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Broncos Denver y Falcons Atlanta juegan la XXXIII edición del Super Bowl en Miami. Antes de empezar, ya se batieron todos los records de consumo. Y que gane el más mejor.
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Por Gabriela Carchak ![]() Estos espectáculos, intrascendentes para la mayoría de los argentinos, superan en audiencia al béisbol y a la NBA y además han marcado la historia de la televisión de Estados Unidos, pues 36 de los 40 programas de mayor audiencia del país fueron finales de NFL. Por supuesto un evento que convoca semejante cantidad de espectadores debe ser negocio. Comience a sumar. Las cadenas de televisión pagaron 17.000 millones de dólares por la retransmisión hasta el año 2008 de los partidos y sus finales (13.500 millones más que los Juegos Olímpicos). Los impactos económicos de la Alcaldía de Miami serán de 364,5 millones de dólares en concepto de habitaciones de hotel, vuelos y alquiler de vehículos entre otros ítems. Además quien desee publicitar en la transmisión de la final deberá desembolsar la insignificante suma de 1,6 millones de dólares por 30 segundos de aire, una ganga. Y a esto agregue las camisetas, llaveros, fotos, vasos, pelotas, cascos y demás. Para amenizar la espera y bajar los niveles de ansiedad de las 75.000 personas que acudirán al estadio, la actriz y cantante Cher entonará el himno de Estados Unidos y dará paso a las actuaciones de Gloria Stefan, Steve Wonder y la banda Big Bad Voodoo Daddy. Uno de los motivos que aleja a los posibles espectadores de la pantalla del televisor es que no comprenden el juego. He aquí una breve explicación para alertar a los deprevenidos televidentes. Los equipos cumplen funciones ofensivas o defensivas, según el momento del juego. Si el objetivo es atacar, los once jugadores deben impedir que los contrincantes lleguen al mariscal de campo (el galán de la película de enredos universitarios) que tiene la pelota e intentará lanzarla a un compañero que está en campo contrario para que anote en la end zone. No se desespere: cuando escuche al estadio explotar y a los fanáticos abrazarse como cuando Maradona marcó el segundo gol contra los ingleses, es porque alguno de los once atacantes convirtió un touch down, o sea, cuando la pelota llega la zona final o de gol y que le significa al equipo la suma de 6 puntos. Cada equipo dispone de cuatro intentos en los que además debe avanzar en el terreno. Ahora bien, si a su equipo favorito le toca defender, entonces sus muchachos atraparán a todo adversario que intente pasar a su campo y ganar yardas o procurarán interceptar al mariscal para que no arroje la pelota libremente. Pero no sólo del touch down vive el hombre de la NFL, hay otras acciones que otorgan puntos, a saber: field goal, que es una conversión a los postes desde cualquier lugar de la cancha y suma 3 puntos, safety, es como una recompensa que se da cuando un jugador que tiene la pelota es derribado dentro de su zona de gol. Luego del touchdown, el equipo tiene la oportunidad de convertir dos puntos más a través del two points conversion si el jugador ingresa con la pelota a la zona final. El extra point se logra pateando a los palos luego del touch down. Ahora sí, querido lector, usted está preparado para sentarse en su sillón predilecto con una hamburguesa en la mano izquierda, la cerveza en el suelo (siempre cerca, claro está) y el control remoto en la mano derecha, por si acaso el partido repetido del Mundial Francia 98 le fuera más atrayente.
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