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GUIDOTTI ARREMETE CONTRA LOS QUE CRITICARON LA CONVERTIBILIDAD
“Arreglen lo suyo antes de opinar”

En una entrevista exclusiva con Página/12, el viceministro de  Economía le contestó así a las criticas a la convertibilidad y a la dolarización que manifestó el titular del Banco Central de Brasil.

Pablo Guidotti, mano derecha de Roque Fernández. No se calló nada.
El ministro también se enojó por la reacción brasileña.

Deuda: “Brasil debe encarar el problema de la deuda. No sugiero una reestructuración forzosa, pero sí una firme iniciativa para estirar los vencimientos.”

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Por David Cufré

t.gif (862 bytes) “Lo que la comunidad internacional espera de Francisco “Chico” Lopes y del Banco Central brasileño es que logren estabilizar la situación económica, antes que arriesgar opiniones teóricas sobre la dolarización y la convertibilidad”, enfatizó el viceministro de Economía, Pablo Guidotti, en diálogo con Página/12. Las acusaciones cruzadas entre las autoridades de ambos países, que se escuchan en la intimidad de los despachos pero que se disimulan en las declaraciones formales para no seguir agregando combustible al incendio, están emergiendo a la luz pública. El número dos del Palacio de Hacienda se corrió del discurso diplomático para emprenderla contra el gobierno del país vecino, luego de que éste calificara de “opción desastrosa” la convertibilidad y emitiera un comunicado destacando que “quienes sugieren” una asociación monetaria con los Estados Unidos “contribuyen a crear un ambiente de inestabilidad en América latina”.
La pelota había quedado del lado argentino luego de esa declaración, y el Gobierno volvió a despejarla sin miramientos hacia territorio brasileño. “No comparto la opinión de los funcionarios brasileños de que estudiar un proceso de dolarización, para un período de acá a dos o tres años, le pueda hacer algún daño a su país. Quien hace ese análisis se equivoca o no entiende cuál es la propuesta del Poder Ejecutivo argentino”, subrayó ayer Roque Fernández, luego de entrevistarse con los gobernadores (ver página 7).
La pelea de fondo, de la que por ahora sólo se ven los chisporroteos del debate sobre la dolarización, es por las diferentes visiones de los gobiernos sobre cómo superar la crisis. Desde Argentina se cuestionan las últimas decisiones del equipo encabezado por el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán, desde la devaluación en adelante. Un estrecho colaborador de Roque confió a este diario, semanas antes de la liberalización del dólar, que “si las opciones que tienen son devaluar o renegociar la deuda, deben inclinarse por la segunda”.
Brasil no sólo quebró su juramento de que no depreciaría el real, sino que ni siquiera le anticipó esa decisión al gobierno argentino. Roque quedó descolocado el miércoles 13 –cuando Brasil anunció el primer corrimiento de la banda cambiaria–, dado que concedió una entrevista radial destacando la firmeza del socio del Mercosur, e inmediatamente después se conoció la noticia de la devaluación.
“Brasil debe encarar el problema de la deuda de forma muy activa. No sugiero una reestructuración forzosa (apelando a una suerte de Plan Bonex), pero sí una firme iniciativa para estirar los vencimientos, a través del canje de deuda de corto plazo por otra más larga, aunque sea apelando a endeudamiento en dólares. Ellos tienen posibilidad de hacerlo, y aún no dieron respuesta a este tema”, opinó Guidotti en la entrevista que concedió a Página/12. El equipo económico descree de la estrategia del gobierno de Fernando Henrique Cardoso para capear el temporal, puesto que considera que el problema de fondo, los perentorios y abultados vencimientos de deuda, sigue sin ser atacado. El temor del equipo económico es que Brasil se declare en cesación de pagos, agigantando la desconfianza de los inversores extranjeros hacia la región.
Las críticas veladas del gobierno argentino encrespan a los brasileños. Pero el conflicto estalló por la llamativa propuesta de Carlos Menem de avanzar hacia una asociación monetaria con los Estados Unidos, que daría lugar a la desaparición de las monedas de la región, y a adoptar en su lugar el dólar. Primero fue el presidente del Banco Central, Chico Lopes, quien denostó esa iniciativa. Menem se enfureció. “Me desautorizaron”, disparó en una reunión que mantuvo el martes con Roque, Pedro Pou (titular del Banco Central) y Eugenio De Bary (presidente de la Bolsa de Comercio). “Me gustaría que los brasileños solucionen sus graves problemas internos, antes que salir a criticar” la dolarización, añadió. Guidotti repitió ese concepto. El funcionario también consideró “posible” que el punto de equilibrio de la cotización del dólar sean dos reales. “Ya están muy cerca de ese nivel”, indicó. “La comunidad financiera está mirando tres aspectos con respecto a Brasil. El primero es que el gobierno profundice las reformas estructurales acordadas con el FMI. En este caso, el Congreso está colaborando para avanzar en esa dirección. El segundo tema es que logren mantener el real más o menos estabilizado. En eso han sido medianamente exitosos, pero no del todo. Y el tercer punto es superar el problema de la deuda, sobre el que aún no dieron respuesta. Necesitan encarar los tres ejes con decisión y en forma simultánea. De ahí va a salir la estabilidad para el tipo de cambio”, recomendó Guidotti.

