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CARLOS CORACH SE POSTULA PARA OCUPAR LA BANCA DE SENADOR DEL PERONISMO DE LA CAPITAL
En busca de poder y de inmunidad

Corach lo negó por meses, pero ayer lo hizo público. Granillo Ocampo es precandidato a jefe de Gobierno y Toma a primer diputado por la Capital. Si no hay lista opositora, Corach entrará directamente al Senado. El plazo para que la oposición interna arme una lista vence en dos semanas.

Raúl Granillo Ocampo y Miguel Angel Toma anunciaron el lanzamiento de la lista. Corach no estuvo.

Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes) Las encuestas de imagen lo ubican por el piso. O peor, por el subsuelo. A tal punto que algunas consultoras decidieron excluirlo de los sondeos de opinión pública. Pero al ministro que siempre pone la cara por Carlos Menem poco lo importa. Sabe que, sin necesidad de enfrentar en elecciones a la oposición, puede acceder a la banca de senador por la minoría, como le corresponde al justicialismo porteño. Por eso Carlos Corach se convirtió desde ayer en el primer candidato para ocupar ese cargo legislativo, que puede asegurarle mantener una importante cuota de poder y eventualmente inmunidad hasta el 2001.
El anuncio del lanzamiento estuvo a cargo de Raúl Granillo Ocampo y Miguel Angel Toma. El ministro de Justicia y el secretario de Seguridad Interior comparten la lista con Corach. El primero como precandidato a jefe de Gobierno porteño, Toma como postulante a diputado.
Corach prácticamente no tendrá obstáculos en su camino a la senaduría, salvo que le aparezca un competidor interno. El ministro del Interior quiere ser prenda de unidad del PJ capitalino, aunque no tiene todos los cabos atados. Pero Mario “Pacho” O`Donnell, quien la semana pasada se lanzó como precandidato a jefe de Gobierno creyendo tener el respaldo de todo el PJ porteño, se expresó ayer mismo en contra de la postulación de Corach (ver página 2).
De no haber acuerdo, O`Donnell presentará sus propios candidatos a senador y cabeza de la lista de diputados. Y si bien hasta ahora mantiene en reserva los nombres, ayer comenzaron a circular con fuerza los de Claudia Bello y Erman González. En 1993 el actual ministro de Trabajo y entonces candidato a diputado dio el batacazo al vencer en la Capital, un distrito históricamente adverso al PJ.
Cualquier candidato que busque competir con Corach, Granillo Ocampo y Toma deberá darse a conocer en no más de dos semanas. Ese es el plazo legal para la presentación de listas, ya que la interna está programada para el 21 de marzo.
La Constitución reserva a la segunda fuerza una banca de senador para el período que va desde 10 de diciembre de 1998 hasta el 10 de diciembre del 2001, día en el que recién asumirán los legisladores elegidos por el voto directo. Hasta entonces, y de acuerdo a la reforma de la Carta Magna del `94, la primera minoría dispone de una banca sin necesidad de competir electoralmente con nadie. En la Capital Federal la primera minoría es el justicialismo.
La senaduría porteña se transformó en la panacea para varios funcionarios del Gobierno. No sólo porque les garantiza la continuidad en el poder ante la expiración del mandato de Menem. También porque les asegura inmunidad frente a las constantes denuncias judiciales de la oposición.
Corach no tiene ninguna causa pendiente, aunque sí infinidad de acusaciones (ver recuadro). En cambio, Claudia Bello y Erman González están en la mira de la Justicia. La secretaria de la Función Pública fue citada por el juez Adolfo Bagnasco como testigo en la causa IBM-Banco Nación en calidad de testigo. La señalan por haber obviado un informe que desaconsejaba el contrato con la multinacional.
Por su parte, Erman está sospechado por presunta participación en la venta ilegal de armas al exterior y el juez federal Jorge Urso pidió que le inicien juicio político, trámite del que se salvó gracias a la cerrada negativa de un Congreso dominado por el PJ.
De todos ellos, Corach fue el único que en público y privado juraba a los periodistas su desinterés por la senaduría porteña, anticipada por Página/12 en julio del año pasado. “Es una estupidez”, llegó a decir fuera de micrófono cuando los rumores sobre su postulación comenzaban a crecer.
Quizá por eso optó por no participar de la rueda de prensa celebrada ayer en el sindicato del Seguro, donde Granillo Ocampo y Toma formalizaron el lanzamiento de la lista, de la que también participa el subsecretariode Desarrollo Social, Santiago de Estrada, como precandidato a vicejefe de Gobierno porteño. De todos modos, en ese acto Corach –un político con escasa y mala experiencia en competencia por cargos electivos (en 1994 fue candidato a constituyente por la Capital y fue derrotado ampliamente por el frepasista Carlos Chacho Alvarez)– envió un representante que, como mínimo, le asegura confiabilidad: su mimado hijo Hernán.
–¿Por qué se decidieron a elegir a Corach cuando todas las encuestas lo muestran como el menos simpático para la gente? –le preguntaron, palabras más palabras menos, a Granillo Ocampo, al cierre de la conferencia de prensa.
–Bueno, nosotros no lo elegimos por simpático –reconoció pícaro el riojano, generando la risa de los presentes. Incluso la del propio hijo de Corach.

