Para Carnaval, los controles contra los inmigrantes ilegales serán reforzados para detener a los que se infiltran entre los turistas. Y, mientras, la represión será más dura: el gobierno expulsó ayer a 24 albañiles peruanos que trabajaban en la ampliación de una fábrica en las afueras de la capital. La dirección de Arraigos de la oficina de Migración de Bolivia está siguiendo el ejemplo argentino y no tendrá miramientos en combatir el peligro extranjero.
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