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La devaluación del real castiga fuerte a las economías regionales

El derrumbe de la moneda brasileña pone al borde del precipicio
a muchas actividades del interior que dependen del mercado del
socio mayor del Mercosur. Informe del impacto provincia por provincia.

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t.gif (67 bytes)  La imparable devaluación del real amenaza con esparcir una profunda recesión en las economías regionales, muy dependientes de las ventas al socio mayor del Mercosur. Según informes del Ministerio de Economía y de consultoras privadas, además de la hecatombe del complejo automotor, radicado en Córdoba, peligra una serie de agroindustrias mano de obra intensivas a lo largo y a lo ancho del país. Mañana, Roque Fernández y Carlos Corach recibirán a doce gobernadores de las provincias más afectadas para –según dijo el ministro del Interior– “tomar medidas preventivas frente a la crisis brasileña y la producción regional de cada una de ellas”. Sin embargo, a juzgar por los magros resultados en las negociaciones con Brasil, todo indica que no habrá forma de evitar que la crisis haga tambalear al interior.
Las áreas más afectadas serían Córdoba, base de operaciones de la industria automotriz; el Nordeste (Chaco, Corrientes y Entre Ríos), productor de algodón y arroz; el Alto Valle, exportador de manzanas y peras a gran escala a Brasil; Mendoza, donde se desarrollaron en los últimos años dinámicas agroindustrias con miras al Mercosur (ajo, cebolla, conservas); Buenos Aires, por su producción de trigo y papa; y las provincias patagónicas, que habían encontrado en Brasil un atractivo mercado para el pescado. Más aún, hasta la provincia del presidente Menem acusará el impacto: el 90 por ciento de las exportaciones de aceitunas de La Rioja se dirige a Brasil.
De acuerdo a un estudio de la Fundación Andina, siete provincias (Corrientes, Formosa, San Luis, Mendoza, La Rioja, Neuquén, La Pampa), más la ciudad de Buenos Aires, tienen una “muy alta dependencia” en sus exportaciones de Brasil, ya que más del 35 por ciento de sus ventas al exterior se dirige a ese mercado. Otras cinco provincias (Buenos Aires, Tierra del Fuego, Entre Ríos, Río Negro y Santa Cruz) presentan una “alta dependencia” de Brasil, ya que la proporción de exportaciones orientadas al socio mayor superan el promedio nacional del 29 por ciento. En tanto, cinco provincias tienen una “dependencia moderada” y sólo para cuatro provincias hay una “baja dependencia” (ver cuadro).
Esta clasificación no siempre refleja correctamente la magnitud que tendrá el Efecto Caipirinha sobre la producción local. La razón, obviamente, es que no en todas las provincias las exportaciones tienen el mismo peso sobre el nivel de actividad local. Por ejemplo, aunque Córdoba figura como una provincia de “dependencia moderada”, es una de las que más sufrirá el impacto debido al derrumbe de la industria automotriz, que vende el 40 por ciento de su producción en Brasil. Lo mismo se puede decir por sector: algunas ramas productivas exportan casi exclusivamente a Brasil. Sin embargo, las exportaciones tienen muy poca relevancia en términos de la producción local: es el caso de los lácteos, donde las exportaciones sólo representan el 4 por ciento de la producción.
El caso automotor fue el más difundido en los últimos días a partir de las suspensiones de personal que decidieron varias terminales. Pero existe una serie de explotaciones primarias y producciones agroindustriales muy dependientes de Brasil que, de entrar en una fase recesiva, no sólo desarticulará a las economías del interior. Además, provocará un fuerte saldo de la desocupación, ya que muchas de ellas son mano de obra intensivas. Este es el panorama que describen los informes oficiales y privados:
u Hortalizas: según la Fundación Andina, el 70 por ciento de los casi 90 millones de ajo que se producen, fundamentalmente, en Mendoza se destina a Brasil. Al socio mayor también se dirige el 93 por ciento de los 75 millones que se exportan anualmente de cebolla. Los principales productores, en este caso, son Mendoza y Buenos Aires. Córdoba y Buenos Aires también sufrirán por la alta dependencia de las exportaciones de papas (alrededor del 45 por ciento del total) al mercado brasileño.
u Algodón: el principal productor es Chaco. El 76 por ciento de los 323 millones que exportan se destina a Brasil. “Se espera una caída fuerteporque la demanda es muy sensible al precio”, dicen en el Ministerio de Economía.
u Arroz: a Brasil se dirige el 95 por ciento de los 155 millones exportados. “Es un elemento indispensable en la dieta de los brasileños y Brasil es deficitario en este producto, así que continuarían los envíos”, afirman en Economía. Pero advierten que “si la devaluación del real continúa habrá un ajuste en las compras”. Las provincias más perjudicadas serían Corrientes y Entre Ríos, que de hecho ya están buscando otros mercados (ver aparte).
u Frutas frescas: el 36 por ciento de los 129 millones exportados de manzanas se coloca en Brasil. En peras la dependencia es todavía mayor: el año pasado se vendió en ese mercado el 43 por ciento de los 177 millones exportados. En ambos casos, se pronostica una fuerte caída en las ventas, lo cual golpeará a todo el Alto Valle de Río Negro y Neuquén.
u Aceitunas: el 90 por ciento de los 53 millones exportados el año pasado se colocó en Brasil. Las mayores productoras son Mendoza y La Rioja. Se espera “un recorte importante en la demanda”.
u Pescados: el 41 por ciento de las exportaciones totales de filet de merluza (223 millones de dólares al año) y el 40 por ciento de las ventas totales de merluza congelada (97 millones) se dirigen a Brasil. Mar del Plata es el principal centro de fileteo. Pero también quedarían afectados los envíos desde las provincias patagónicas.

