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RACING
no te mueras nunca

Hay unos 400   acreedores que reclaman una deuda de 34 millones de pesos. Los  principales son AFA, Torneos y Competencias y el propio Lalín. Si se  consigue un   “avenimiento” en la forma de pago, Racing sigue. Si no, desaparece.

Hora crucial de Racing. Mañana vence el plazo para presentar la propuesta de pago.

Por F.M.

t.gif (862 bytes) Después de 96 años de vida, el destino de Racing depende del juez Enrique Gorostegui quien esta semana podría liquidar el club o extenderle la continuidad. Las condiciones están dadas para que el magistrado disponga el cierre porque ya se han vencido los plazos judiciales de la quiebra. La única posibilidad para que se falle a favor de la continuidad es que tanto Gorostegui como la síndico Liliana Ripoll acepten la propuesta de avenimiento con los acreedores que presentarán los dirigentes. Si el juez entiende que esa propuesta pone en peligro el pago de las deudas con los acreedores, Racing podría desaparecer, inmediatamente. Daniel Lalín debe presentar ante Gorostegui el modo de pago de los 34 millones de pesos verificados como deuda del club.
“La situación de hoy de Racing es que se extingue el plazo previsto para la continuidad. En tanto y en cuanto no haya una propuesta seria de avenimiento que permita levantar la quiebra o una propuesta desde el punto de vista jurídico con fundamento, el juez no tiene otro remedio que clausurar la actividad, con todo lo que ello signifique”, le dijo a Líbero la síndico Liliana Ripoll. El dilema se plantea porque todas las partes concuerdan en que la clausura no le conviene a nadie, ni siquiera a los acreedores. El problema está en que los plazos de la quiebra se han vencido y la ley es contundente en cuanto a los pasos a seguir.
Ajustados a derecho, la suerte de Racing no depende ni del juez ni de la sindicatura. “Depende de cualquier tercero, cualquier acreedor, o el propio Racing, que aporten una solución que permita concluir con esto”, explica Ripoll. Para los dirigentes hay tres caminos para salir de la crisis: el primero es que algún tercero compre la deuda de Racing, un hecho poco probable para cualquier inversor inteligente y para la propia justicia. El segundo, es el avenimiento, es decir que los dirigentes se pongan de acuerdo con los acreedores –son 400 en total– y renegocien las deudas y las formas de pago. Y el tercero, obviamente el menos feliz, es la clausura del club y el remate de sus bienes para hacer frente a los créditos comprometidos en la quiebra.
En cuanto al avenimiento, la síndico destacó que “los dirigentes han estado convocando acreedores para ofrecerles una propuesta de pago y ya se ha hablado con unos 200 acreedores”. Y en caso de que no se logre convencer al 100 por ciento de los dueños de los créditos, la solución sería “desinteresar a aquellos que no acepten renegociar cancelándoles el total de la deuda”.
Aunque Lalín habla de varias alternativas –ver página 2– para evitar el cierre, hasta hoy ni el juez ni la síndico están enterados de la existencia de algún proyecto alternativo, y justamente esto es lo que esperará Gorostegui antes de tomar su decisión. Una decisión que no entiende de pasiones, ni de pelotas de fútbol. “Más allá de lo que queramos tanto el juez Gorostegui como la sindicatura, que por supuesto estamos muy lejos de querer la clausura de Racing, yo tengo al conjunto de acreedores mirando todo lo que estoy haciendo y en función de eso tengo que actuar”, se excusa Ripoll, quien asegura: “Yo no estoy acá porque lo elegí. El juez y yo estamos acá porque los dirigentes pidieron la quiebra, porque con muy buen criterio creyeron que era la única salida”.
La deuda de Racing verificada, es decir indiscutible, asciende a los 34 millones de dólares, de los cuales 13 salieron del concurso preventivo de 1996 y los otros 21 fueron confirmados luego del pedido de quiebra. A esto habría que sumarle los créditos que están en la etapa de revisión, que si bien pertenecen a acreedores reconocidos por Racing aún no está determinado el monto de la deuda, aunque se hable de 20 millones más.
Entre los principales acreedores se encuentran la AFA, a la que se le debe unos 10 millones, la empresa Torneos y Competencias y el propio presidente residual, Daniel Lalín, a quien se le adeuda unos 7 millones. El alto porcentaje que estos tres tienen sobre el total de la deuda podría esbozar un principio de solución en tanto y en cuanto logren llegar a un acuerdo con el club, que el juez y la sindicatura consideren legítimo. La prioridad de pago la tendrán aquellos a quienes se le deben sueldos y/o primas, tal como lo estipula la ley.
“En cuanto a mi responsabilidad en el cierre o a la del juez, apelo al sentido común de aquellos que tengan que revisar el caso”, dice Ripoll. Los dirigentes tendrán que presentar mañana su propuesta de avenimiento al juez. Si bien todas las partes prefieren una solución optimista, tanto Gorostegui como Ripoll tendrán la obligación de hacer cumplir la ley. Por eso, la responsabilidad sobre la continuidad de Racing no está en manos de la justicia sino en la de los propios dirigentes.

