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Cavar trincheras para
la invasión brasileña


Industriales y diputados acordaron exigir el control al ingreso de productos de Brasil. Roque sólo acepta aplicar cuotas una vez que se verifique la invasión. “Será demasiado tarde”, le respondieron.

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Alieto Guadagni, secretario de Industria, con dirigentes de la UIA.
Buscó calmar ansiedades. Aseguró que Brasil eliminará subsidios.

Por Raúl Dellatorre

t.gif (67 bytes) No son simples matices los que separan lo que el Ministerio de Economía está dispuesto a dar, para compensar el impacto de la devaluación brasileña, de lo que le reclaman los sectores industriales y los diputados. Ayer, Roque Fernández admitió que podrían llegar a aplicarse cupos a la importación de productos brasileños, pero sólo en caso de “una invasión de productos por razones transitorias y coyunturales, como puede ser un tipo de cambio fuera de equilibrio”. La industria y los diputados en bloque (incluidos los justicialistas) reclaman la ejecución “inmediata” de medidas: licencias previas a la importación, cuotas al ingreso de productos brasileños y reestablecimiento de reembolsos a la exportación. La diferencia entre aplicar las medidas previamente o una vez producida la invasión puede significar la vida o la muerte para varias empresas fue la advertencia que ayer escuchó el gobierno nacional.
El maratón de encuentros realizados ayer en el Congreso para debatir los caminos a seguir para cubrirse de la devaluación del real incluyó las visitas a la Comisión de Industria de la Cámara baja del secretario de Industria, Alieto Guadagni, dirigentes de la UIA, directivos de las cámaras de automotrices (Adefa), autopartistas (AFAC), metalúrgicos (Adimra y CIMA) y fabricantes de maquinaria agrícola. Por separado, la UIA visitó a Guadagni en su despacho.
El titular de Industria insistió, por la mañana, en darle bajo perfil a su reunión en Brasilia con Celso Lafer, secretario de Desarrollo e Industria del vecino país, del que sólo recogió en concreto el compromiso de volver a encontrarse en 30 días. Por la tarde, frente a la UIA, manifestó que en esa nueva cita Brasil informará la eliminación de los subsidios a sus exportaciones al Mercosur. Guadagni señaló que la información le había sido transmitida telefónicamente, ayer, por Lafer. En realidad, esa alternativa ya había sido aprobada en Brasil el jueves 21, luego del encuentro de Lafer con Jorge Campbell, titular de Relaciones Económicas Internacionales. Incluso, se definió entonces que los productos alcanzados por la medida serán los automóviles, vehículos de carga, autopartes, minerales de hierro, aceros laminados planos y polímeros (insumo petroquímico para la industria plástica).
La medida no conforma a la industria, frente a una devaluación que ya rebasa el 35 por ciento. Las cámaras empresarias, junto a los distintos bloques de diputados, reclaman otras “medidas urgentes” del lado argentino: el reestablecimiento de reembolsos para las exportaciones, aplicación de licencias previas a las importaciones provenientes de Brasil y, eventualmente, imposición de cupos.
“Algunos plantearon aplicar aranceles extra a los productos brasileños, pero con esta devaluación permanente terminan licuándose”, explicó a Página/12 Emilio Martínez Garbino, titular de la Comisión de Industria de la cámara. “Es más válido controlar el volumen ingresado”, agregó. Al ser consultado sobre la recepción que tuvo la propuesta por parte de Guadagni, como representante de Economía, respondió: “Ellos prefieren esperar que Brasil tome la iniciativa de recortar los subsidios”. Agregó luego que “parecería que el ministro (Fernández) quiere dejar que pase la oleada, sin tener que tomar medidas”.
El secretario de Industria informó a diputados y empresarios que se está haciendo un monitoreo, “día a día”, sobre el ingreso de mercaderías brasileñas por 200 posiciones arancelarias representativas del 72 por ciento de las ventas a Argentina. “Como dato, es bueno, pero para lo único que sirve es para tomar medidas a posteriori, cuando ya el daño se haya producido”, comentó Martínez Garbino, quien refirió que “cuando Economía termina de evaluar el daño, las empresas ya cerraron”.
La reunión con los distintos sectores permitió constatar lo que era una sospecha: las jornadas reducidas, vacaciones anticipadas y suspensiones de personal no sólo se verifican en la industria automotriz. En tanto, Roquesigue meditando qué medidas aplicar. Que, de todos modos, aclaró que no serán “inminentes”.

 

Suspendidos por 11 meses

Fiat Auto Argentina acordó con el sindicato de mecánicos (Smata) un programa de suspensiones rotativas, que abarca a 2800 operarios, que se pondrá en práctica a partir del lunes próximo y llegará hasta el 31 de diciembre. La decisión fue justificada por la empresa en “la coyuntura desfavorable en los mercados, tanto a nivel nacional como internacional”. La medida se suma a la anteriormente aplicada por Ford Argentina sobre 1400 trabajadores de su planta, pero en este caso se trata de suspensiones plenas por un lapso que alcanzaría a 15 meses. La cámara del sector, Adefa, solicitó ayer al Congreso volver a impulsar el mecanismo de venta por leasing –alquiler con opción a compra–, para tratar de reactivar el alicaído mercado interno. El Plan Canje, próximo a ponerse en marcha, no será suficiente remedio para la actual enfermedad.

 


Frigeri reclamó medidas para evitar cierres
“Deberían aplicar aranceles”

 

Rodolfo Frigeri, del Bapro.
“Lo peor es no hacer nada.”

