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ADEMAS DE NO DOLARIZAR, BRASIL DESCALIFICA LA CONVERTIBILIDAD
Todo, menos como Argentina

Mientras Pedro Pou exalta la dolarización, su colega brasileño, Francisco Lopes, compara renunciar a la moneda con perder la honra nacional. Y además asegura que la convertibilidad sería desastrosa para su país.

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t.gif (67 bytes)  Brasil descartó implementar la convertibilidad para su moneda como “una opciónna03fo02.jpg (8935 bytes) desastrosa”, y al mismo tiempo criticó la intención argentina de adoptar el dólar, eliminando el peso. Francisco Chico Lopes, nuevo titular del Banco Central, indicó ayer que fue el presidente Fernando Henrique Cardoso quien se decidió por la flotación del real, desechando la convertibilidad con tipo de cambio fijo, el sistema que caracteriza al peso argentino. En realidad, Lopes dejó ver que la estrategia brasileña apunta a la unificación monetaria de la región –entendiendo por ésta no sólo el Mercosur sino a toda Sudamérica– en torno del real, una vez que éste se fortalezca. Así como el marco alemán sirvió de sustento a la creación del euro, el real debería ser la base del futuro signo sudamericano. En cuanto a la dolarización, que también condenó drásticamente, dijo que “vería con mucha tristeza la dolarización total de la Argentina, transformada en una especie de Panamá”. Al enterarse de esa descalificación, el presidente Menem aconsejó a los brasileños “ocuparse de sus problemas” (ver página 6).
Mientras el real se depreciaba ayer otro 1,6 por ciento, cayendo hasta 1,83 por dólar, Lopes le vio a la devaluación en cascada que está sufriendo la moneda que él debe defender la ventaja de provocar “una gran mejoría” en la deficitaria balanza de pagos y una reducción del déficit fiscal, ya que se licuó buena parte de la deuda interna. En términos de dólar, ese pasivo disminuyó bruscamente al devaluarse el real un 34 por ciento desde que comenzó su derrumbe el jueves 14, aunque provocando un recrudecimiento de la tasa de interés, que volvió a superar el 40%.
La confrontación traduce la clara diferencia que existe en la manera de ver la economía entre los gobernantes brasileños y argentinos. Brasil sigue pensando su política económica en términos de sus sectores productivos, aunque los profundos desequilibrios que arrastra lo están forzando a adoptar medidas que los perjudican. Por tanto, mientras pueda, el régimen de Brasilia rechazará tanto la convertibilidad como la dolarización, ya que tanto aquélla como ésta implican perder los resortes de la política monetaria y adoptar un tipo de cambio probablemente inadecuado para la industria.
En la Argentina la política oficial está centrada en el manejo de las variables fiscales y en la inmovilidad del tipo de cambio como ancla que garantiza la estabilidad, desentendiéndose de los problemas de los sectores productivos. A éstos sólo se les ofrece la reducción de costos a través de la flexibilización laboral y la supresión de impuestos al trabajo. En este esquema, la disponibilidad de crédito y el crecimiento de la actividad económica dependen del ingreso de capitales al país. Como no se espera la entrada de fondos este año debido a la desconfianza de los mercados, los pronósticos coinciden en que continuará la recesión. En todo caso, sólo los servicios dirigidos al mercado interno y la producción de materias primas e insumos, con precios mundiales fijados en dólares, pudieron prosperar bajo la convertibilidad.
Ante la Comisión de Asuntos Económicos del Senado brasileño, que lo interrogó como procedimiento previo a su designación al frente del Banco Central, ayer concretada, Lopes rechazó de plano la adopción de la convertibilidad. No sólo sostuvo que sería “un desastre total”, sino que se refirió reprobatoriamente al sistema introducido por Domingo Cavallo en 1991 al recordar que, “entre 200 economías del mundo, sólo dos optaron por ella, la Argentina y Hong Kong. Algo nos dice eso sobre las dificultades de su implementación”.
No obstante, Chico no se privó de derrochar elogios, aparentemente contradictorios. “Tenemos la mayor admiración por el régimen cambiario argentino –aseguró–. Creemos que es sólido, que no ha sido debilitado por nuestra decisión de flotar el real”, añadió, dando así la clave de tanto encomio: lo que Brasil no acepta es compensar a su socio argentino por el tremendo impacto de la devaluación del real sobre el comercio bilateral. De todas formas, y puesto a exaltar las virtudes de ladevaluación, afirmó que los exportadores brasileños “ganan un poder enorme de competencia en el mercado argentino, mientras el exportador argentino pierde competitividad en el brasileño”.
Acerca de la idea de abolir el peso y adoptar el dólar, impulsada por Menem y formalizada por Pedro Pou, presidente del BCRA, el jueves último, Lopes cree que “los argentinos no necesitarán ni deben hacer eso, porque la moneda es una de las bases de cualquier sociedad. Una sociedad sin moneda es como un país sin bandera –enfatizó–. El esfuerzo de defender la moneda es una obligación prioritaria de cualquier gobierno, y hay que sacrificarlo todo para defender la moneda, de la misma forma que gente muere en el campo de batalla defendiendo su bandera, su honra nacional”, apuntó dramáticamente. El colega brasileño de Pou no pudo elegir términos más exaltados para apostrofar la iniciativa que el argentino defiende con tanto entusiasmo.

