Por Fernando DAddario
Desde Cosquín
El nuevo
camino del folklore argentino sigue su marcha en forma inexorable y triunfal: Soledad
cerró el domingo la 39ª edición del Festival de Cosquín ante 18 mil personas que
llenaron la plaza Próspero Molina y unas 35 mil más que poblaron las calles aledañas,
la entrada de la iglesia y los balcones vecinos, en una suerte de toma pacífica de la
ciudad que se evaporó en las primeras horas de ayer. Sin tanta euforia, pero también
enmarcada dentro del aluvión del denominado folklore joven, en la última
jornada se entregaron los premios Consagración, que distinguieron esta vez a Facundo Toro
y Roxana Carabajal.
Cosquín, un lugar propicio para los chismes y las premoniciones de éxitos y fracasos,
suele alimentar todos los años el sueño de unos pocos, especialmente dentro del
ambiente: Este año Soledad se cae. Y siguen las especulaciones: La
gente ya se saturó, o Sus fans le van a dar la espalda porque va a dejar el
folklore. Sin embargo, la realidad se encarga una y otra vez de enterrar las
suposiciones que no tienen en cuenta la devoción incondicional (y en algún punto
inexplicable) que provoca la adolescente de Arequito. Hace años que su público viene
viendo lo mismo, más allá de cierto maquillaje candombero o tanguero que imprimió en el
último disco A mi gente, y no parece estar cansada ni del ahora patentado revoleo de
poncho ni del bombardeo mediático al que es sometida. Es casi un sentimiento religioso y,
como tal, está exento de consideraciones críticas. Se va en peregrinación ritual al
santuario eventual de la Sole y punto.
Los premios a Facundo Toro y Roxana Carabajal admiten dos lecturas. Así como el año
pasado se distinguió a una promesa joven (Amboé) y a un tradicionalista a ultranza (el
Chaqueño Palavecino), este año la Comisión Nacional de Folklore se recostó en una
decisión salomónica y poco comprometida, pero con un criterio muy claro. Son los
jóvenes quienes merecen consagrarse. Eligieron entonces a un genuino exponente del
folklore marketinero y a una chica que es una seria promesa de artista interesante. Ambos
premios fueron justos e injustos en algún punto. La adhesión del público que obtuvo el
hijo de Daniel Toro en la plaza es incuestionable. La gente lo consagró. Con este
parámetro, la distinción a Roxana no es tan entendible. Tuvo una actuación corta
(cantó sólo tres temas) y convincente, pero la gente, que la aplaudió aunque sin
desbordes de euforia, todavía la identifica como parte del grupo de Peteco Carabajal.
Ambos, Toro y Carabajal, están respaldados por dos sellos multinacionales
(Polygram/Universal y BMG).
Hubo otras distinciones que no fueron objeto de polémicas: la cordobesa María Soledad
Gamboa (que salió del Pre-Cosquín) obtuvo el premio Revelación, en tanto el grupo Voces
de Provincia fue Revelación de Peñas y la solista Belén se quedó con el de Revelación
de los Espectáculos Callejeros.
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