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Por R.D.

t.gif (862 bytes) “Argentina debería aplicar aranceles diferenciales sobre las importaciones de Brasil, o alguna medida extraarancelaria, para protegernos transitoriamente de los efectos de la devaluación del real”, opinó ayer, consultado por Página/12, el diputado nacional Rodolfo Frigeri, titular además del Grupo Bapro. “Es cierto que el mercado con el tiempo se va a acomodar a las nuevas condiciones, pero mientras tanto me pueden cerrar varias empresas por algo tan atípico como un aumento del 52 por ciento (hasta el martes) en el precio del dólar en reales”, refirió.
El diputado justicialista señaló que “Argentina tiene dos alternativas frente a esta coyuntura: esperar a que Brasil termine su ajuste o tomar medidas. Si toma medidas, hay que conversarlas con el gobierno de (Fernando Henrique) Cardoso, que lo va a entender, porque cuidar al Mercosur también es evitar que alguno de los socios quede demasiado golpeado; si Brasil se demora en encontrar un nuevo equilibrio, no está mal, mientras tanto, armar nuestra propia defensa ante esta asimetría: lo malo es quedarse de brazos cruzados”.
Frigeri consideró, además, la necesidad de aplicar “otras medidas para mejorar la competitividad de la producción argentina”. En tal sentido, consideró que “bajar los aportes previsionales es bueno, y si es necesario por razones presupuestarias, está bien empezar primero por los bienes transables”, tal como lo resolvió el gobierno nacional. “Si se agiliza la devolución del IVA a los exportadores, mejor”, agregó.
Pero, además, juzgó conveniente recortar partidas presupuestarias como punto de partida para subsidiar créditos a las pequeñas y medianas empresas. “Bajarle cinco puntos porcentuales en la tasa representaría un costo no demasiado significativo: en la provincia de Buenos Aires lo vamos a implementar en los próximos días, y creo que a nivel de la Nación también podemos hacerlo”, estimó.
La reacción del gobierno nacional ante la crisis provocada por Brasil sólo alcanzó a la aplicación de medidas pendientes de resolución desde antes de la devaluación del real. La rebaja de aportes previsionales estaba prevista en el Presupuesto Nacional, pero ante la emergencia se decidió anticipar el cronograma de entrada en vigencia. El Plan Canje, para la renovación del parque automotor de más de una década de antigüedad, busca apuntalar a uno de los sectores más castigados por la caída de las importaciones brasileñas. Frigeri indicó que esa medida podría complementarse con otras orientadas en igual sentido. “Por ejemplo, un plan para renovar la flota de taxis”, propuso.
La alternativa de aplicar aranceles a las importaciones brasileñas era resistida por las autoridades de ese país, al menos en sus declaraciones hasta la semana pasada, cuando el dólar todavía no había superado el valor de 1,70 reales. Y tampoco era vista con simpatía por Roque Fernández, quien prefería esperar a que Brasil, voluntariamente, renunciara a los incentivos que benefician a sus exportadores. Frigeri manifestó a este diario que, ante situaciones atípicas como la actual, “las medidas correctivas deben tomarse, porque ya no existen los países más sanos que otros que puedan considerarse al margen de estas crisis”.

Opiniones sobre la dolarización

“No es seria ni madura”
Mario Brodersohn, economista de la Alianza
na02fo04.jpg (5713 bytes)“El proyecto de asociación monetaria que ha hecho el Gobierno a través del presidente del Banco Central no es una propuesta seria, responsable ni madura. Implicaría la extranjerización total del sistema financiero. Ya no tendría sentido tener bancos argentinos. Y además implicaría un golpe muy fuerte al Mercosur. Ya los funcionarios brasileños la consideran una insensatez. El Gobierno, en plena escalada de devaluación de Brasil, quiso poner de relieve que no va a hacer lo mismo que Brasil. Que no va a devaluar. El Gobierno tendría que ocuparse de otras cosas. Por ejemplo, de proteger la industria, tarea en la que hasta ahora no hizo nada. El equipo económico está corriendo de atrás a los acontecimientos. Roque Fernández tiene una exagerada lentitud. Se puso el piloto automático en medio de una tormenta muy fuerte. Me parece que en este momento la gente quisiera escuchar un poco más de políticas activas. La devaluación del real hay que compensarla con un arancel transitorio a las importaciones desde Brasil. Y usar los recursos obtenidos para dar reembolsos a las exportaciones que van a Brasil.”
“Moriría el Mercosur
Rosendo Fraga, analista político
na02fo03.jpg (5344 bytes)“En estos momentos hay tres debates en la política argentina que han sido generados por la crisis económica de Brasil: 1) la dolarización; 2) la relación con Brasil, y 3) aumentar la protección o bajar los costos para competir con Brasil. La dolarización es una medida que divide las aguas en el campo político. Menem y el equipo económico de un lado, y el resto del otro. Brasil es un tema más complejo. Quienes proponen la dolarización están diciendo que “si tengo que optar entre Estados Unidos y Brasil, me quedo con Estados Unidos”. Ese es el mensaje político de la dolarización. En esa opción, la Alianza se queda con Brasil. Después está el tercer debate: protección o bajar costos. La CGT y la UIA han planteado que Argentina tiene que cerrar su economía frente a la crisis. Esto obliga a los hombres de la política pensar el rumbo de largo plazo de la Argentina. Brasil hoy rechaza rotundamente es que la Argentina ponga barreras arancelarias a su producción, lo cual sería terminar con el Mercosur. Hay dos cuestiones que pueden producir el fin del Mercosur: la dolarización y que Argentina ponga barreras de protección.”

 

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