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Un juez ordenó liberar a dos
peruanos que iban a ser expulsados

En un fallo que puede sentar precedente, el juez afirmó que la detención de los hombres,
indocumentados, fue ilegal. Fueron liberados.

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Los dos ciudadanos peruanos, cuando fueron trasladados.

Uno de ellos estaba a punto de casarse con una rosarina.

Por José Maggi
Desde Rosario


t.gif (67 bytes) Valdera Mori tiene 27 años, es artesano, y desde hace tres años vive en la Argentina. Cuenta que el día que fue detenido –el 22 de enero último– iba a casarse con una joven rosarina y así obtener su residencia. Su amigo Hacho Quispe, detenido con él, tiene 21 años y da clases de fabricación de flores artificiales. El juez federal de esta ciudad, Carlos Carrillo, entendió a través de un fallo que puede constituirse en un caso piloto a nivel nacional, que las detenciones de estos dos peruanos indocumentados, dispuestas por el titular de la Delegación Santa Fe de la Dirección Nacional de Migraciones, “resultan ilegítimas” y dispuso que fueran puestos en libertad inmediatamente.
Mori y Quispe fueron detenidos por policías de Rosario en la calle el 21 de este mes sin apelar a razones: por ser extranjeros y no tener documentación se dio intervención a la Dirección Nacional de Migraciones, autoridad que recién en ese momento dio instrucciones a la policía para que los mantuviera detenidos a su disposición. A partir de allí se dictaron las resoluciones que, luego de declararlos ilegales y ordenar su expulsión, dispusieron ordenar su detención para permitir que se concretara su salida forzosa del país.
En su fallo, el magistrado dijo tener “en cuenta que la ley 22.439 en su artículo 40, y su reglamentación (decreto 1023/94) en el artículo 83, prevén con plena claridad que esa clase de detenciones cautelares se pueden disponer una vez tomada la resolución de expulsión, mientras que en el presente, por el contrario, fueron ordenadas con anterioridad. A ello se agrega que la deficiente fundamentación de ambos decisorios es virtualmente inexistente, al punto que de hecho impide revisar la validez o acierto de las razones valoradas al efecto”.
Por lo que resolvió “que las detenciones de Hacho Quispe y Valdera Mori dispuestas por el titular de la Delegación Santa Fe de la Dirección Nacional de Migraciones resultan ilegítimas” y dispuso su inmediata libertad.
“Acá se trastocaron todos los valores de la ley –que de por sí tiene todos los ingredientes de un norma firmada en la época de la dictadura titulada ‘Fomento de la emigración’– porque se la endureció aun más”, dijo Rubén Dunda, defensor del Pueblo de Santa Fe, quien fue el que presentó el hábeas corpus por los dos ciudadanos peruanos.
“Primero se los retuvo, se confeccionó la orden de expulsión y después se realizaron los trámites e informes administrativos que por supuesto violaban el término de la perentoriedad de la norma. Moraleja: tenemos ciudadanos detenidos cinco o seis días sin ningún tipo de recursos ni abogado que los defienda”, agregó.
De todas maneras, el defensor del Pueblo dijo que, más allá del fallo del juez Carrillo, “hemos retrocedido ciento y pico de años al considerarlos por simples extranjeros como sospechosos de cualquier delito, y los hemos tratado como tales”.
Dunda prometió que “hará la denuncia penal por la situación de detención que sufrieron ambos ciudadanos peruanos” y apostó a que “este es un caso de particular trascendencia que va a asentar un antecedente importante para casos futuros y actuales que se estén tramitando en el país”.
–¿Qué actitud debe tomar un ciudadano extranjero ante estos operativos?
–Presentarse ante Migraciones o en la Defensoría del Pueblo. Si su voluntad es quedarse en el país, se inicia el trámite porque la Constitución garantiza esa posibilidad –explicó Dunda.
–¿Pero Migraciones puede ordenar la detención?
–Yo creo que después de este fallo esto no se va a repetir.

 

ANTE PERIODISTAS BOLIVIANOS
Corach siguió de largo

t.gif (862 bytes) Cada mañana, los periodistas se despiertan a las 5 para ir a apostarse en la puerta de la casa del ministro del Interior. Al salir, Carlos Corach les responde todo tipo de preguntas. Sin embargo, en la mañana de ayer el ministro decidió seguir de largo cuando los cronistas le informaron que se encontraban presentes dos periodistas bolivianos. “Que vayan a Gobierno”, les contestó antes de marcharse.
“Queríamos hablar con el ministro para tener su palabra y conocer hasta dónde se iba a respetar la declaración en la que el gobierno de la Argentina se comprometió a respetar los derechos humanos y a que cesen las persecuciones indebidas, porque en Bolivia hay preocupación”, dijo Guiber Arancibia, corresponsal de El Diario de La Paz a sus colegas. Arancibia dijo tener datos de que en la frontera Pocitos-Yacuiba se falsifican documentos y la policía argentina hace negocios con los bolivianos. La Razón, otro diario boliviano, publicó el lunes una nota que decía que “la detención por portación de rostro es conocida aquí como el arresto que se hace contra los morochitos que andan merodeando por la calle (...)”.
Por su parte, el ministro de Justicia Raúl Granillo Ocampo defendió ayer el proyecto de ley de Migraciones y dijo que “de ninguna manera el Gobierno puede ser calificado de xenófobo”; la política, dijo, apunta a “transformar en delito la actitud de estos argentinos o no que los hacen entrar ilegalmente al país y los someten a prostitución, a trabajos donde les pagan nada”.

 

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