Por David Cufré
Cuatro
terminales automotrices brasileñas reconocieron que disminuirán sus compras de
autopartes a la Argentina. La crisis que atraviesa el sector, a raíz de la caída en las
ventas locales y el parate en las exportaciones, se verá agigantada por esta decisión de
las compañías brasileñas. En la última parte del 98, las autopartistas
despidieron a 400 trabajadores, y en este momento hay otros 500 operarios suspendidos.
Magnetti Marelli, la división de Fiat encargada de la producción de piezas, cerró una
de sus tres plantas en la localidad bonaerense de Carmen de Areco y dejó en
la calle a 120 personas. El panorama global de la industria no es mucho más alentador.
Ayer se informó oficialmente que en diciembre la producción cayó un estrepitoso 7,6 por
ciento, acentuando el derrumbe iniciado en setiembre.
La tendencia de aquí en adelante será aumentar la nacionalización de componentes
de los vehículos, subrayó ayer el gerente de ventas de General Motors Brasil, Bob
Sharp. La fábrica que tenga coches con mayor porcentaje de piezas nacionales va a
salir ganando porque tendrá precios más competitivos, añadió el empresario, al
admitir que las compras de autopartes a la Argentina se verá resentida en los próximos
meses. La devaluación del real descolocó a los productores locales, quienes temen un
desbarranco generalizado del sector.
El 70 por ciento de los fabricantes de piezas son pequeñas y medianas industrias, que a
los problemas de demanda que les ocasiona el efecto Banana, se le suma el ahogo
financiero. La restricción del crédito es casi absoluta, comentó a
Página/12 Horacio Larreoroño, presidente de la cámara que nuclea a las compañías del
sector. Las filiales de Fiat, Honda y Volkswagen en Brasil también informaron que
frenarán la importación de componentes, privilegiando a los productores locales. En el
caso de la empresa alemana, la integración de los vehículos será con un 80 por ciento
de piezas brasileñas, frente al 45 por ciento actual.
Estamos sumamente preocupados, porque el 50 por ciento de nuestra producción se
destina a Brasil, indicó Larreoroño. Esta situación va a repercutir en el
empleo, advirtió. En ese sentido, el secretario general de la división Córdoba de
la Unión Obrera Metalúrgica, Augusto Varas, dijo a este diario que en la última parte
del 98 las empresas despidieron a 100 operarios, sangría que no se detendría
allí. El tema de fondo es que las autopartistas comiencen a emigrar hacia Brasil,
dado que allí se concentra el grueso de la demanda y es cada vez más complicado
exportar, apuntó Larreoroño. Por otra parte, el presidente de una autopartista
líder que pidió reserva de su nombre reveló que al menos una terminal local
le reclamó una disminución de precios del 10 por ciento, o de lo contrario empezará a
abastecerse con componentes brasileños más baratos.
En cuanto a la producción de la industria en su conjunto, el INdEC presentó ayer los
datos de la performance de diciembre pasado. La caída con respecto de igual mes del
97 fue del 7,6 por ciento, mientras que en comparación con noviembre la baja fue de
3,1 puntos. En el acumulado del 98, el aumento de la producción fue de apenas el
1,8 por ciento. Los sectores que más cayeron en diciembre fueron el automotriz (-58,3 por
ciento), neumáticos (-37,2), tejidos (-26,3), hilados de algodón (-25,7), manufacturas
de plástico (-16,2) y acero (-15,5). Otra señal de la recesión en que ingresó la
economía fue el descenso en actividades vinculadas con la construcción, como la
producción de cemento (-8,7) y otros materiales para las obras (-7,4).
Barbie tendrá que pagar
La Secretaría de Industria y Comercio estableció derechos específicos mínimos sobre
las importaciones de juguetes provenientes de países que no integran el Mercosur. Los
muñecos con figuras representativas de seres humanos, vestidos o no, con mecanismo a
cuerda o eléctrico; los juegos surtidos y juguetes de construcción, y los juguetes que
representen animales o seres no humanos, abonarán un derecho de 3,80 dólares por
kilogramo, además de los respectivos aranceles. Su aplicación busca prevenir el
efecto de una caída sensible del precio internacional, así como el desplazamiento de las
ventas domésticas de origen nacional por los productos importados, señala la
resolución. El principal temor de los industriales está centrado en los juguetes de
origen asiático, desde donde provienen incluso artículos de marcas estadounidenses, como
las populares muñequitas Barbie. La medida, solicitada desde mediados del
año pasado, había sido resistida por el Palacio de Hacienda, pero finalmente se plasmó
al agravarse el cuadro de situación con la crisis brasileña. |
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