desde entonces José Luis, compañero, flamea en mi conciencia.


Marchas y una misa en la cava de Pinamar

La familia de Cabezas participó en la misa que ofició el sacerdote Luis Farinello en el lugar donde se cometió el asesinato hace dos años.

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t.gif (862 bytes) Pinamar enmudeció a la medianoche. Se callaron los bares, las discotecas, los videogames, los restaurantes. Todo. Una multitud congregada en Bunge y Libertador alzó cientos de rostros de José Luis Cabezas y pancartas con pedidos de "Justicia". El cielo quedó iluminado por antorchas pero lleno de preguntas sin respuesta sobre el asesinato del reportero gráfico, del que ayer se cumplieron dos años. La peregrinación llegó hasta el monolito recordatorio del crimen ubicado en la entrada a esta ciudad balnearia que ahora guarda el peor de los recuerdos. Algunos pasaron la noche allí y otros retomaron la ceremonia en la mañana de ayer, cuando el sacerdote Luis Farinello ofreció una misa en la cava donde hallaron al fotógrafo muerto, carbonizado dentro de su auto. Los que faltaron fueron el gobernador bonaerense Eduardo Duhalde y el intendente de Pinamar, Blas Altieri.

La marcha nocturna se detuvo en la comisaría de Pinamar para que se oyera el grito de "Cabezas, presente", una y otra vez. Después, la vigilia en el monolito que impone un antídoto contra el olvido a los pies de la ciudad veraniega, duró hasta las cinco y veinticinco de la mañana, la hora exacta en que se calcula que ocurrió el asesinato. Gladys Cabezas, la hermana del fotógrafo, María Cristina Robledo, viuda de Cabezas, y Gabriel Micchi, que estaba cubriendo la temporada con él (para la revista Noticias) al momento del crimen, pasaron casi toda la noche en ese lugar.

Los primeros en llegar ayer a la mañana a la cava donde mataron al reportero gráfico, en el partido de General Madariaga, fueron sus padres, José y Norma Cabezas. Con los ojos vidriosos acariciaron y acomodaron las cruces que llevan el nombre de su hijo y se alzan de a montones en el lugar del espanto. De a poco se sumaron unas 200 personas entre familiares, amigos, veraneantes, periodistas, reporteros gráficos, políticos. "El solo hecho de hacer el recorrido y actualizar lo sucedido es muy emotivo. Uno se llena de dolor e impotencia", relató el legislador frepasista Aníbal Ibarra, que fue a presenciar la misa que daría Farinello. El cura de Quilmes no ahorró críticas hacia la policía y la dirigencia política. Y con palabras de aliento logró ablandar los rostros de los presentes.

Al finalizar la ceremonia, la imagen de Candela (la hijita de dos años del fotógrafo asesinado) zafándose de los brazos de su abuela y escurriéndose entre las cruces capturó todas las miradas. "Tenemos mucho dolor, esperamos justicia. Justicia queremos, estamos sufriendo como el primer día", dijeron los padres del reportero gráfico. El dolor de toda la familia quedó sellado en una placa recordatoria que dejaron en el lugar. "No nos olvidaremos nunca de vos. Seguiremos siempre luchando", se puede leer.

Entre los presentes, el candidato a vicepresidente de la Alianza, Carlos "Chacho" Alvarez, puso en palabras lo que en ese momentos muchos pensaban: "Todos sabemos que fue un crimen con claras ramificaciones en el poder. Está vinculado con nombres poderosos, con un Estado absolutamente indiferente y con algunos niveles de complicidad muy altos del Gobierno actual que hicieron lo imposible para que la investigación no avanzara". Alvarez agregó que "el Estado siempre sintió incomodidad con este tema (...) El menemismo manejaba la hipótesis de la Policía Bonaerense y el gobernador bonaerense Eduardo Duhalde, cuando le convenía manejaba la de Alfredo Yabrán". Otros de los dirigentes de la Alianza presentes (Nilda Garré, Abel Fatala, Héctor Polino) dijo que el caso no estará resuelto hasta que se sepa quién fue el autor intelectual, todos los detalles del cómo y, sobre todo, el porqué.