 

Acusaciones
No se puede decir taxativamente que Carlos Corach busca en el Senado un refugio, una garantía de inmunidad. Pero, ciertamente, mucho menos se puede afirmar lo contrario. Si bien el ministro del Interior no tiene ninguna causa pendiente, sobre él pesan un cúmulo de acusaciones. La más pesada es la formulada por el diputado del Frepaso, Horacio Viqueira, quien acusó a Corach de “tener conocimiento del contrato entre IBM y DGI”. En 1993 se firmó el decreto 503 que permitió a la DGI adjudicar de manera directa sistemas informáticos. El artículo 19 preveía un plazo máximo de seis meses.
“En diciembre de ese año, Corach (que era secretario Legal y Técnico) recibió una nota de Ricardo Cossio, entonces titular de la DGI, donde le solicitaba la prórroga del decreto y explicaba cuáles eran los términos del contrato”, dijo Viqueira. “Si bien no fue el firmante conocía lo que pasa y aceptó posponer el plazo. Un mes después, la DGI inició el trámite por medio del cual contrató de manera irregular a IBM por 425 millones de dólares”, terminó el diputado.

 



LA IMAGEN DEL MINISTRO SEGUN LOS ENCUESTADORES
Tan funcional como odiado

t.gif (862 bytes) El hecho de que el ministro del Interior, Carlos Corach, salga de su casa todas las mañanas dispuesto a enfrentar al grupo de movileros que lo espera para escuchar de su boca lo que el presidente Carlos Menem no se atreve a decir, le valió dos títulos en lo que va de su gestión: se convirtió en uno de los hombres de mayor confianza del primer mandatario y consolidó su imagen de “ogro” con la gente. Los encuestadores consultados por Página/12 explicaron el “fenómeno Corach”, figura esencial del oficialismo a pesar (o a costa) de su mala imagen, cuando el ministro pretende representar a la Ciudad de Buenos Aires en el Senado de la Nación.
Los consultores no manejan datos actualizados sobre la imagen de Carlos Corach. “Hace tiempo que no medimos a los integrantes del gabinete porque como siempre daba mal no nos permitía realizar análisis”, explicó la consultora Graciela Römer.
Para el encuestador Enrique Zuleta Puceiro, “Corach, sin lugar a dudas, es el ministro más eficiente que ha tenido Carlos Menem”. El director de la consultora Sofres-Ibope considera que “nadie como él ha representado la política del Presidente. Dos de sus momentos más culminantes fueron el Pacto de Olivos y la consiguiente reforma de la Constitución, y luego la derrota electoral de octubre del ‘97, después de la cual ejerció una conducción política monopólica”.
Zuleta explicó luego por qué, siendo tan “eficiente”, el funcionario es tan “odiado” por la mayoría de la gente. “Con él ocurre lo que Soros llama `proceso de reflexividad’. La gente moraliza: `Si el Gobierno es malo y Menem es malo, el que cumple con más eficiencia los mandatos de ese gobierno es el más malo de todos”, sostuvo. Sin embargo, que Corach sea un personaje impopular parece no afectar el desarrollo de su carrera política. “En la antesala de su despacho, el ministro colecciona las caricaturas que le hacen los humoristas. Su actuación política no depende de la aceptación de la gente. Se mueve en otra esfera. Por eso puede postularse como senador”, afirmó Zuleta.
Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, tampoco pasa por alto la mala imagen de Corach. “Las últimas mediciones las hicimos hace dos años y no lo favorecían mucho que digamos. Esto ocurre porque él oficia de punta de lanza de la política que aplica el gobierno de Menem”, dijo. Sin embargo, destacó que al mismo tiempo el ministro “se ha logrado mantener en el centro de la esfera política”.
Luego, el consultor se centró en la competencia por la banca que le corresponde al PJ como minoría en el Senado. “El candidato a senador no se va a votar directamente: si ésa fuera la situación, es claro que Corach perdería la elección. Pero como en este caso la Legislatura tendrá la decisión final. Si logra un acuerdo con la bancada radical, podrá imponerse”, finalizó.

 


 

MENEM ALMORZO CON EL BLOQUE DE DIPUTADOS DEL PJ
Mortadela, ravioles y buenas ondas

Por F. A.

t.gif (862 bytes) El menú que se sirvió ayer en la quinta de Olivos para homenajear a los diputados del justicialismo fue austero: ravioles al fileto, con entrada de mortadela. “Debe ser para que no nos olvidemos de que alguna vez comimos mortadela”, comentó una legisladora elegantemente vestida sentada en torno a la mesa que presidía la ministra de Educación, Susana Decibe. Los discursos fueron escasos, apenas dos. Uno a cargo del presidente del bloque de diputados del PJ, Humberto Roggero, y el del cierre, pronunciado por Carlos Menem, que de a ratos fue interferido por los hits que propalaba una emisora radial que se filtró en el sistema de amplificación.
“Vamos a terminar este discurso a dúo”, dijo el presidente cuando comenzó a hablar el locutor radial, entremezclándose así el anuncio de medidas políticas con los de los nuevos temas discográficos. Noventa legisladores peronistas escucharon en silencio los mutuos elogios que se prodigaron Menem y Roggero al término de tres jornadas en que el PJ intentó conservar la unidad en el Congreso. Junto a los legisladores se acomodaron ministros, secretarios de Estado y los integrantes de la Comisión de Acción Política del justicialismo: Antonio Cafiero, Eduardo Bauza y Rubén Marín. Entre los veinte diputados que faltaron a la cita se destacaron las ausencias de Hilda “Chiche” Duhalde, Cristina Fernández de Kirchner y de Oraldo Britos (“no me gustan los monólogos”, había argumentado el puntano).
El almuerzo fue amenizado por una larga explicación sobre la dolarización de la economía argentina a cargo del secretario de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, la que despertó menos atención que la salsa de los ravioles. El tema de la dolarización también fue mencionado por Menem en su discurso. Según el presidente, el cambio de moneda es un tema de tendencia internacional, y señaló que funcionarios norteamericanos le habrían asegurado que los dólares que vendrían a la Argentina podrían llevar impresa la cara de nuestros próceres. “También la suya, presidente”, gritó un legislador desde el fondo del salón; quizás con intención de pasar a ocupar las mesas de adelante en el próximo encuentro. Menem también pidió por la tarjeta laboral del peón de campo.
Roggero, a su turno, destacó la importancia de acompañar al Gobierno aprobando el paquete de leyes que el Ejecutivo envió para su sanción en extraordinarias, y destacó el liderazgo de Menem sobre el Movimiento Peronista.

