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Ya declaró 24 veces ante el Gran Jurado. El fiscal independiente Kenneth Starr le hizo todas las preguntas que se le podían hacer sobre su relación con el presidente Bill Clinton. Pero hoy la ex pasante de la Casa Blanca Monica Lewinsky tendrá que responder otro interrogatorio, esta vez de ocho horas y a cargo de los 13 legisladores que ofician de fiscales en el proceso de destitución contra Clinton. El encuentro será en el Hotel Mayflower de Washington, donde Monica está alojada, y va a ser grabado en video para que los senadores lo vean durante sus sesiones. Mañana declarará el abogado Vernon Jordan, ex asesor de la Casa Blanca, y el miércoles será el turno de Sydney Blumenthal, amigo del presidente. Mientras el impeachment continúa, Bill Clinton sigue contando con el inmenso favor de las encuestas y de los principales medios norteamericanos que las publican. La edición de ayer del Washington Post dijo en su tapa que, según un sondeo realizado por el diario, el 64 por ciento de los encuestados se opone a la destitución del presidente, y que el 52 por ciento rechaza la convocatoria de testigos votada por el Senado. "Este proceso de destitución es un cadáver. Los republicanos lo están ventilando un poco, pero eso no quita que esté muerto", dijo ayer el senador demócrata Byron Dorgan, retomando lo que parece ser la metáfora preferida del bloque oficialista para señalar que los 55 senadores republicanos no podrán conseguir los once votos extras necesarios para lograr la destitución de Clinton. "Ya hicimos el funeral de este juicio. Ahora hay que enterrar el cadáver", había señalado el jueves Tom Harkin, compañero de bancada de Dorgan. Pero para Monica el asunto parece lejos de estar muerto. Llegó a Washington hace una semana para tener una entrevista informal con los fiscales republicanos --cuando el Senado aún no había votado la convocatoria de testigos--. Hoy el encuentro también será presenciado por los abogados defensores de Clinton. El interrogatorio estará a cargo del representante republicano Ed Bryant, ex fiscal federal, y el partido opositor dio garantías de que no se harán preguntas sobre los detalles de las relaciones entre Monica y el presidente. Lo que intentarán probar es que Clinton cometió el delito de obstrucción de justicia al intentar comprar el silencio de la ex pasante en la causa abierta contra él por acoso sexual a Paula Jones. Pero el senador republicano Charles Grassley admitió que, detrás de este argumento legalista, él tiene una tremenda curiosidad por oír la voz y ver los gestos de Monica Lewinsky. "Es simplemente inconcebible cómo una becaria del montón puede llamar la atención del presidente de Estados Unidos, de un abogado como Vernon Jordan con un sueldo anual de doce millones de dólares y del jefe de gabinete de Clinton, John Podesta", dijo Grassley. Seguramente, para el senador las cosas serían muy distintas si la dama en cuestión fuera Pamela Anderson.
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