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Por David Cufré Lo que la comunidad internacional espera de Francisco Chico Lopes y del Banco Central brasileño es que logren estabilizar la situación económica, antes que arriesgar opiniones teóricas sobre la dolarización y la convertibilidad, enfatizó el viceministro de Economía, Pablo Guidotti, en diálogo con Página/12. Las acusaciones cruzadas entre las autoridades de ambos países, que se escuchan en la intimidad de los despachos pero que se disimulan en las declaraciones formales para no seguir agregando combustible al incendio, están emergiendo a la luz pública. El número dos del Palacio de Hacienda se corrió del discurso diplomático para emprenderla contra el gobierno del país vecino, luego de que éste calificara de opción desastrosa la convertibilidad y emitiera un comunicado destacando que quienes sugieren una asociación monetaria con los Estados Unidos contribuyen a crear un ambiente de inestabilidad en América latina. La pelota había quedado del lado argentino luego de esa declaración, y el Gobierno volvió a despejarla sin miramientos hacia territorio brasileño. No comparto la opinión de los funcionarios brasileños de que estudiar un proceso de dolarización, para un período de acá a dos o tres años, le pueda hacer algún daño a su país. Quien hace ese análisis se equivoca o no entiende cuál es la propuesta del Poder Ejecutivo argentino, subrayó ayer Roque Fernández, luego de entrevistarse con los gobernadores (ver página 7). La pelea de fondo, de la que por ahora sólo se ven los chisporroteos del debate sobre la dolarización, es por las diferentes visiones de los gobiernos sobre cómo superar la crisis. Desde Argentina se cuestionan las últimas decisiones del equipo encabezado por el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán, desde la devaluación en adelante. Un estrecho colaborador de Roque confió a este diario, semanas antes de la liberalización del dólar, que si las opciones que tienen son devaluar o renegociar la deuda, deben inclinarse por la segunda. Brasil no sólo quebró su juramento de que no depreciaría el real, sino que ni siquiera le anticipó esa decisión al gobierno argentino. Roque quedó descolocado el miércoles 13 cuando Brasil anunció el primer corrimiento de la banda cambiaria, dado que concedió una entrevista radial destacando la firmeza del socio del Mercosur, e inmediatamente después se conoció la noticia de la devaluación. Brasil debe encarar el problema de la deuda de forma muy activa. No sugiero una reestructuración forzosa (apelando a una suerte de Plan Bonex), pero sí una firme iniciativa para estirar los vencimientos, a través del canje de deuda de corto plazo por otra más larga, aunque sea apelando a endeudamiento en dólares. Ellos tienen posibilidad de hacerlo, y aún no dieron respuesta a este tema, opinó Guidotti en la entrevista que concedió a Página/12. El equipo económico descree de la estrategia del gobierno de Fernando Henrique Cardoso para capear el temporal, puesto que considera que el problema de fondo, los perentorios y abultados vencimientos de deuda, sigue sin ser atacado. El temor del equipo económico es que Brasil se declare en cesación de pagos, agigantando la desconfianza de los inversores extranjeros hacia la región. Las críticas veladas del gobierno argentino encrespan a los brasileños. Pero el conflicto estalló por la llamativa propuesta de Carlos Menem de avanzar hacia una asociación monetaria con los Estados Unidos, que daría lugar a la desaparición de las monedas de la región, y a adoptar en su lugar el dólar. Primero fue el presidente del Banco Central, Chico Lopes, quien denostó esa iniciativa. Menem se enfureció. Me desautorizaron, disparó en una reunión que mantuvo el martes con Roque, Pedro Pou (titular del Banco Central) y Eugenio De Bary (presidente de la Bolsa de Comercio). Me gustaría que los brasileños solucionen sus graves problemas internos, antes que salir a criticar la dolarización, añadió. Guidotti repitió ese concepto. El funcionario también consideró posible que el punto de equilibrio de la cotización del dólar sean dos reales. Ya están muy cerca de ese nivel, indicó. La comunidad financiera está mirando tres aspectos con respecto a Brasil. El primero es que el gobierno profundice las reformas estructurales acordadas con el FMI. En este caso, el Congreso está colaborando para avanzar en esa dirección. El segundo tema es que logren mantener el real más o menos estabilizado. En eso han sido medianamente exitosos, pero no del todo. Y el tercer punto es superar el problema de la deuda, sobre el que aún no dieron respuesta. Necesitan encarar los tres ejes con decisión y en forma simultánea. De ahí va a salir la estabilidad para el tipo de cambio, recomendó Guidotti.
EL DOLAR TREPO A 1,95. FUGARON OTROS 300
MILLONES No
hay un rumbo trazado por el gobierno, todo es volátil. Mañana el dólar puede venderse a
2,20 o 2,50 reales, nadie sabe. El comentario del director del Departamento de
Economía de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp) describe el clima de
incertidumbre que se vive en Brasil que encontrará la misión del FMI encabezada por
Teresa Ter Minassian, directora del Departamento Hemisferio Occidental, cuando arribe este
fin de semana a Brasilia. El mercado cambiario volvió a vivir ayer otra jornada
convulsionada, con el dólar trepando a 1,95 reales y una fuga de divisas del orden de los
300 millones de dólares. |