Los actos recordatorios se reprodujeron ayer en todo el país, bajo la convocatoria de las entidades de prensa (Adepa, Utpba, Fatpren, Argra, Periodistas y la Red Nacional de Comunicación). Ahora que la causa judicial se cerró las esperanzas de esclarecimiento quedan, para el abogado de la familia, Alejandro Vecchi, libradas al juicio oral que se hará en mayo. Chacho pidió no acostumbrarse a convivir con la impunidad. Y la mamá de José Luis Cabezas, en un abrazo que le dio a Ibarra y luego trasladó a otros: "No nos abandonen".


PARA EL GOBIERNO, EL CRIMEN FUE ESCLARECIDO
"El tema se politizó y mediatizó"

 

t.gif (862 bytes) "Creo que el tema se politizó en algún aspecto y se mediatizó en otros. Se determinaron culpables, responsables, montones de cosas con irresponsabilidad en muchos casos". El secretario general de la Presidencia Alberto Kohan se refirió con estas palabras al asesinato de José Luis Cabezas. Sin embargo, agregó que "se han hecho grandes avances" y que hay que confiar en la Justicia. A dos años del crimen, fueron pocos los políticos que recordaron al reportero gráfico y menos los que reclamaron el esclarecimiento total del hecho.

"El asesinato de Cabezas marca un hito en la historia", dijo el ministro del Interior Carlos Corach ayer en la puerta de su casa. El ministro pronunció una escueta declaración sobre el crimen ocurrido en Pinamar en enero de 1997. Atrás quedaron los días en los que el gabinete nacional se veía involucrado en el caso a través de las conexiones entre los ministros y el empresario Alfredo Yabrán, reveladas por el sistema Excalibur. "Esperamos que el juicio oral establezca definitivamente no sólo quién lo mató sino también quiénes fueron sus instigadores", aseguró ayer Corach.

Por su parte, Kohan defendió la visita que, junto con el ministro del Interior, le hizo al juez José Luis Macchi tras la detención de "Los Pepitos", que luego fueron liberados por falta de mérito: "Pocos días después del crimen, con el Presidente y el ministro del Interior recibimos a las entidades periodísticas. Nos pidieron que el Presidente se pusiera a la cabeza de la preocupación. Ese mismo día viajamos con el ministro a Dolores para hablar con el juez", recordó. "¿Qué dijeron los que habían estado pidiendo que el Gobierno interviniera? Que íbamos a influenciar al juez, que queríamos salvar a alguna gente", continuó. "Por eso, cuando usted habla de politizar, yo también digo mediatizar", le dijo por radio al periodista Marcelo Longobardi.

La Alianza se mostró menos optimista que Kohan y Corach. "Difícilmente se sepa cuáles fueron los autores ideológicos e intelectuales, así como tampoco cuál fue el móvil del homicidio", dijo Carlos "Chacho" Alvarez en Pinamar (ver aparte).

El abogado de la revista Noticias, Oscar Pellicori, aseguró que "no es tanto ni tan poco lo que se tiene". "Si bien al día de hoy se mantienen algunas incógnitas hay nada menos que diez personas esperando sentencia", afirmó Pellicori. El abogado dijo que "está medianamente acreditado que la actividad de Cabezas como reportero gráfico fue una cuestión decisiva en cuanto a las causas" del crimen. Respecto de Yabrán, Pellicori aseguró que "había un estado de sospecha", pero que con su suicidio "no podemos saber si quedaba en eso o era semiplena prueba".

Eduardo Duhalde dijo hace unos días que "es absurdo" plantear que este crimen está "impune" porque "están presos y confesos los que participaron". El gobernador bonaerense también aseguró que "nunca creí ni creo que Yabrán lo haya mandado a matar".


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