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SUSPENSIONES MASIVAS EN LA SIDERURGIA POR LA CRISIS
Hasta el acero acabó siendo frágil

Siderca suspendería a todo su personal. Siderar tiene stocks iguales a cuatro meses de producción. Cayó la demanda local y mundial.

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Por David Cufré

t.gif (67 bytes)  Siderca, una de las compañías siderúrgicas del grupo Techint, se apresta a suspender a sus 2700 operarios. Ayer se realizó la primera audiencia entre la empresa, la Unión Obrera Metalúrgica y el gobierno bonaerense para definir si aplica el “procedimiento de crisis”, que le permite reducir los costos laborales a cambio de evitar despidos masivos. La actividad sufre por los distintos males que sobrevinieron tras el crac del sudeste asiático y el Efecto Banana: abruptas caídas de la demanda local y de las exportaciones –estas últimas por la baja del precio del petróleo-, y el ingreso a precios de liquidación de productos brasileños. Siderar, la otra firma siderúrgica del grupo Rocca, tiene un stock equivalente a cuatro meses de producción, lo que constituye un indeseable record histórico.
La cotización de las acciones de aquellas compañías y de Acindar –de la familia Acevedo– reflejan el deterioro del sector. Los papeles de Siderca cayeron 50 por ciento entre el 14 de agosto pasado –última rueda antes del default ruso– y ayer, los de Siderar 44 por ciento y los de Acindar, 43,7.
Cada empresa afronta un problema particular. En el caso de Siderca, que produce tubos sin costura para la extracción de petróleo, el derrumbe del precio del crudo frenó sus exportaciones, dado que las petroleras disminuyeron su ritmo de inversiones. La producción de tubos cayó un 40 por ciento en el último trimestre de 1998.
El 20 de diciembre, Siderca solicitó a la Secretaría de Trabajo bonaerense una audiencia para acordar la aplicación del procedimiento de crisis en su planta de Campana. Ese mecanismo la autoriza a rebajar salarios y suspender personal. Angel Recúpero, secretario general de la UOM Campana, comentó a Página/12 que la empresa planteó ayer realizar suspensiones rotativas durante todo el año de los 2700 operarios. El sindicato, por su parte, reclamó que finalicen los despidos. Hasta ahora, la empresa se desligó de 220 empleados. La próxima reunión se llevará a cabo el 9 de febrero.
La siderurgia es una de las actividades industriales más golpeadas por la crisis. Siderar abastece de chapa a otras ramas igualmente alicaídas, como las terminales automotrices y autopartistas, a los productores de bienes de capital (maquinarias) y los de línea blanca (heladeras y lavarropas). También produce insumos para la construcción, sector que en el cuarto trimestre del ‘98 registró una baja del 2,4 por ciento. La empresa acumula un stock de 650 mil toneladas entre productos primarios, chapa en caliente, chapa en frío y productos terminados. Eso equivale a la producción de cuatro meses.
A la caída de la demanda interna se suma el aumento de importaciones desde Ucrania y Brasil, países que ganaron competitividad con sus respectivas devaluaciones. “Estamos muy preocupados. La devaluación del real genera un desequilibrio muy grande entre Brasil y la Argentina. Es como si en un partido de fútbol, de golpe se inclinara el terreno de juego hacia nuestro arco”, graficó ayer Javier Tizado, directivo de Techint.
La empresa acordó con la UOM flexibilizar las condiciones de trabajo de su personal. Naldo Brunelli, secretario general del sindicato en San Nicolás, indicó a este diario que “por ahora, nos vamos manejando con prórrogas de vacaciones, pero no hubo suspensiones masivas”. En la planta de Siderar en esa localidad bonaerense trabajan 6000 operarios. Ante la caída de la producción, algunos trabajadores realizan tareas distintas a las habituales, como –por ejemplo– pintar, en lugar de operar una máquina.
“Brasil, en este momento, está privilegiando exclusivamente la coyuntura interna. El gobierno argentino busca soluciones que traten de preservar el futuro del Mercosur, algo que hoy parece complicado”, subrayó Tizado, una de las primeras voces de peso que cuestiona la continuidad del bloque regional. En el caso de Acindar, sus compradores tampoco afrontan un panorama demasiado alentador. Produce insumos para la producción agropecuaria -desde alambrados hasta chapa para silos– y para la construcción. Además, como en el caso de Siderar, soporta una agresiva competencia externa.

SUBSIDIOS PARA AUMENTAR EL EMPLEO
Ahuyentar el fantasma

t.gif (862 bytes) El ministro de Trabajo confirmó ayer que el Gobierno lanzará desde abril un plan para fomentar el empleo privado, que consiste en subsidiar con 100 pesos la creación de cada nuevo puesto destinado a personas que tengan entre 21 y 60 años. Pero Antonio Erman González negó que se trate de una herramienta para paliar el previsto problema en el mercado laboral, provocado por la crisis de Brasil. “Hasta el momento, no hay ningún elemento de juicio concreto que nos haga pensar en un aumento de la desocupación”, sentenció el ministro.
El secretario de Empleo, Diego Estévez, detalló que la subvención será percibida directamente por los trabajadores como un complemento de su salario. Podrán ser beneficiarios los desempleados, quienes participan en programas de empleo, quienes estén percibiendo un seguro de desempleo o quienes se encuentren trabajando en negro.
La propuesta abarcará a los trabajadores que perciban sueldos menores de 900 pesos y según la siguiente escala temporal: desde 601 pesos lo cobrarán por un año, desde 301, durante quince meses y hasta 300 pesos durante dieciocho meses. El costo fiscal de este proyecto ascenderá a 600 millones de pesos, parte de los cuales podrá ser cubierto con un crédito que el Gobierno gestiona ante el Banco Mundial, y cuyo primer desembolso llegaría recién en julio.

 

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