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El Senado le busca a Bill otra cita con la becaria

Los cien senadores debatieron un pedido demócrata de acabar con el impeachment al presidente norteamericano Bill Clinton. Los republicanos quieren llamar como testigo a Monica Lewinsky.

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Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York


t.gif (67 bytes)  Al cierre de esta nota, el Senado estadounidense debatía a puertas cerradas una moción demócrata para liquidar el juicio de destitución de Bill Clinton. Parecía improbable, sin embargo, que la propuesta presentada por el senador Robert Byrd fuese aprobada, ya que los republicanos habían anunciado a la mañana que contaban con los votos necesarios para hacerla fracasar. Los senadores republicanos enviaron un cuestionario de diez preguntas a Bill Clinton en relación con las acusaciones de perjurio y obstrucción de justicia. Pero la Casa Blanca anunció que ni Clinton ni sus abogados responderán al interrogatorio escrito. El Senado votaría hoy la moción de la convocatoria a testigos, por la que tanto han bregado los fiscales conservadores, y que traería a Monica Lewinsky a declarar en vivo al recinto.

Después de demorar dos horas para reanudar el proceso, debido a las dudas acerca de cómo continuar con los procedimientos, el senador Byrd presentó su prometida moción de sobreseimiento. En este contexto, sobreseimiento (dismissal) significa, lisa y llanamente, rechazar los cargos de perjurio y obstrucción, y dar por concluido el juicio. En el caso de un impeachment presidencial, el caso no se puede reabrir ni hay apelación. Aunque destinada en apariencia al fracaso, la Casa Blanca y los fiscales tuvieron dos horas para argumentar a favor y en contra de la propuesta del demócrata Byrd frente a los cien senadores.

Desde la mañana, el futuro del sobreseimiento parecía negativamente signado. Luego de una reunión de senadores republicanos a puertas cerradas, Trent Lott, líder de la bancada, anunció que contaba con suficientes votos conservadores como para bloquearlo. En una curiosa interpretación de lo que los norteamericanos vienen diciendo en las encuestas, el senador sostuvo que "el pueblo norteamericano no estaría de acuerdo". Joe Lockhart, vocero de la Casa Blanca, criticó a los republicanos por rechazar la moción que "con una base bipartidaria podría concluir el caso en forma expeditiva".

Fuera del recinto de la Cámara alta, las negociaciones acerca de la incorporación de testigos continuaron. En las primeras horas de la mañana, los fiscales se reunieron para dar los toques finales a la lista de testigos y enviarla al senado. El domingo, los congresistas habían interrogado "informalmente" a Monica Lewinsky, la protagonista del 'affaire' sexual con Bill Clinton.

Si se aprueba la moción de llamar testigos, el Senado se abocaría a escucharlos y el juicio se prolongaría por un período indeterminado. En cambio, si la votación en el Senado no es favorable a esta propuesta, el juicio entraría en la fase final con una última ronda de argumentos por parte de los fiscales y la defensa, y la votación de los artículos (o cargos) del 'impeachment'.

Algunos observadores optimistas opinaron que no es del todo probable que la moción para el llamado de testigos sea aprobada. Estas opiniones se fundan en que hay republicanos que parecieran inclinarse por no alargar un juicio que ya es notablemente impopular. El senador demócrata Richard Durbin señaló que "existe la impresión de que si los fiscales logran lo que se han propuesto, nosotros (los senadores) nunca vamos a llegar a una decisión bipartidista". Y este ultimo tipo de resolución es exactamente lo que el Senado quiere para evitar caer en la ferocidad facciosa que se vio en la Cámara de Representantes cuando discutieron el impeachment.

 


Siguen los enredos de Monica Lewinsky

 

Por M. F. C.

t.gif (862 bytes) Obligada por una jueza a regresar a Washington para mantener una "charla" con los fiscales de la Cámara de Representantes, Monica Lewinsky se alojó, junto con su madre Marcia Lewis, en el elegante hotel Mayflower. Reporteros desesperados se ufanaron por ofrecer nimiedades como primicias: como que varios salones de belleza quisieron, por la publicidad, brindarle servicios gratis de peluquería y manicura.

El New York Times dijo ayer que "una amiga de Monica" --que puede ser la propia Monica, desde ya, o su madre Marcia-- había susurrado en los oídos de sus periodistas que la mujer no había agregado ninguna pieza vital de información. Por supuesto, los fiscales Asa Hutchinson, Bill Mc Collum y Ed Bryant dijeron otra cosa. Enfatizaron que iba a ser una testigo muy buena, si ellos se salen con la suya.

Como no quedó claro después de la reunión si podía volver a California o si tenía que aguardar hasta que los senadores resolvieran incluirla como testigo, Monica seguía ayer anclada en Washington. Lo que más quiere la señorita Lewinsky es "continuar normalmente con su vida". Lo que más quieren los norteamericanos es que este proceso termine. Una coincidencia destacable entre la opinión pública y la mujer más criticada de Estados Unidos.

 

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