 

Morgan cuida sus negocios
El equipo económico monitorea con obsesión los informes sobre Argentina preparados por los principales bancos de inversión internacionales. Y cuida que sus opiniones sobre el futuro de la convertibilidad no sean negativos. Por eso reaccionaron con rapidez cuando el estratega global de Morgan Stanley Dean Witter y uno de los principales gurúes de Wall Street, Barton Biggs, afirmara que la devaluación del real arrastraría la convertibilidad. Ayer Biggs se retractó de esa afirmación en un comunicado que hizo difundir por una agencia de noticias internacional.
Como se sabe, los bancos de inversión tienen muchos negocios por hacer con el Gobierno argentino, como la colocación de títulos públicos o la venta de los paquetes de acciones de empresas privatizadas todavía en manos del Estado. Ante las comisiones que se ganan por participar en esas operaciones, esos brokers buscan tener buena relación con sus clientesgobiernos.
Biggs aclaró, entonces, que “en mi opinión, Argentina no renunciará a su plataforma monetaria”, aseguró, para agregar que “si bien el crecimiento económico sufrirá por la devaluación brasileña, la economía argentina es fundamentalmente sólida y podrá resistir a este choque”. “El régimen monetario ya ha sobrevivido la crisis de 1995 y ahora está mejor preparado”, indicó. Para concluir, Biggs destacó que “el hecho de que el presidente Menem y el Banco Central estén considerando una asociación monetaria con Estados Unidos es evidencia de que los argentinos consideran sagrado su programa de convertibilidad y que no lo abandonarán”. Para Morgan Stanley bussines are bussines.


Qué está pasando en Brasil?

 

“Ajuste a la coreana”


* Miguel Bein, economista socio del Estudio Machinea-Bein.

“Brasil parece estar eligiendo el camino de un ajuste muy severo con una contracción fortísimana02fo02.jpg (9112 bytes) de la economía interna. Las expectativas de sus autoridades parece ser llevar adelante un ajuste a la coreana. Producir una aguda expansión de su comercio exterior mientras una violenta recesión impide que la devaluación se traslade a los precios. Además, parece que no piensa hacer nada con su deuda interna que quiere seguir licuando en términos de reservas internacionales. El camino más probable es que la devaluación se profundice y que durante este año tenga una tasa de inflación que duplicará el 10 por ciento estimado por el equipo económico. En ese contexto es dable esperar tensiones políticas y sociales muy peligrosas. En tanto, la economía argentina va a sufrir el aumento del riesgo país y del ajuste comercial. Las señales dadas por las autoridades brasileñas a sus pares locales muestran que Brasil no va a hacer nada por frenar sus exportaciones hacia el Mercosur. Hoy el problema comercial de Argentina no constituye el interés prioritario de ese país.”


“Evitar a los desarrollistas”


* Carlos Melconian, economista de la consultora M&S.

na03fo03.jpg (10308 bytes)“Creo que no va a lograrse ninguna solución del lado brasileño en medio de la crisis. Argentina se tiró el lance de establecer el criterio ‘el que hace el lío lo tiene que arreglar’. Me imagino lo que han dicho los funcionarios de Brasil: ‘con los problemas que tenemos no estamos para ponernos en este momento a mirar eso’. Argentina, por su parte, es muy probable que busque la vuelta para solucionar algunas cuestiones particulares como, por ejemplo las importaciones desde ese país. La devaluación va a tener repercusiones en el sector real de la economía y muy probablemente en la tasa de crecimiento esperada. Pero desde el punto de vista financiero comparto la idea de que el riesgo de un ataque especulativo sobre el peso es poco probable. Y si ocurriera se está en capacidad para responder. La posibilidad de que la situación de Brasil se salga de control depende si aparecen anclas políticas y económicas. El presidente Cardoso no debe comprar ninguna propuesta desarrollistas que implican controles y pacto social. Además, el Congreso tiene que tomar las medidas que faltan.”


