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Para Soros el real se devaluó excesivamente

El mago de las finanzas, que tiene fuertes inversiones en Argentina, afirmó que esta es la crisis “más anunciada de la historia”.

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Página/12
en Suiza

Por Eduardo Febbro
Desde Davos


t.gif (862 bytes)  Dos personalidades de primer orden de la política y las finanzas internacionales ofrecieron un paradójico espectáculo durante la anteúltima jornada del Foro Económico de Davos. El financista norteamericano Georges Soros, gerente del famoso Quantun Fund, y el canciller alemán Gerhard Schröder, ex marxista convertido a la socialdemocracia y ferviente defensor de la economía de mercado, dispararon balas de grueso calibre contra el sistema económico mundial. El más sorprendente fue Soros, quien además consideró que el real está “excesivamente devaluado” después de su previa “sobrevaluación”.
La leyenda viva de las finanzas especulativas participó en un debate sobre la “Economía Casino”, donde reiteró las críticas contra el FMI y el grupo de los siete países más industrializados que figura en su último libro, al tiempo que pidió “un muro de plata para salvar la estabilidad de Brasil”. Soros eligió precisamente como ángulo de ataque el ejemplo de la crisis brasileña, a la que consideró como “la más anunciada de la historia”.
Para el especulador, la sacudida brasileña demuestra que los mecanismos internacionales creados para salvar las economías en peligro “carecen de completa utilidad”. Todo “lo que no debía hacerse se hizo en Brasil, y pese a que se sabía lo que iba a pasar, ocurrió”, recalcó antes de insistir en la necesidad de que el G7 y el FMI le abran a Brasil una línea de crédito preventiva “con tasas mucho más inferiores”. Soros calculó que con tasas de interés “al 9 por ciento y no a 35 o 38 como ahora, la confianza volvería inmediatamente y todos los problemas políticos de Brasil quedarían resueltos”.
Casi con el mismo tono alarmista que recorre su libro el maestro de las bolsas afirmó que “había llegado el momento de actuar. Ahora o nunca”. Pidiendo un “muro de plata” para que Brasil no se derrumbe Soros arguyó que el juego del sube y baja de las tasas de intereses era mortal y con efectos desastrosos. Con todo, el análisis que expuso le restó validez a la idea de que Brasil imitara el modelo que instauró Cavallo en la Argentina. Soros dijo que ese sistema “es posible a largo plazo” pero que “las condiciones actuales no lo permiten”.
Con todo, el mejor jugador en el casino mundial consideró que el impacto del terremoto de Brasil en los mercados financieros “es ahora limitado”. Su optimismo llegó incluso a darle a Brasil una buena nota ya que para Soros Brasil representa un low risk frente al país que puso a la cabeza de los peligrosos, Rusia, al que calificó con un high risk.
A Schröder le tocó el turno siguiente. Como lo había hecho el ministro alemán de Finanzas, Oskar Lafontaine, cuando pidió que los mercados entren en un “nuevo camino”, el canciller alemán fue más resuelto al exigirle a los mercados la construcción de una “nueva arquitectura internacional”. Schröder dijo que los capitales especulativos en los mercados nacionales e internacionales conducían a “economías enteras hacia la edad de la ruina” y creaban “una peligrosa inestabilidad”. Curiosa vuelta de la historia, el responsable político alemán anunció que tal vez volvería a instalar sus oficinas en los locales de la ex Alemania del Este. Como la nueva cancillería recién se terminará de construir en el año 2000, Schröder utilizará una vieja dependencia gubernamental de Berlín Este.

 

“Está creando desconfianza”
Domingo Cavallo cuestionó ayer las sugerencias de Carlos Menem para Brasil. Desde Davos, adonde se desarrolla el Foro Económico Mundial, pidió que “no vuelva a descolgarse ni con la idea de la dolarización, ni con el Plan Bonex”, porque “está creando una tremenda desconfianza entre los ahorristas brasileños”. El ex ministro aseguró que “es antipatriótico, es criminal seguir diciendo que habrá esto o aquello”, enfatizó, en referencia a las propuestas de Menem. Por su parte, el número dos del FMI, Stanley Fischer, sostuvo ayer que Argentina “no necesita
limitar el movimiento de capitales porque tiene un sistema
financiero muy sólido”.

 

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