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Stanley Fischer, subdirector general del Fondo Monetario, llega hoy a Brasil para tratar con el gobierno de Fernando Henrique Cardoso acerca de los futuros desembolsos del paquete de 41.000 millones de dólares que fue acordado en noviembre para evitar el derrumbe del real y resultó incapaz de evitarlo. Desde el 13 de enero, la moneda cae en picada. Que Fischer marche directamente de la fría Davos a la caliente Brasilia da una idea de la grave preocupación del establishment financiero por esta crisis, a pesar de haber declarado el tecnócrata que la devaluación del real fue demasiado lejos, teniendo en cuenta la supuesta fortaleza de la economía brasileña y las medidas de ajuste fiscal adoptadas. Otro indicio de la seriedad del problema, tal cual es percibido por la jaqueada conducción del FMI, es la exasperación con que Fischer calificó de insultos las críticas que recibe regularmente el organismo. Estoy harto de oír cosas sin sentido respecto de los programas recomendados se alteró. Es un escándalo y un insulto oír cosas que son manifiestamente falsas... Esto tiene que acabar, enfatizó al dirigirse a quienes participaron en el Foro Económico Mundial que se celebra cada año en la localidad suiza. Mientras se aguarda el arribo de Fischer, que mañana se entrevistará con el presidente Cardoso, anoche concluyó en Brasilia la primera rueda de reuniones del equipo económico con los técnicos del FMI que encabeza Teresa Ter Minassian, una figura ya bien conocida de los argentinos. No hubo informe a la prensa ni comunicado alguno sobre la marcha de las discusiones, que se prolongarán toda esta semana. En las conversaciones buscan acordar determinadas reglas para la intervención del Banco Central en el mercado cambiario. Desde que se dejó flotar libremente al real, hay dos objetivos contrapuestos: por un lado, evitar una depreciación excesiva de la moneda; por el otro, preservar las reservas de divisas y no dilapidarlas en defensa de la paridad. A juzgar por las opiniones que virtió, Fischer no es partidario de permitir que el dólar siga trepando en las pizarras. Durante su misión intentará renegociar todas las pautas acordadas con Brasil, y que quedaron totalmente desactualizadas por el derrumbe del Plan Real, forzando un estricto ajuste fiscal. Los anfitriones tendrán que ceder ante el Fondo si quieren recibir el segundo desembolso pendiente de 9000 millones de dólares. Precisamente hoy asumen sus bancas los 594 legisladores surgidos de las últimas elecciones. Voceros parlamentarios han prometido ser menos sumisos ante la política del Poder Ejecutivo. Los miembros de los seis partidos que apoyan a Cardoso coinciden en el deseo de marcar diferencias: Continuamos solidarios y apoyando al presidente, pero si sigue esta constante de que el Congreso da todo lo que se le pide y eso nada resuelve, es lógico que el discurso de Cardoso no nos sensibilice más, afirmó el diputado Geddel Vieira Lima, líder en la Cámara baja del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor y más tradicional formación política del país.
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