“No está fuera de control”

* Jorge Todesca, economista experto en Mercosur.

“La situación de Brasil es comprometedora pero no la veo fuera de control. Su economía nona03fo04.jpg (16035 bytes) está funcionando competitivamente. El sector público sostiene la actividad mediante subsidios y desgravaciones. Y el gobierno no quiere caer en un ajuste violento por sus consecuencias sociales. Por eso van a seguir administrando la crisis y no tomarán medidas drásticas. Salvo que tengan una inflación muy alta o una hiperinflación. La devaluación del real seguirá. La idea de Argentina de que Brasil tiene que tomar medidas para evitar los daños de ladevaluación, es una posición ingenua. Es difícil que este país adopte decisiones de ese tipo cuando sus desajustes son inmensamente mayores. El ingreso per cápita de ellos es la mitad que el de nuestro país y la distribución del ingreso es peor. Argentina va a tener que establecer aranceles a las importaciones y reintegros a sus exportaciones. Lo mejor que puede pasar es que el real se estabilice –cualquiera sea el nivel– y, a partir de ello, ver los daños y resolver medidas.”

 

Con que el dólar suba poco, a Brasil le alcanza para festejar

La cotización cerró en 1,83 real, pero después de haber tocado los 2. El tubo de oxígeno llegó con el apoyo del Senado a la reforma previsional y a la designación de Chico Lopes en el Banco Central. Se agudiza la recesión y se le mueve el piso al ministro Malán.

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Por Raúl Dellatorre

t.gif (862 bytes) A Brasil ya no le alcanza con un puñado de buenas noticias. La confirmación por el Congreso del presidente del Banco Central, la unificación del régimen cambiario (segmentos comercial y financiero), la inexistencia en la jornada de pérdida neta de reservas internacionales y la aprobación en el Senado de la reforma previsional, llevaron algo de alivio e impulsaron el aumento del 6,3 por ciento en la bolsa de San Pablo. Pero la cotización del dólar siguió subiendo, trepando a 1,83 real, luego de tocar los 2, y prolongó las angustias y la sensación de agonía que va ganando a los observadores de la realidad económica del vecino país. Son muchos los que se preguntan adónde llegará la paridad cambiaria. Otros, con más dramatismo, se interrogan cuánto tiempo puede soportar Brasil el estado de incertidumbre acompañado con un elevado costo recesivo.
El ministro de Hacienda, Pedro Malán, insistió ayer –como empecinadamente lo hizo en los últimos días– en la total prescindencia de la conducción económica con respecto a la evolución del mercado cambiario. “No tiene sentido estar mirando a cuánto está el dólar a cada segundo, ni tampoco que el gobierno federal esté gastando reservas internacionales para intentar fijar un punto de equilibrio”, explicó. El dólar había picado a 1,97 real por la mañana, llegó a tocar los 2, al mediodía parecía estabilizado en torno a 1,90/1,92 y, finalmente, cerró a 1,83. Un día antes había concluido a 1,80 real.
La resistencia de Malán a intervenir es bien vista en los mercados financieros, pero genera espanto entre los industriales. “Esta cotización es una locura total, nos preguntamos cuándo y a qué nivel se estabilizará; yo sé, por experiencia, que cuando la cotización del dólar aumenta mucho, es muy difícil hacerla retroceder”, señaló Mauricio Costín, dirigente de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp). Refirió que la demanda actual de divisas es de las grandes empresas, que tienen compromisos millonarios en dólares por préstamos de bancos extranjeros, con fuerte concentración de aquí al 12 de febrero. “Antes, las compañías brasileñas podían negociar una postergación de los plazos, pero en la actualidad, como el riesgo es grande en Brasil, las entidades ya no lo aceptan”, apuntó Costín. “Este es el dinero que está saliendo del país, porque el dinero especulativo ya salió”, agregó.
Ayer volvieron a circular fuertes rumores sobre la inminente renuncia de Malán. Dos nombres suenan para su reemplazo: el actual ministro de Salud y ex titular de Programación, José Serra, y el del economista André Lara Resende. Este último, de quien se había dicho en el fin de semana que estaba preparando el Plan Carnaval para reemplazar al Real, a pedido de Cardoso, fue convocado para integrar el Consejo de Asesores Económicos de la Presidencia, según fue admitido oficialmente. Por ahora, una cuestión de agenda bloquea la salida de Malán: una misión técnica del FMI llegó ayer a Brasilia para recoger datos sobre la evolución de la economía brasileña. No sería muy elegante cambiar de anfitrión en medio de la visita, máxime cuando el organismo internacional es, hoy por hoy, el principal sostén del vapuleado ministro.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin, insistió ayer en que la única posibilidad de recuperación que tiene Brasil “es seguir poniendo en marcha las reformas presupuestarias y fiscales” respaldadas por el FMI a cambio de un paquete de ayuda financiera multilateral de 41.500 millones de dólares. En su informe ante el Senado, el presidente del Banco Central, Francisco Lopes, admitió que las pérdidas de reservas internacionales en lo que va del mes alcanzan a 8000 millones de dólares, poco menos que los 9100 millones que recibió Brasil en diciembre, como primer tramo del crédito. Lopes obtuvo ayer la confirmación de su nombramiento por la Comisión de Asuntos Económicos de la Cámara alta.
En un esfuerzo por alimentar de dólares el mercado interno, el Banco Central brasileño aumentó en un 50 por ciento el techo de endeudamiento endólares permitido a las entidades financieras, de modo que puedan tomar fondos externos para volcarlos a la plaza local. También autorizó –a partir del 1º de febrero– la posibilidad de vender en el mercado comercial (comercio exterior, remesa de utilidades, pago de intereses y amortizaciones de deuda) dólares comprados en el mercado libre o fluctuante (compraventa de turistas, remesas de capital de no residentes, pagos de cartas de crédito internacional), y viceversa. La unificación cambiaria pretende ser un claro mensaje a los mercados de que la autoridad monetaria no dará marcha atrás en la liberación cambiaria. En tanto, el gobierno federal obtuvo la aprobación del Senado al aumento de aportes de los funcionarios y les impone contribuciones a los jubilados y pensionados al sistema previsional.


