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 Con un Congreso
donde su coalición domina al menos un tercio de las bancas, enfrascado en una discusión
maratónica sobre los poderes presidenciales, el nuevo mandatario venezolano Hugo Chávez
proclamó ayer que sólo le importa la reacción del pueblo de su país. La Iglesia
Católica bendijo al supercatólico Chávez y alabó en el Te Deum su "voluntad
decidida" para enfrentar la crisis. El nuevo canciller, José Vicente Rangel,
reiteró su condena al bloqueo norteamericano a Cuba, pero enfatizó que no pretende
"fidelizar" las relaciones exteriores. Los empresarios calificaron ayer de
necesarias las medidas anunciadas por el presidente Chávez para aumentar la recaudación,
pero clamaron por precisiones sobre su estrategia para reducir el gasto público. El
disenso proviene de la oposición, dividida y desconcertada porque Chávez decretó el
martes un referéndum para que los venezolanos voten por sí o no la convocatoria a una
Constituyente que reforme la Constitución. El factor sorpresa jugó a favor del ex
paracaidista: había prometido llamar al referéndum recién el 15 de febrero.El presidente de la Bolsa de Caracas --que ayer cayó un 3,9 por ciento--, Alejandro Salcedo, afirmó que las medidas "abren expectativas" y que hay que esperar que los inversionistas "digieran" el discurso de Chávez. Las medidas impositivas anunciadas hasta ahora fueron la creación del Impuesto al Débito Bancario (IDB) y la ampliación de la base de recaudación del Impuesto a las Ventas (IVA). Con ello espera generar recursos equivalentes en total al 2,5 por ciento del PBI, en un país que gasta hasta un 30 por ciento de su presupuesto en el pago de los servicios de la deuda externa e interna, según recordó ayer el presidente del Banco Central de Venezuela, Antonio Casas González. Para la oposición socialdemócrata, lo primero que quiere asegurar Chávez con la Constituyente es su reelección. "El quiere madrugar para asegurarse, porque cree que tiene la sartén por el mango", definió Henry Ramos Allup, jefe de Acción Democrática (AD), principal opositor. También mostró desencanto Nelson Rampersad, jefe de la bancada del Movimiento al Socialismo (MAS, aliado de Chávez y con dos hombres en su gabinete). "La aspiración que tenía el MAS era la colaboración entre los poderes para el desarrollo de este proyecto", explicó. El ex presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, ahora senador, estimó que Chávez ha debido "convocar al referéndum en acuerdo con el Congreso". Pero el oficialista Movimiento V República, el democristiano Copei y la ex Miss Universo Irene Sáez (que espera ganar con votos chavistas la gobernación del turístico estado de Nueva Esparta) mostraron todo su beneplácito por el apresuramiento del presidente en convocar a la Asamblea que reescribirá de cero las Constitución venezolana. AD y Copei ejercieron un bipartidismo cerrado y excluyente en la democracia venezolana iniciada en 1958, al que Chávez atribuye ahora los males de la nación, por lo que sostiene que la Constituyente debe tener poder para disolver el Congreso, reformar el Poder Judicial y contener referéndum para revocar los cargos públicos. Ignorando las críticas opositoras, Chávez dijo que sólo le importa "la reacción del pueblo, el soberano". Informó que ya envió una comunicación al presidente del Consejo Electoral, Rafael Parra Pérez, para que "lo más pronto posible hagamos el referéndum". Esto declaró el nuevo mandatario después de asistir ayer al Te Deum de Acción de Gracias. El arzobispo de Caracas, José Ignacio Velazco, calificó como un "acto de valentía" de Chávez, ex comandante de paracaidistas, querer encauzar a Venezuela "en tiempos tan difíciles y tan cargados de esperanza". Después de tener prohibida la entrada por su participación en la intentona golpista de 1992, Hugo Chávez viajará a Estados Unidos el 24 de febrero. Así lo anunció ayer José Vicente Rangel, el nuevo canciller, un periodista y abogado de izquierda que fue tres veces candidato a la presidencia en las décadas de 1970 y 1980. Destacó que el nuevo gobierno privilegiará la integración con el Mercosur y el Caribe. Pero mantendrá buenas relaciones con Washington, y que, a pesar de su oposición al embargo a Cuba, no "fidelizará" la cancillería. Después de todo, Estados Unidos es el principal comprador del petróleo venezolano, y el primer exportador a Venezuela.
OTRA CRISIS AMENAZA EL PROCESO DE PAZ
El enfrentamiento surgió después de que la guerrilla entregó al gobierno un listado con los nombres de oficiales y suboficiales investigados por sus presuntos nexos con los paramilitares, grupos ilegales armados que combaten a la guerrilla. Las FARC pidieron implícitamente la destitución de los militares, pero los mandos de las Fuerzas Armadas aseguraron que la mayoría de los casos son acusaciones e investigaciones preliminares que carecen de pruebas. Inicialmente los militares sospecharon que el listado había sido entregado por el procurador, Jaime Bernal, pero el funcionario aseguró que jamás lo suministró a los rebeldes. La reacción del comandante del ejército, general Jorge Enrique Mora, no se hizo esperar y el miércoles acusó al alto comisionado para la paz, Ricardo, de haber entregado el listado a la guerrilla. "Llevamos varios días hablando sobre esta famosa lista. Lo que está claro para mí es que el doctor Víctor G. Ricardo llamó al procurador y le pidió una lista de investigaciones disciplinarias contra miembros de las fuerzas militares por vínculos con grupos de autodefensa", aseguró Mora. Lo que es claro es que el ejército no quiere que lo miren de cerca.
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