|
|
|
|
|
|
|
|
|
Por Fernando Almirón  “Si se opina casi
nada, si se dice casi nada, si se hace casi nada; se puede llegar a ser candidato a
presidente.” De esta manera Mario “Pacho” O’Donnell se refirió al
candidato de la Alianza Fernando de la Rúa, de quien pretende heredar el despacho de la
Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero no le resulta fácil. El ministro
de Justicia y actual presidente del PJ porteño, Raúl Granillo Ocampo, hizo todo lo
posible para impedirlo. Sin embargo, gracias al apoyo del presidente Carlos Menem,
pareciera que ahora Mario “Pacho” O’Donnell tiene despejado su camino.
“Lo de Mauricio Macri y Domingo Cavallo fueron maniobras indignantes para obligarme a
negociar”, le aseguró O’Donnell a Página/12, quien desde hace ya años se
pasó del radicalismo –donde cumplió funciones como secretario de Cultura en la
municipalidad– al peronismo, que premió su pase nombrándolo primero embajador
argentino en Panamá y luego en Bolivia. Después fue secretario de Cultura de la Nación
y senador. Ahora se lanzó a la competencia electoral en un distrito donde el PJ figuró
desde siempre entre los derrotados. –¿Ya es el candidato oficial a jefe de Gobierno por el justicialismo? –Se podría decir que sí. En principio hay un acuerdo de unidad detrás del cual se han alineado todos los sectores, pese a que algunos deberán quedar afuera de la lista, porque los cargos no son tantos como para que entren todos los que quieren entrar. –¿Cómo fue la negociación con Granillo Ocampo? –Fue un proceso largo. Pero Granillo Ocampo finalmente aceptó que la fórmula que compartimos con Daniel Scioli era la que mejor estaba instalada en electorado porteño. Las últimas encuestas nos dan un 22 por ciento de intención de voto. Y bueno, después de varios intentos por sacarme de carrera, finalmente el miércoles pasado nos reunimos en casa con un grupo de dirigentes. En esa reunión me manifestaron que habían decidido promover mi candidatura al frente de una lista de unidad. –Hasta hace poco lo amenazaban con lanzar a Mauricio Macri. –... y después con Domingo Cavallo, y con Roque Fernández. Todos ellos fueron propuestos a instancias del presidente del partido. Yo creo que se trató de una política equivocada, porque lo único que se buscaba era esmerilar mi candidatura para después obligarme a negociar. Yo creo que el nivel de disparate de esos manejos lo único que logró fue exponer a luz de la opinión pública del manoseo que a veces se hace de la cosa política. –¿Se refiere a la propuesta de Granillo Ocampo a Domingo Cavallo para que encabece como extrapartidario una fórmula de alianza? –Coincido con Domingo Sandá (dirigente taxista y mano derecha de Roberto García) que no se puede imponer como candidato a jefe de Gobierno por el peronismo a un enemigo del peronismo. –¿El duhaldismo estará presente en esta lista de unidad? –Vamos a tratar de que estén todos representados. Por el momento, en la lista está Daniel Scioli, que apoya la campaña de Ramón Ortega, y también Eduardo Rollano, que es un activo militante del duhaldismo. También tiene un lugar Guillermo Oliveri, jefe de la bancada peronista de la Legislatura. Otros que podrían llegar a integrar la lista de legisladores son Jorge Argüello, Claudia Bello y Jorge Rottemberg. Tampoco descarto a Dante Gullo. A todos ellos les tengo un gran afecto. –¿Y María Eva Gatica?, empapeló de afiches todo Buenos Aires –¿Por qué no? Ella tiene todo mi respeto. Creo que mi tarea es estar por encima de las agrupaciones y las líneas internas. –¿Es muy difícil ser intelectual y peronista en la Capital? –Casi le diría que dramático. –¿Por qué se fue del radicalismo? –Como dijo Scalabrini Ortiz, hay que conocer las entrañas del radicalismo para entender por qué se termina en el peronismo. –¿Cuándo decidió meterse activamente en política? –Yo no soy sólo un político, tengo otras posibilidades de poder gratificarme. Además tengo la ventaja de no ser de origen político, cuando la gente les ha tomado cierta desconfianza. Es como se dijo sobre la guerra, que la guerra es demasiado importante como para dejarla en manos de los militares. Y la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos. Entonces aquellos que no tenemos origen político logramos más apoyo de la gente. –O’Donnell, ¿usted cree que Duhalde apoyará su lista? –Yo creo que nosotros somos la mejor propuesta que puede hacer el partido en la Capital. Y ya sea Duhalde, Menem u Ortega, a cualquiera de ellos le conviene tener una buena fórmula electoral que le sume votos. Hay que tener en cuenta la importancia que tienen este distrito. Hoy tenemos un 5 por ciento más de intención de voto que en octubre del ‘97, y aunque estoy convencido de que vamos a superar holgadamente este porcentaje, tan sólo este crecimiento puede llegar a tener una influencia fundamental en el resultado de las elecciones presidenciales. –De todos modos habrá internas. –Sí, es más, yo quiero que haya internas pese a que nosotros representamos prácticamente el 90 por ciento del peronismo porteño, pero nunca falta alguno que se presenta con la intención de arañar la minoría. –¿Su candidatura busca atraer a los peronistas que se fueron al Frepaso? –Las encuestas dan que tengo una fuerte transversalidad, es decir que hay mucha gente de otros partidos que me votaría. Pero de lo que sí estoy seguro es de que muchos radicales me van a votar a mí, porque no están conformes con que Aníbal Ibarra sea el candidato de la Alianza. Hay mar de fondo con Ibarra. Y los radicales tienen un buen recuerdo de mí desde la época en que ocupé la Secretaría de Cultura de la municipalidad en el ‘83. –El electorado de la Capital es prácticamente cautivo de la Alianza, ¿por qué se presenta a una elección que sólo por milagro podría ganar? –Justamente por el desafío que implica. Y estoy seguro de que voy a ganar. El candidato de la Alianza no es el mejor, y la desastrosa gestión de De la Rúa también me ayuda muchísimo. De la Rúa también nos dejó una enseñanza: el recurso de la moderación. Si usted no opina casi nada, no dice casi nada y no hace casi nada, usted puede llegar a ser candidato a presidente. Fíjese que, ante el actual estado de inseguridad, De la Rúa no tomó las riendas y decidió el traspaso de la Policía Federal a la órbita del gobierno de la Ciudad. Para él la inseguridad de los ciudadanos no es su problema; ni lo son las inundaciones.
|