 

Cavallo con su panacea

Brasil fue todo un tema ayer en Davos. La discusión se recalentó cuando Domingo Cavallo opinó que los brasileños deberían encaminarse rápidamente hacia un sistema como el argentino, con la creación de una caja de conversión y el establecimiento de una paridad fija entre el real y el dólar. El cordobés aconsejó la adopción de un régimen bimonetario, y además dolarizar y reprogramar la deuda interna, lo que –según él– bajaría su costo a la cuarta parte y resolvería así el déficit fiscal.
La contundente visión de Cavallo, con una receta que guarda grandes semejanzas con la que sacó a la Argentina de la hiperinflación, no parece ganar adeptos fácilmente. Charles Dallara, director del Instituto de Finanzas Internacionales de Estados Unidos, señaló que le parecía que la clave para que Brasil recupere la credibilidad internacional no es una caja de conversión (eso y no otra cosa es hoy el BCRA) sino una profunda reforma fiscal y una reducción del déficit. Obviamente, la pregunta es cómo lograrlo mientras haya que pagar la gigantesca factura de la deuda, que va renovándose a tasas siderales.
Por fortuna, Rudiger Dornbusch respaldó el enfoque de Cavallo, sosteniendo que la solución para Brasil es la convertibilidad, un sistema que “ha dado resultados extraordinariamente buenos en la Argentina y Hong Kong”.

“Se reprogramará la deuda”

La alternativa de una moratoria o reestructuración compulsiva de la deuda en Brasil gana cada día más adeptos. Ya no son sólo los financistas y gobernadores rebeldes al gobierno central quienes prevén esa eventualidad. Ahora se sumaron ciertos empresarios que piensan que tarde o temprano el gobierno de Cardoso tendrá que hacer algo con su pesada deuda interna. En esa línea se expresó el presidente del “Grupo Brasil” en Argentina, Dickson Tangerino, que reúne a las más importantes empresas de ese origen radicadas en el país. “La única solución va a ser una reprogramación de la deuda interna, que se dará después de las reformas que se van hacer”, aseguró el empresario, agregando que “el gran problema de Brasil es la deuda interna de corto plazo y las elevadas tasas de interés, que están tornando impagable la deuda”. Tangerino cree que las decisiones del gobierno de Cardoso y del Congreso son más lentas que lo que exigen los mercados y piensan que “como Brasil no está en una crisis tremenda, como hubo en Argentina en el ‘89, entonces las cosas son más lentas”.

 


 

EL DOLAR TREPO A 1,95. FUGARON OTROS 300 MILLONES
Brasil no encuentra el rumbo

t.gif (862 bytes) “No hay un rumbo trazado por el gobierno, todo es volátil. Mañana el dólar puede venderse a 2,20 o 2,50 reales, nadie sabe.” El comentario del director del Departamento de Economía de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp) describe el clima de incertidumbre que se vive en Brasil que encontrará la misión del FMI encabezada por Teresa Ter Minassian, directora del Departamento Hemisferio Occidental, cuando arribe este fin de semana a Brasilia. El mercado cambiario volvió a vivir ayer otra jornada convulsionada, con el dólar trepando a 1,95 reales y una fuga de divisas del orden de los 300 millones de dólares.
Ni la votación en tiempo record del paquete de ajuste fiscal en el Congreso, ni la firme decisión del Banco Central de subir hasta donde sea necesario las tasas de interés, lograron calmar a los financistas, que siguen atacando a la moneda brasileña, ya golpeada y sangrante en el piso. Las compañías españolas Telefónica e Iberdrola, y la portuguesa Telecom (en la que participa la primera) anunciaron que anticiparán el pago de 7000 millones de reales correspondientes a la adjudicación de parte de las empresas de telecomunicaciones en que se dividió Telebrás. Pero ni la promesa de inyección de unos 3600 millones de dólares a las alicaídas reservas frenó la sensación de que Brasil camina hacia el precipicio, y con los ojos vendados.
Con la desvalorización del real (ayer retrocedió un 2 por ciento, y acumula un 37,9 por ciento desde el 13 de enero), las participaciones empresarias en la Bolsa de San Pablo le resultan a los inversores externos como ofertas a precio de remate. Las acciones subieron ayer, en promedio, un 3,9 por ciento. Pero también se ciernen sombras sobre el sector manufacturero. Roberto Faldini, economista de la Fiesp, señaló que “las altísimas tasas de interés son horribles para los empresarios, pero también es cierto que no hay otra alternativa para que el gobierno muestre su determinación contra la inflación; no obstante, la suba tiene que ser provisional, si no vamos a entrar en un círculo vicioso y la industria se va a venir abajo”. Ayer el Banco Central aumentó la tasa interbancaria al 35,5 por ciento anual, después de haberla llevado al 34 por ciento el miércoles, contra el 32 del día anterior. Pero ni así pudo detener la corrida hacia el dólar. La empresa evaluadora de inversiones Morgan Stanley Dean Witter estimó que el dólar podría trepar hasta los 2 reales, pero que se acomodaría en torno a 1,62 antes que termine el año. Para entonces, el daño estará hecho: la inflación saltaría a 21 por ciento en 1999 y la contracción económica alcanzaría al 4 por ciento. Además, admitió que si la actual batería de medidas fracasa, la administración Cardoso deberá reprogramar los vencimientos de su deuda interna, de más de 300 mil millones de reales. El Banco Mundial amonestó a los gobiernos estaduales que no honran sus deudas, al suspender por 60 días los créditos para Minas Gerais y Río Grande do Sul, que incumplieron el pago de sus compromisos con el gobierno federal. La justificación fue que se buscaba evitar “mayores riesgos al BM y al gobierno federal, como garante”. En rigor, se trató de un gesto de respaldo para Henrique Cardoso.

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