EL DOLAR TOCO LOS DOS REALES
Intervención oportuna

T.gif (862 bytes) La oportuna intervención del Banco Central de Brasil volvió ayer a frenar la caída en picada de la moneda brasileña. Temprano en la mañana, no bien se iniciaron las operaciones de cambio, el real llegó a devaluarse el 8,5 por ciento trepando a 1,97 unidades por dólar. Pero las posteriores intervenciones del BC brasileño le dieron aire a la moneda, que terminó a 1,83 reales por dólar, lo que implica una nueva devaluación del 1,6 por ciento respecto del cierre del lunes. La descompresión en el mercado cambiario brasileño llevó tranquilidad a los recintos bursátiles.
Las acciones líderes subieron ayer en promedio el 0,8 por ciento y los títulos públicos registraron alzas de hasta el 4,3 por ciento en el Global 2017. En tanto, la Bolsa de San Pablo trepó el 6,3 por ciento, aunque descontando la devaluación de ayer esa mejora se reduce al 4,7. En Wall Street el avance resultó del 1,2 por ciento, impulsada además por los balances aceptables del último trimestre del ‘98 que las compañías estadounidenses están informando a los inversores.
Pese a las mejoras en los valores de las acciones, los financistas no se convencen de que esa calma pueda perdurar en el tiempo y por eso se manejan con prudencia. Más bien, siguen atentamente la evolución de la crisis brasileña y se preguntan por el precio de equilibrio del real. La cautela de los operadores quedó evidenciada en el monto de los negocios pactados: apenas 17,3 millones de pesos. Ni siquiera los corredores se animaron cuando se enteraron que el Senado brasileño había convertido en ley uno de los pilares del plan de ajuste lanzado por Fernando Henrique Cardoso a fines del año pasado: el incremento en los aportes de los empleados estatales al sistema previsional y crea nuevos aportes para los ya jubilados.
Por la mañana, cuando la disparada del dólar en Brasil parecía incontenible, en las casas de cambio de Río de Janeiro y San Pablo cada billete estadounidense llegó a venderse por encima de los dos reales. “Está claro que los inversores se animarán a volcar fondos al recinto cuando la paridad cambiaria en Brasil ofrezca más certidumbre; y falta tiempo para que eso quede determinado”, comentó en diálogo con Página/12 el corredor bursátil Luis Corsiglia. Mientras tanto, en el recinto siguen con atención cada declaración oficial que surge en Brasilia que dé una pista de los próximos pasos que dará Cardoso para intentar sacar adelante la economía brasileña. En ese sentido, el rumor de que el ministro de Hacienda, Pedro Malan, está bosquejando un plan alternativo, que posiblemente contemple una reestructuración compulsiva de la deuda, fue el más escuchado durante la sesión de ayer.

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