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OPINION

Los extranjeros y la ética bíblica

Por Leopoldo Schiffrin*


t.gif (67 bytes)  La situación angustiosa que se ha creado a los hermanos inmigrantes de varios países latinoamericanos obliga a la protesta. La Biblia es el libro de la protesta, y su enseñanza ético–política constituye el fundamento de la fe para quienes profesamos religiones bíblicas, y para los que se mueven en un marco de autonomía ética aparece como un precioso repertorio de formulaciones basales.
Rabí Eliezer el Grande afirma que en treinta y seis o quizás cuarenta y seis lugares de la Escritura está prohibido maltratar al extranjero (Talmud de Babilonia, Tratado Baba Metzía, 59B, al final). Sólo tengo fichados diecinueve pasajes y de éstos hago una selección. Leamos y comparemos con la cruel realidad, y tengamos fuerza para obrar siguiendo las palabras de esta Ley:
u “Mía es la tierra, y vosotros sois extranjeros y huéspedes en mi presencia” (Levítico, 25:23).
u “Un extranjero soy yo ante Ti, un huésped como fueron mis padres todos”. (Salmo 39:13).
u “No explotarás al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos o un extranjero que resida dentro de tus límites. Le darás cada día su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda, porque es pobre, y para vivir necesita de su salario. Así no apelará por ello al Eterno contra ti, y no cargarás con un pecado”. (Deuteronomio 24:14–15).
u “No torcerás el derecho del extranjero, ni del huérfano, ni tomarás en prenda el vestido de una viuda. Acuérdate que fuiste siervo en el país de Egipto y de que el Eterno tu Dios te rescató de allí”. (Deuteronomio 24:17).
u “Maldito aquel que tuerce el derecho del extranjero, del huérfano o de la viuda, y todo el pueblo dirá: Amén”. (Deut. 27:19).
u “No maltratarás al extranjero ni le oprimirás, pues extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto”. (Exodo 22:20).
u “Y si se empobrece tu hermano y se debilita su fuerza a tu lado lo ayudarás, extranjero o arraigado, vivirá contigo”. (Lev. 25:35).
u “Cuando un extranjero resida junto a ti, en vuestra tierra, no le molestaréis. Al extranjero, que reside junto a vosotros, le miraréis como a uno de vuestro pueblo y le amarás como a ti mismo; pues extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. Yo el Eterno, soy vuestro Dios”. (Lev. 19:33-34).
u “El Eterno vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y temible, que no hace distinción de personas... que hace justicia al huérfano y a la viuda y que ama al extranjero a quien da pan y vestido. Ama pues al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto”. (Deut. 10:17-19).
u “Del mismo modo juzgarás al extranjero y al nativo; porque yo soy el Eterno, tu Dios”. (Lev. 24:22).

* Presidente de la Cámara Federal de La Plata.

 

 

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