|
La escena hubiese sido inimaginable hace apenas unos meses. Pero la crisis lo hizo posible. La llegada ayer a Brasilia del número dos del Fondo Monetario, Stanley Fischer, desencadenó la euforia de los mercados brasileños. Y el real, la moneda del país vecino, se revaluó nada menos que el 10 por ciento respecto del cierre del viernes y terminó en 1,91 unidad por dólar. Históricamente renuente a pactar planes con el FMI, el gobierno de Brasil se encargó ayer de potenciar las expectativas sobre los acuerdos que podrían alcanzarse en las próximas horas con el organismo internacional para oxigenar la economía. La Bolsa paulista, en tanto, subió 8,8 por ciento, variación que crece al 18,8 por ciento medida en dólares. El aterrizaje de Fischer en Brasil quien se suma a la misión técnica del Fondo que se encuentra en el país desde hace cinco días adelanta que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso anunciará nuevas medidas para intentar salvar a Brasil del incendio. Por lo pronto, el fuerte repunte que vivieron los mercados estuvo relacionado con la versión de que el FMI desembolsaría rápidamente 9000 millones de dólares, correspondientes al segundo tramo del préstamo por 41.500 millones aprobados a fines del 98. El gobierno brasileño destinaría esos fondos a sostener la cotización del real, a través de intervenciones del Banco Central. Una pista de esa posibilidad la ofreció ayer el propio ministro de Hacienda, Pedro Malan, antes de la apertura de los mercados: Habrá reglas de intervención (en el mercado cambiario) que sean conocidas y tengan respaldo internacional para evitar que la especulación de los financistas provoque el continuo derrape del real. Malan consideró que la pérdida de valor de la moneda brasileña fue flagrantemente exagerada. Desde que Brasil lo dejó flotar libremente, el real acumula una devaluación del 36,7 por ciento. La propuesta oficial, que el ministro se negó a detallar, será conocida entre hoy y mañana, luego de que Malan se entreviste con Fischer en Brasilia este mediodía. La alternativa barajada por el presidente del BC brasileño, Francisco Lopes, radica en que el banco emisor intervenga en el mercado, inyectando dólares para evitar el exceso de volatilidad; nunca para frenar un aumento de la devaluación. Fue entonces cuando el funcionario citó el ejemplo mexicano, donde, tras el Tequila, el BC de ese país vende 200 millones de dólares cada vez que la oscilación del tipo de cambio supera el 2 por ciento diario. Y el de Canadá, donde existe un fondo especial para la compra y venta de divisas que evita la volatilidad excesiva. La reacción eufórica de los financistas, que levantó la cotización del real de 2,10 a 1,91 unidad por dólar, adquiere dimensión si se toma en cuenta que difícilmente el FMI vaya a adelantar el tramo de 9000 millones de dólares, inicialmente previsto para fines de mes, sin que, con anterioridad, Cardoso se comprometa a cumplir nuevas metas económicas. Varios economistas de la city consultados por Página/12 especularon con la posibilidad de que, por un lado, Fischer reclame un fuerte aumento de las tasas de interés que en la actualidad se ubican en el 40 por ciento anual para desestimular las presiones sobre el real. Y, además, le adjudicaron chances a que el gobierno brasileño anuncie la reactivación del proceso de privatizaciones. Para este año, Brasil tiene previsto liquidar activos por 20.000 millones de dólares. En el microcentro, además, no descartan que se incluya al gigante petrolero Petrobrás dentro del paquete. En un comunicado, el BC brasileño informó ayer que sus reservas ascienden a 36.116 millones de dólares. Si bien el informe no lo precisa, en el mercado descuentan que en ese monto se incluye el primer giro realizado por el Fondo por un total de 9000 millones. Esto significa que las reservas netas de Brasil sumarían apenas 27.000 millones, muy cerca de la exigencia mínima planteada por el FMI, de 20.000 millones. Mientras tanto, y durante las incontables apariciones públicas de los máximos funcionarios del gobierno de Brasil, Cardoso volvió a negar ayerque se esté analizando confiscar los depósitos de los ahorristas. Y llamó chacales a quienes especulan contra la moneda.
|