 

Más y menos dependientes


-exportaciones a Brasil, participación provincial-

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* Promedio últimos 3 años
Fuente: Fundación Andina

 

Desfile de gobernadores
En los próximos días, los gobernadores empezarán a desfilar por la Casa Rosada con sus reclamos. Hoy, el gobernador de Chubut, Carlos Maestro, y el de Santa Cruz, Néstor Kirchner, se reunirán con Corach y el secretario de Energía, César Mac Karthy, para evaluar la difícil situación que atraviesa la región por la suspensión de inversiones petroleras, como consecuencia de la caída de los precios internacionales del crudo. Y el jueves está agendado un encuentro con los doce gobernadores de las provincias más afectadas por la crisis brasileña.
Por otro lado ayer, el gobernador de Entre Ríos Jorge Busti reconoció que la devaluación del real golpeará a la producción arrocera, principal sustento económico de la provincia. “Hay que buscar mercados alternativos para el arroz, porque en el mediano plazo la devaluación brasileña se traducirá en una menor demanda”, afirmó el secretario de Producción de la provincia, José Mouliá.

 


BUSCAN UNA RESPUESTA A SUS RECLAMOS DE PROTECCION
La industria apuesta al Congreso

Por Cledis Candelaresi

t.gif (862 bytes) La crisis de Brasil inquieta los ánimos del Congreso, donde algunos legisladores oficialistas estudian cómo darle a la industria el amparo que el Poder Ejecutivo no le garantiza. Confiando en encontrar un terreno fértil para sus reclamos, hoy visitarán a la Comisión de Industria de Diputados dirigentes de la Unión Industrial Argentina, Adefa (automotrices) y otras varias cámaras empresarias aterradas por el Efecto Banana. Pero el Parlamento sólo podrá prometerles impulsar algunas medidas de auxilio financiero a la exportación, según el bosquejo de la agenda oficialista.
El diputado justicialista Jorge Remes Lenicov, presidente de la Comisión Mercosur, ayer tuvo un cara a cara con el secretario de Industria, quien volvió de Brasilia convencido de que poco puede hacerse ahora para satisfacer las demandas de protección de las empresas argentinas. “No podemos ponerle las manos en el cuello a nuestro principal socio en el Mercosur”, sentenció ayer Alieto Guadagni. El legislador duhaldista se convenció. “No se puede apretar más a Brasil sin correr riesgos de que el Mercosur se desinfle”, comentó ayer a Página/12.
Pero no todos los legisladores tienen una visión mesurada. El propio presidente de la Comisión de Industria, Emilio Martínez Garbino, trató de ganar consenso en la bancada justicialista para hacer algo que permita frenar la posible avalancha de pollos y jugos desde Brasil, dos rubros en los que su Entre Ríos natal es fuerte.
Los lobbies están hiperactivos. Los gobernadores de las provincias más amenazadas presionan sobre sus legisladores para conseguir algún amparo. A través de los legisladores de extracción sindical, los gremios empezaron a pedir medidas que atenúen el impacto social de la crisis. Las empresas hacen lo suyo, aunque con expectativas moderadas. Los dirigentes de la UIA visitarán al titular de la bancada oficialista, Humberto Roggero, por la mañana, mientras que por la tarde discutirán con Guadagni la situación con Brasil. Toda aquella presión, sumada al afán de la oposición por ganar protagonismo, es para el Ejecutivo como una mecha empapada en nafta.
Ante el riesgo de que el Congreso tome alguna iniciativa que descoloque al gobierno argentino en sus negociaciones frente a Brasil, Carlos Menem le pidió ayer a Roggero que trate de disciplinar a su tropa. Este prometió que intentará evitar sorpresas, aunque no por ello el Congreso se quedaría de brazos cruzados. Por el contrario, los especialistas en temas industriales que asisten al bloque del PJ ya empezaron a trabajar en una batería de medidas de apoyo a la industria.
Entre otras ideas, está la de permitir que el Banco de Inversión y Comercio Exterior pueda otorgar garantías a los pequeños exportadores. O la de crear un fondo de garantía para las empresas que exportan. Desde otros sectores se especula con insistir en el subsidio a la tasa de interés para las empresas que venden al exterior, algo que la bancada del PJ quiso incluir en el reforma tributaria pero Economía impidió.
Entre las distintas alternativas evaluadas, la más osada sería gravar la importación de productos brasileños. Pero difícilmente los legisladores se internen en ese terreno. No sólo por cuidar la relación con Brasil, sino además porque el Congreso delegó la administración del comercio exterior en el Ejecutivo. Sólo podría recuperarla mediante una ley que daría lugar a controversias, a menos que a algún legislador se le ocurra colar este tema en la modificación al Código Aduanero, proyecto del senador Eduardo Menem incluido en extraordinarias.

 

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