Por Pedro Lipcovich
No podemos dominar
los incendios en corto plazo, reconoció el ministro de Gobierno de Río Negro. Por
eso el gobernador de la provincia solicitó que el Plan Nacional de Manejo del Fuego
dependiente de la Secretaría que conduce María Julia Alsogaray asuma el
comando de las operaciones contra el fuego que está a 12 kilómetros de San Carlos de
Bariloche. La propia María Julia viajará hoy hacia la zona para ponerse a la cabeza del
operativo. Ayer el incendio no avanzó, debido a la falta de vientos, pero a menos que se
desate la esperada tormenta el fuego puede seguir acercándose a la ciudad. Mientras
recrudecen las denuncias sobre la ineficacia en la lucha contra el fuego (ver nota
aparte), los incendios se extienden también en Neuquén y Chubut.
El Plan Nacional de Manejo del Fuego, dependiente de la Secretaría de Recursos Naturales,
asumirá el comando de operaciones contra los incendios próximos a la ciudad
de Bariloche, anunció ayer María Julia Alsogaray, titular de esa Secretaría. La medida
había sido solicitada en Buenos Aires por el gobernador de Río Negro, Pablo Verani.
Es que estamos al límite de nuestra capacidad operativa dijo a este diario el
ministro de Gobierno de Río Negro, Oscar Machado. Desde el 1º de enero tuvimos
más de 400 focos de incendio. Nuestros 178 brigadistas están al límite de sus fuerzas,
y al concentrar los efectivos en Bariloche desprotegemos el resto de la provincia.
Mientras el norte de Río Negro padece inundaciones por exceso de lluvia, el sur arde con
una sequía que dura ya 54 días y temperaturas inusuales, que ayer llegaron a 34 grados.
Técnicos del Plan Nacional efectuaban ayer un relevamiento aéreo de la zona, y se
anunció la llegada de un avión hidrante y dos helicópteros que se sumarán a los dos
que ya operan. Daniela Otero, vocera del Plan, observó para este diario que el Plan
Nacional toma la conducción operativa del incendio de la estancia San Ramón (que se
inició por un rayo y llegó a Dina Huapi, a 12 kilómetros de San Carlos de Bariloche),
pero no del resto de los incendios que pueda haber en la provincia.
El incendio, que abarca 3000 hectáreas, ayer se mantenía contenido, sin
avanzar, pero todo depende del viento, reconoció Raúl González Guerra,
vocero del SPLIF, organismo provincial de lucha contra el fuego que desde hoy se subordina
a las decisiones del Plan Nacional.
Anteayer el fuego había cruzado como si tal cosa el río Limay, penetrando así en la
provincia del Neuquén y había llegado a las puertas de la pequeña localidad de Dina
Huapi, cien de cuyos 1500 habitantes fueron evacuados. Ayer los vientos cesaron y el fuego
no avanzó. Pero González Guerra admitió a este diario que el fuego podría
avanzar hacia San Carlos de Bariloche, en caso de que lo favoreciera el viento, ya que
entre Dina Huapi y la ciudad hay pastizales muy secos y la humedad ambiente es
bajísima.
Para evitarlo, en las últimas horas los brigadistas hicieron contrafuegos (que se
encienden para desviar el incendio original) y cortafuegos (grandes zanjas trazadas con
topadoras). Pero esto no es garantía porque el fuego es capaz de avanzar a los saltos.
Sí, el fuego puede saltar 300, 500 metros de un golpe señaló Néstor
Linares, presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios de Río Negro-: es lo que
sucede en los incendios de copa, donde arden las copas de los árboles y la
resina hace estallar la madera como si fuesen bombas. Esto explica que el fuego haya
cruzado el río Limay como si nada. Tampoco las rutas anchas impiden su avance. Hay
que hacerle cortafuegos de 400 o 500 metros de ancho, indicó el jefe de bomberos.
Otro factor de propagación, alucinante, son las liebres: Salen corriendo del
incendio con la piel en llamas y van prendiendo los pastizales hasta donde lleguen,
contó Linares.