 


 

Pacho y Scioli no se bajan y se tienen fe

Afirman que el aparato siempre pierde en las internas del PJ. Por lo bajo, aseguran que sumarán a su lista a Erman y Claudia Bello.

El senador Mario “Pacho” O’Donnell asegura que “respeta mucho” a sus adversarios de la interna.
Sus allegados son más tajantes: “¿quién puede ganar una interna abierta con Corach de candidato?”.

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Por Fernando Almirón

t.gif (862 bytes) Hasta hace pocos días Mario “Pacho” O’Donnell pensaba que podría liderar una lista de unidad del peronismo porteño. Al menos así se lo hicieron creer el miércoles pasado por la noche el secretario de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, y el presidente el PJ porteño, Raúl Granillo Ocampo, durante una cena en la casa del ex secretario de Cultura de la Nación. Después de los primeros momentos de estupor una vez conocido el lanzamiento de Granillo Ocampo como precandidato a jefe de Gobierno, O’Donnell aseguró que sus compañeros violaron las promesas de unidad y que no se bajará de su candidatura, que se propone dar batalla. “Históricamente en el peronismo los dueños del aparato siempre terminaron perdiendo”, aseguró. Erman González y Claudia Bello se podrían sumar a su lista, junto a algunos sindicalistas del gremio municipal y de personal del Estado.
Los allegados a la fórmula que encabezan O’Donnell y el diputado Daniel Scioli para la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires fueron menos diplomáticos. “Nos quisieron hacer una cama con las promesas de unidad”, aseguró uno de sus operadores, quien agregó: “La ambición desmedida de Granillo Ocampo pone en riesgo las posibilidades del peronismo en la Capital. Pese a ser un riojano recién llegado, Granillo Ocampo es ministro de Justicia, presidente del peronismo porteño y no se conformó con encabezar la lista de diputados”.
Las mismas fuentes le anticiparon a Página/12 que en los primeros días de la semana que viene recompondrán su lista, y en ella podrían figurar tanto el actual ministro de Trabajo, Antonio Erman González, como la secretaria de la Función Pública, Claudia Bello.
“Yo no entiendo cómo pueden creer que una fórmula encabezada por Corach y Toma puede llegar a seducir al electorado de la Capital”, bramaron los operadores de Pacho y Scioli, quienes subrayaron además que, como se trata de internas abiertas, “mucha gente va a hacer cola para votar en contra de Corach”.
“Yo respeto mucho a los integrantes de la lista que vamos a tener que enfrentar en las internas”, declaró con calma O’Donnell. Según el ex senador, “a nosotros este anuncio no nos asusta para nada. Somos un grupo que está muy convencido de lo que se viene, y en vez de ponernos a mirar hacia adentro preferimos ponernos a pensar en términos de la ciudad, de cómo se puede mejorar la seguridad, el trabajo y la calidad de vida de la ciudad”.
Según O’Donnell, “en el peronismo los dueños del aparato siempre perdieron, como fue el caso de la interna presidencial que Carlos Menem le ganó a Antonio Cafiero en el ‘88. Por otra parte, los números por ahora nos dan ganadores a nosotros, que confiamos mucho en el voto de los independientes con vistas a ganar también en las elecciones generales”.
O’Donnell y Scioli habrían confirmado la inminencia del lanzamiento de Granillo Ocampo durante un encuentro que mantuvieron con el presidente Menem y el secretario Alberto Kohan el miércoles pasado en la quinta de Olivos. En esa reunión Menem les dijo que, ante la imposibilidad de lograr una fórmula de unidad, no había otra salida que las internas. Tanto O’Donnell como Scioli son dos personajes que ingresaron al peronismo de la mano de Menem, y esto es lo que los actuales precandidatos intentaron dejar en claro durante el encuentro.

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