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El Gobierno definió la marcha como “fracaso”

Según la lectura oficial, hubo pocos manifestantes y fue por eso  que Carlos Santillán se quedó en Jujuy. Miguel Angel Toma y  Carlos Corach descalificaron a los convocantes por irrepresentativos.

Los manifestantes presentaron petitorios en el Ministerio de Trabajo.
Antes habían dejado otro en la Mesa de Entradas de la Casa de Gobierno.

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t.gif (862 bytes)  El Gobierno consideró ayer como un “fracaso” la jornada nacional de protesta impulsada por el sindicalista jujeño Carlos “Perro” Santillán y el dirigente de jubilados Raúl Castells. Y evaluó que por ello Santillán decidió quedarse en Jujuy en vez de liderar la movilización central, convocada en la Capital Federal, y para la cual el Ministerio del Interior dispuso un operativo de seguridad que contempló a casi 2 mil efectivos policiales.
“Creemos que fue un fracaso de los muchachos. Pero estamos contentos porque se manifestaron pacíficamente y ni se asomaron por los supermercados”, aseguraron ayer en la Secretaría de Seguridad Interior, la dependencia de la cartera política a cargo de Miguel Angel Toma que coordinó los operativos policiales en todo el país.
El presidente Carlos Menem había ordenado a sus ministros que tomaran todos los recaudos para evitar saqueos que recrearan la imagen de los sucesos vividos en el ‘89, cuando expiraba el gobierno de Raúl Alfonsín.
“Nadie quería ver una foto con los saqueos. Una foto que, seguramente, hubiese recorrido el mundo”, reconoció a Página/12 una fuente de la secretaría.
El ministro del Interior, Carlos Corach, fue tajante durante toda la jornada en calificar a los integrantes de las columnas como “un pequeño grupo totalmente irrepresentativo”. El Gobierno mantuvo a rajatabla ese discurso y fue por eso que sorprendió el despliegue de 1300 efectivos en centros comerciales, la Plaza de Mayo, el Ministerio de Trabajo, la Administración Nacional de Seguridad Social, y también otros puntos por donde se movilizaron los manifestantes, completando así un total de 1850 policías.
Corach intentó explicarlo a primera hora de la mañana, en la informal rueda de prensa que realiza todos los días en la puerta de su departamento. “La cantidad de policías es por cualquier problema. No queremos que estos pequeños grupos manipulen a la gente, que la confundan, no queremos que creen problemas absurdos”, dijo.
Desde el Gobierno se dijo que el impactante despliegue policial inhibió a Santillán, quien de amenazar con saquear supermercados –siempre según la versión oficial– pasó a convocar a una marcha a la Plaza de Mayo, a la que terminó ausentándose para liderar la movilización de San Salvador de Jujuy (ver aparte).
La versión del sindicalista jujeño fue distinta. “Nunca cambié mi decisión”, aseguró sobre su determinación de ir a pedir comida y “no saquear” a los supermercados y de ser protagonista de la jornada de protesta en su provincia natal.
Integrantes de la Corriente Clasista Combativa, que lidera Santillán, agregaron además material de análisis sobre el “entusiasmo puesto por el Gobierno” para difundir el conflicto. Según los hombres ligados al dirigente sindical, desde algunos sectores de la Casa Rosada se está buscando “partidizar” este tipo de protestas para justificar actos represivos futuros, aun en aquellos casos donde las exigencias de alimentos surjan de movimientos espontáneos.
Horas previas a la protesta, el propio Santillán se preocupó por dar un enfoque similar. Fue cuando le preguntaron por radio si había decidido tomar los supermercados. “Eso es un invento del Gobierno nacional para denunciarnos y ponernos a nosotros en el blanco. Nosotros nunca habíamos dicho que esta jornada por pan y trabajo iba a desembocar en una toma de supermercados”, contestó desde Jujuy (ver nota aparte).

 

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