El segundo incendio próximo a Bariloche, en el Cerro Carbón, se encuentra bajo control,
según las autoridades. Pero toda la Patagonia vaentrando en llamas. En Chubut hay tres
focos: en Alto Río Senguer, el fuego arrasó 3000 hectáreas y está descontrolado; en el
cerro Centinela, 60 kilómetros al sur de Esquel, 20 pobladores fueron evacuados; en
Epuyén ardieron 30 hectáreas. En Neuquén, está descontrolado el incendio
que abrasa un bosque de araucarias centenarias.
LOS BOMBEROS SE QUEJAN POR FALTA DE
EQUIPAMIENTO
Usamos mangueras viejas
Por P.L.
Si hubiera habido un
torrero, el incendio que amenaza a Bariloche ya estaría apagado. Así lo
sostiene Néstor Linares, presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios de Río
Negro. Los torreros son vigías que, en lo alto de los cerros y con aparatos que detectan
el calor de un cigarrillo a 4 kilómetros, alertan sobre los fuegos nacientes. En diálogo
con Página/12, el experto enseñó las pautas básicas para derrotar los incendios y
planteó sus críticas al Plan Nacional, que se resumen así: mal equipamiento, poco
personal y bajísimo presupuesto. Entretanto, el Ministerio del Interior sigue sin pagar
los 11 millones que adeuda a los bomberos voluntarios.
En todo el mundo, los fuegos se detectan con avión o con torreros. Pero aquí hay
un solo torrero, y mal equipado, denuncia Linares. Los torreros son vigías que, en
construcciones situadas en las cúspides de los cerros, dan la alarma inmediata.
Cuentan con detectores infrarrojos que, a 3 o 4 kilómetros, registran incluso la
brasa de un cigarrillo o la presencia de una botella que, calentada por el sol,
incendiaría los pastos. En la zona de Bariloche debieran haber diez o doce pero hay uno
solo, sin buenos equipos, en el cerro Otto. Si en Villegas (donde empezó el fuego que
amenaza a Bariloche) hubiera habido un torrero, el fuego se habría combatido a tiempo
para extinguirlo.
También faltan, según Linares, las mangueras para incendios forestales, que lanzan el
agua en forma de lluvia, protegiendo la entrada del bombero. Combatimos con
mangueras emparchadas y viejas. También, dice Linares, faltan las bombas de alta
presión y los equipos de protección personal, compuestos de cascos especiales, máscaras
y botas: Vestir a un bombero cuesta 3000 dólares, y estamos muy lejos de eso.
En cuanto a los piromaníacos, sindicados de haber provocado muchos de los
incendios (pero no el que hoy está a las puertas de Bariloche), Linares observa que la
prevención y represión conciernen a la policía provincial, la Federal y la
Gendarmería, que lo hacen a medias: deberían patrullar en moto, a caballo o en
camionetas 4x4, pero falta personal y presupuesto.
Faltan, también, aviones de gran caudal, que puedan arrojar por lo menos 5000
litros sobre el fuego. Los helicópteros que usan son de 500 litros y el avión que está
por llegar no supera los 1000. Hace 12 años, la Nación había alquilado dos aviones que
tiraban 30.000 litros, pero nunca más vinieron. Linares sostiene que con
torreros bien equipados, buenas cuadrillas y buenos aviones, es posible apagar los
incendios a tiempo.
La falta de presupuesto es esencial en la crítica de Linares: El Plan de Manejo del
Fuego, que depende de María Julia Alsogaray, tiene un presupuesto total de 4 millones y
medio de dólares al año, en un país tan extenso como es la Argentina: en España,
Finlandia, Canadá, Australia, manejan presupuestos de 300 millones.
Ayer llegó a Bariloche un cargamento de equipos para los bomberos voluntarios, donado por
Australia, que por trabas burocráticas había estado retenido en la Aduana durante tres
años; las trabas se resolvieron un día después de que la televisión reveló la
situación. Pero Linares destacó que la Secretaría de Seguridad del Ministerio del
Interior (a cargo de Miguel Angel Toma) desde hace años nos adeuda 11 millones de
pesos, que necesitamos para equipamiento
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