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El ex general Guillermo Suárez Mason habló ayer por radio y se explayó un largo rato sobre lo que más le duele: su expulsión del club Argentino Juniors. Yo no tengo ninguna condena, no tuve poder político, eran las frases a las que recurría cuando los periodistas trataban de extraerle alguna declaración vinculada a las violaciones a los derechos humanos. Cargo de conciencia tenemos todos, de un lado y del otro, porque fue una época muy violenta, atinó a decir, tratando de parecer un ser humano. Ni remordimiento, ni arrepentimiento. Lo único que se percibió durante la entrevista fue su empeño por demostrar lo mucho que hizo por los bichitos colorados y su intento por evadir toda pregunta relacionada con la represión. Tengo instrucciones bien claras, por escritas, dijo, finalmente, para desvincularse del delito que puede llevarlo a la cárcel, la apropiación de bebés. ¿Qué haría si le robaran un nieto? preguntó el periodista Néstor Ibarra. Lo buscaría le contestó el ex jefe del Primer Cuerpo del Ejército, área en la que funcionaron 43 centros clandestinos de detención. Pero Pajarito permanecía alerta. En este problema, a mí no me ha llamado ningún juez, afirmó cuando lo interrogaron sobre qué pensaría de los ladrones. En realidad, el martes se presentó ante la jueza María Servini de Cubría, quien lo interrogó sobre la apropiación de Javier Penino Viñas, anotado como hijo propio por el represor Jorge Vildoza. La jueza lo recibió como testigo, aunque no se puede descartar que en algún momento sea procesado. De cualquier manera Suárez Mason no ignora que está arriba en la lista del juez Adolfo Bagnasco, quien se está preparando para indagar a los miembros del Ejército responsables de participar en el plan sistemático para robar bebés. Durante la entrevista radial adelantó parte de su estrategia: decir que sobre este tema no sabía nada y responsabilizar a otros, superiores o subordinados. En el asunto de los menores desaparecidos habrá sus responsables. Yo me manejé con cosas claras, afirmó. En este sentido aseguró tener instrucciones bien claritas, escritas, que están en poder de la Justicia firmadas por el Comando en Jefe. Por otro lado, tal como informó ayer Página/12, frente a Servini de Cubría, Suárez Mason dijo que había firmado órdenes para que los menores fueran entregados a sus familiares y que los responsables del destino final de los detenidos eran la Junta Militar y el ministro del Interior, Albano Harguindeguy. Las Fuerzas Armadas no eran yo solo, aseguró, aunque reconoció que durante la dictadura él era el hombre número cuatro. Dejó claro, eso sí como quisieron hacer todos los que desfilaron por los tribunales de Comodoro Py que la responsabilidad por el robo de bebés es de otros y que de los secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones ni vale la pena hablar porque ya fue juzgado. No tengo ninguna condena, repetía Pajarito durante el reportaje. Pero no se preocupó por aclarar que estuvo acusado de 39 homicidios, 164 tormentos, 430 privaciones ilegítimas de la libertad y 19 robos y que se fugó del país para evadir a la Justicia. No llegó a ser condenado porque, mientras estaba procesado, después de haber sido capturado en Estados Unidos, el presidente Carlos Menem lo benefició con el indulto.
Excarcelación de Gorriarán Están
vulnerando el principio de igualdad ante la ley y los derechos a la presunción de
inocencia y a la libertad. Con estos argumentos los abogados de Enrique Gorriarán
Merlo solicitaron que la Cámara Federal de San Martín le conceda la excarcelación al
líder del Movimiento Todos por la Patria.
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