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Por F.M. Después de 96 años de vida, el destino de Racing depende del juez Enrique Gorostegui quien esta semana podría liquidar el club o extenderle la continuidad. Las condiciones están dadas para que el magistrado disponga el cierre porque ya se han vencido los plazos judiciales de la quiebra. La única posibilidad para que se falle a favor de la continuidad es que tanto Gorostegui como la síndico Liliana Ripoll acepten la propuesta de avenimiento con los acreedores que presentarán los dirigentes. Si el juez entiende que esa propuesta pone en peligro el pago de las deudas con los acreedores, Racing podría desaparecer, inmediatamente. Daniel Lalín debe presentar ante Gorostegui el modo de pago de los 34 millones de pesos verificados como deuda del club. La situación de hoy de Racing es que se extingue el plazo previsto para la continuidad. En tanto y en cuanto no haya una propuesta seria de avenimiento que permita levantar la quiebra o una propuesta desde el punto de vista jurídico con fundamento, el juez no tiene otro remedio que clausurar la actividad, con todo lo que ello signifique, le dijo a Líbero la síndico Liliana Ripoll. El dilema se plantea porque todas las partes concuerdan en que la clausura no le conviene a nadie, ni siquiera a los acreedores. El problema está en que los plazos de la quiebra se han vencido y la ley es contundente en cuanto a los pasos a seguir. Ajustados a derecho, la suerte de Racing no depende ni del juez ni de la sindicatura. Depende de cualquier tercero, cualquier acreedor, o el propio Racing, que aporten una solución que permita concluir con esto, explica Ripoll. Para los dirigentes hay tres caminos para salir de la crisis: el primero es que algún tercero compre la deuda de Racing, un hecho poco probable para cualquier inversor inteligente y para la propia justicia. El segundo, es el avenimiento, es decir que los dirigentes se pongan de acuerdo con los acreedores son 400 en total y renegocien las deudas y las formas de pago. Y el tercero, obviamente el menos feliz, es la clausura del club y el remate de sus bienes para hacer frente a los créditos comprometidos en la quiebra. En cuanto al avenimiento, la síndico destacó que los dirigentes han estado convocando acreedores para ofrecerles una propuesta de pago y ya se ha hablado con unos 200 acreedores. Y en caso de que no se logre convencer al 100 por ciento de los dueños de los créditos, la solución sería desinteresar a aquellos que no acepten renegociar cancelándoles el total de la deuda. Aunque Lalín habla de varias alternativas ver página 2 para evitar el cierre, hasta hoy ni el juez ni la síndico están enterados de la existencia de algún proyecto alternativo, y justamente esto es lo que esperará Gorostegui antes de tomar su decisión. Una decisión que no entiende de pasiones, ni de pelotas de fútbol. Más allá de lo que queramos tanto el juez Gorostegui como la sindicatura, que por supuesto estamos muy lejos de querer la clausura de Racing, yo tengo al conjunto de acreedores mirando todo lo que estoy haciendo y en función de eso tengo que actuar, se excusa Ripoll, quien asegura: Yo no estoy acá porque lo elegí. El juez y yo estamos acá porque los dirigentes pidieron la quiebra, porque con muy buen criterio creyeron que era la única salida. La deuda de Racing verificada, es decir indiscutible, asciende a los 34 millones de dólares, de los cuales 13 salieron del concurso preventivo de 1996 y los otros 21 fueron confirmados luego del pedido de quiebra. A esto habría que sumarle los créditos que están en la etapa de revisión, que si bien pertenecen a acreedores reconocidos por Racing aún no está determinado el monto de la deuda, aunque se hable de 20 millones más. Entre los principales acreedores se encuentran la AFA, a la que se le debe unos 10 millones, la empresa Torneos y Competencias y el propio presidente residual, Daniel Lalín, a quien se le adeuda unos 7 millones. El alto porcentaje que estos tres tienen sobre el total de la deuda podría esbozar un principio de solución en tanto y en cuanto logren llegar a un acuerdo con el club, que el juez y la sindicatura consideren legítimo. La prioridad de pago la tendrán aquellos a quienes se le deben sueldos y/o primas, tal como lo estipula la ley. En cuanto a mi responsabilidad en el cierre o a la del juez, apelo al sentido común de aquellos que tengan que revisar el caso, dice Ripoll. Los dirigentes tendrán que presentar mañana su propuesta de avenimiento al juez. Si bien todas las partes prefieren una solución optimista, tanto Gorostegui como Ripoll tendrán la obligación de hacer cumplir la ley. Por eso, la responsabilidad sobre la continuidad de Racing no está en manos de la justicia sino en la de los propios dirigentes.
LOS JUGADORES SON OPTIMISTAS Por Ariel Greco desde Mar del Plata
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