 


 

LOS JUGADORES SON OPTIMISTAS
“No vamos a quedar libres”

Por Ariel Greco desde Mar del Plata

t.gif (862 bytes) La situación del plantel de Racing es, como tantas otras veces, bastante curiosa. Luego de meterle cinco goles a Independiente, las consultas no pasaban únicamente por lo futbolístico, sino que la trascendencia se la llevaban los problemas institucionales. Aunque la mayoría coincide en que es casi imposible que suceda, todos los jugadores pueden quedar libres si el juez Enrique Gorostegui decide la no continuidad del club. "No vamos a quedar libres", dicen.
Aunque todos son conscientes de la onda expansiva que puede tener la resolución que tome el juez, por la cabeza de los jugadores no pasa la posibilidad de que Racing cierre sus puertas. Claro que el único argumento consistente en que se basan para fundamentar ese pensamiento es la historia y la convocatoria que tiene el club, una razón que tanto el magistrado como la síndico Liliana Ripoll consideran insuficiente como para no decretar el fin de las actividades.
“No tengo mucho fundamento para hablar sobre el tema –señaló Rubén Capria–, pero desde ya que me preocupa porque por acá pasa nuestro futuro. Tengo fe en que todo se va a solucionar, porque Racing tiene demasiada historia como para que de un día para otro cierre y deje a todos desocupados. No me puse a investigar, es pura intuición, sentido común y esperar que no pase”. Su hermano Diego afirmó que “va a ser muy extraño que Racing cierre la ventana porque en un club tan grande es imposible que se concrete todo lo que se está hablando. De algún modo esto se va a mejorar y nosotros somos los que lo podemos revertir dentro de la cancha”.
Uno de los más tocados por esta particular circunstancia es Pablo Michelini. Por un lado sus intereses pasan por su continuidad en Racing, aunque también es uno de los acreedores del club ya que sus primas de los últimos cuatro años entraron en las dos convocatorias y luego en la quiebra. “Hay incertidumbre, pero no creo que Racing cierre sus puertas, aunque no tenemos ninguna afirmación de ninguna de las partes de que el club no va a desaparecer. Lo que sí me gustaría es que solucione los problemas institucionales porque somos varios los jugadores que tenemos nuestros créditos de primas verificados y no los hemos podido cobrar. Eso significaría estar mucho más tranquilos”, contó el volante.

 

Lo que fue, lo que será

La síndico Liliana Ripoll se hizo cargo de las cuentas de Racing el 14 de julio de 1988. En ese momento no había un peso en el club. Ahora hay un superávit de 1,5 millones. El pedido de quiebra solicitado por Daniel Lalín fue la mejor solución que podría haber encontrado para aclarar las deudas legítimas y encontrar un modo de sanear las finanzas. Durante la gestión de Ripoll, el ex juez Oscar Salvi encabezó una investigación interna cuyas conclusiones están en manos del juez Gorostegui y que podrían implicar en causas penales a los ex presidentes Juan Destéfano y Osvaldo Otero. Si Gorostegui decide la liquidación, se le pondrá la faja de “clausura” al Racing Club. Se remata la sede, se venden los activos y los jugadores que son propiedad de la entidad quedarán libres. Racing perdería su espacio en la AFA, debería ser refundado y recomenzar en Primera D. El estadio no se rematará porque es una “donación de cargo”.

 

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