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Por Eduardo
Sincofsky
Estos representan entre un 2 y un 4 por ciento de la oferta en los supermercados cariocas, mientras en los shoppings esa cifra trepa al 30 por ciento. Obviamente, la devaluación del real mejora la competitividad de los productos brasileños. En la industria automotriz se prevé un crecimiento del 10 por ciento en las exportaciones, llegando a 5500 millones de dólares en el año. La mitad de ese monto se dirige a los países del Mercosur. En tanto, las concesionarias de autos se encuentran por estos días bajando su margen, con tal de estimular las ventas. De los productos de consumo masivo, el pan fue uno de los primeros en aumentar -hasta un 18 por ciento--, al depender en gran medida de la importación de trigo argentino y, en menor volumen, del canadiense. Brasil produce sólo un 20 por ciento del trigo que consume. Estos aumentos también alcanzan a los productos derivados del trigo, como galletitas y pastas. Ayrton Fornari, presidente de Asociación de Supermercados del Estado de Río de Janeiro -que nuclea a 750 negocios del ramo y el año pasado tuvo un movimiento de 5 mil millones de dólares--, sostiene que se está dando un desajuste exagerado del valor del real, producto de la especulación. "El real se quedará alrededor de 1,40 o 1,50, dentro de 2 o 3 meses --aseguró con optimismo--. Nosotros recibimos las nuevas listas de precios y estamos presionando a los productores y discutiéndolas." El café aumentó en reales casi un 40 por ciento. Con la subida del dólar, los productores son más competitivos en el mercado internacional, por lo que tratan de vender todo lo posible afuera", afirma Fornari. En su opinión, el abastecimiento de mercaderías está garantizado, y en aquellos productos que tengan grandes alzas apelarán a la población para que deje de consumirlos. "En la carne bovina el productor nuestro se aprovecha de la devaluación del real. Como es un producto que puede ser retenido en el campo, aumenta de precio por la reducción de la oferta. Nosotros apelamos a la población para que consuma menos carne. No hay motivos para que aumente", indicó. El turismo es otro de los sectores que se ve influido por el derrumbe del real. Según cifras de Embratur, en 1998 Brasil recibió 5,4 millones de personas, mientras que salieron 5,5 millones. ¿A quién perjudicará más la crisis? Alvaro Becerra de Mello, presidente de la ABIH-RJ (Asociación Brasileña de Industrias de Hoteles) y dueño de los hoteles Othon, apuntó que mermó un 10 por ciento el movimiento general. En su opinión el dólar se estabilizará en 1,60 real. "Estoy esperando el turismo argentino -se entusiasma--. Ya estamos teniendo mucha gente particular, no sólo de agencia de viajes. Creo que habrá un incremento del 10 por ciento desde la Argentina. Es el único mercado rápido, ya que el resto de los turistas viene con paquetes planificados con 6 a 12 meses de antelación. Mucha gente que iría a Cancún, Miami o el Caribe vendrá aquí", asegura. En cambio, para Antonio Castro Neves, consejero de la ABAV (Asociación Brasileña de Agencias de Viajes), es un poco prematuro decir si crecerá el turismo. Un sector que sufrirá consecuencias inmediatas de la crisis es el de las pymes, que en Brasil son casi 4,5 millones. En conjunto son responsables del 60 por ciento del empleo brasileño. Para Anthony de Christo, director del suplemento Pymes "Por conta propia" de La Gazeta Mercantil, "las pymes tienen un problema anterior a esta crisis, que es la falta de crédito para capital de giro. La perspectiva positiva en una situación de desvalorización del real es la tendencia a incrementar las exportaciones. El comercio va a sufrir porque bajará el consumo". En el día a día, los brasileños que tienen deudas en dólares por la compra de un auto, que en menos de tres semanas les subieron un 73 por ciento, las están renegociando como pueden. Pasajes aéreos internacionales y paquetes turísticos se cotizan en dólares, con lo que el traslado a precios es automático. Los brasileños que gastaron con tarjeta de crédito en el exterior durante enero están en serios problemas. La crisis ya se respira en la calle. "Estoy muy decepcionado. Las ventas de diarios bajaron un 10 por ciento. Creo que tendríamos que hacer como la Argentina, que dolarizó la moneda", opina Jorge, un kiosquero carioca. Para Luis, portero de 32 años de un edificio de Copacabana, "habrá inflación. Ya se ve en el pan, el arroz, los frijoles. Si esto continúa así, todo va a subir aún más. Creo que el gobierno no puede controlar la crisis. La tendencia es a que empeore más todavía." En las últimas encuestas de opinión se empieza a percibir la preocupación de la gente. Según Marcia Cavallari, directora de Ibope Opinión Pública y Política, "la mayoría ya tenía una visión crítica de la situación antes de la devaluación debido al miedo al desempleo. Ahora sienten una inseguridad muy grande".
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