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Por Cledis Candelaresi La cúpula de la Unión Industrial Argentina reiteró ayer en el Congreso sus reclamos de medidas que permitan enfrentar la crisis de Brasil, incluyendo la revisión de algunos puntos de la reforma tributaria. Pero a la misma hora, Carlos Menem intentaba cerrar las puertas a esos pedidos. Durante un almuerzo en Olivos, el Presidente recomendó a los diputados de la bancada oficialista no ceder a las presiones empresarias, tener paciencia con Brasil y confiar en el resultado de su reunión del 12 de febrero con Fernando Henrique Cardoso. El presidente de Brasil también parece estar buscando bajar el tono del conflicto Mercosur. Brasil seguirá importando trigo y petróleo de la Argentina normalmente, prometió ayer. Existen muchas oportunidades de expansión para las exportaciones brasileñas, remarcó. Ellos soportaron varios años de déficit comercial. Ahora nos toca a nosotros ser tolerantes, sentenció Menem a un grupo de legisladores, en el mediodía de ayer. Mientras en la quinta presidencial se desmenuzaba el tema político más urticante del momento, la conducción de la UIA, encabezada por Alberto Alvarez Gaiani, se entrevistaba en el Congreso con la comisión Mercosur de Diputados, encabezada por el duhaldista Jorge Remes Lenicov. Durante el encuentro, los dirigentes patronales insistieron en que es necesario hacer algo para aumentar rápidamente la competitividad de las empresas argentinas, menguada frente a la de las brasileñas por la devaluación del real. El interés empresario apunta a profundizar la rebaja de aportes patronales para la industria y suspender o eliminar el impuesto sobre la tasa de interés de préstamos del exterior tomados por las empresas y la renta presunta, creados por la reciente reforma tributaria. Otro idea menos reiterativa barajada durante la reunión fue la de crear un ámbito institucional dentro del Mercosur donde puedan dirimirse los conflictos que ahora terminan engrosando las agendas presidenciales. Más allá de su libreto de lobbista, los dirigentes empresarios parecen haber recibido la misma consigna de moderación que el Presidente planteó a los funcionarios justicialistas. Tenemos que tener precaución en cómo manejamos la situación con Brasil. Quizá sea bueno esperar a la cumbre presidencial del 12, comentaba ayer el vice de la UIA, Osvaldo Rial. Aunque los legisladores presten atentos oídos a los empresarios, no es mucho lo que pueden hacer por ellos, al menos en lo inmediato. Amén de que no todos tienen la misma disposición para escucharlos. Mientras el titular de bancada, Humberto Roggero, amaga con propiciar medidas proteccionistas, Oscar Lamberto relativiza el estado de alarma patronal. Los grandes grupos están a un lado y otro de la frontera: el perjuicio que sufren en un lado lo compensan con ventajas en el otro, especulaba ante Página/12. Por ahora, el oficialismo no tiene intención de reabrir la discusión sobre la reforma tributaria, que tantas negociaciones requirió para ser sancionada. Lo que sí están dispuestos a hacer los diputados del PJ es trabajar junto con la oposición para insistir con el tope sobre el gravamen a los intereses que el Poder Ejecutivo vetó. En virtud de un añadido, los legisladores habían dispuesto que el gravamen no pueda superar el 1,5 por ciento sobre el monto de las deudas. Tampoco podrían arremeter con un proyecto que, por ejemplo, suba los aranceles a las importaciones, ya que ésa es una potestad delegada en el Ejecutivo. Sí, en cambio, pueden trabajar en un proyecto de ley que otorgue ventajas financieras a los exportadores. Una de las hipótesis de trabajo tomadas por los legisladores es la de crear un subsidio que permita a las empresas que exportan ofrecer a sus compradores un financiamiento similar al que pueden obtener las grandes empresas en el mercado internacional. El riesgo de que la recesión brasileña deje sin mercado a muchas exportaciones argentinas también dio lugar para que industriales yagricultores refuercen su exigencia de que el Estado les devuelva el IVA a quienes exportan. La UIA sugirió a Roque Fernández dos alternativas para recuperar ese dinero: que emita un bono o que les condone otras obligaciones empresarias con el fisco.
Los
cortocircuitos entre empresarios argentinos y brasileños comienzan a multiplicarse. La
fluida relación comercial que mantenían antes de la devaluación del real aparece ahora
complicada. En Tucumán, un juez dispuso una inédita medida cautelar de protección a la
industria textil, para frenar las compras al país vecino. En tanto, la secretaria de la
Pequeña y Mediana Empresa, Ana Kessler, reveló ayer que los importadores brasileños
exigen a sus proveedores argentinos rebajas de precios y renegociaciones de contratos.
Cooperativas arroceras de Entre Ríos tienen cargamentos a punto de despachar que fueron
rechazados por los compradores brasileños, quienes reclaman nuevas condiciones.
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