LA IGLESIA Y LOS INMIGRANTES
“Que bajen los decibeles”
 La
Iglesia quiere una tregua para los inmigrantes. Ayer solicitó al gobierno nacional
iniciar una etapa de negociación para consensuar una nueva ley migratoria. El pedido
surge en medio de la polémica generada por la decisión oficial de endurecer los
controles de inmigrantes. Los extranjeros indocumentados, mientras, siguen haciendo largas
colas frente a la oficina de la Delegación Nacional de Migraciones para regularizar su
situación.
Rubén Frasia, titular de la Comisión Episcopal para las Migraciones, solicitó a
“quienes tienen el poder de tomar las decisiones que bajen los decibeles para no
asustar a la gente, porque ya hay muchos asustados”. Y agregó que la Comisión está
analizando el tema para elevar su aporte al Parlamento. “El inmigrante es una cosa,
el ilegal otra y el delincuente otra bien distinta. Si se mezclan las tres como sinónimos
puede ser muy negativo e injusto”, remarcó.
Legisladores de Bolivia que llegaron hace unos días a Buenos Aires para agilizar la
implementación del acuerdo migratorio firmado con ese país en 1998 hablaron ayer de la
“buena predisposición” del gobierno argentino en el conflicto que afecta a casi
un millón de ciudadanos del país vecino, según la declaración del vicepresidente de la
Cámara de Diputados, Roberto Fernández Saucedo.
Justamente ayer un caso en La Plata se convirtió en ejemplo de la forma en que un
inmigrante puede convertirse en sospechoso meramente por su nacionalidad. Un ciudadano
peruano, acusado de robar a una anciana, que como consecuencia del hecho murió, fue
liberado ayer. Los indicios que llevaron a la detención consistieron en que una testigo
había identificado “por el acento” a “un peruano”. A partir de lo
cual, la policía inició la búsqueda en lugares donde residen extranjeros y detuvo a
Cristian De la Cruz Ascoy, de 18 años. Tras casi un mes detenido, el juez César Melazo
lo liberó.
Por su parte, el ministro del Interior, Carlos Corach, volvió a defender la iniciativa
del Ejecutivo de reformar la ley de Migraciones y atacó a un sector de la Iglesia.
“Uno de los principales diarios del país, que no tiene fama de oficialista, hace una
editorial apoyando fuertemente la política del Poder Ejecutivo Nacional y critica con
dureza al obispo que se pronunció de manera absolutamente extemporánea”, en
referencia al monseñor Marcelo Melani, de Viedma, quien había calificado de estrategia
estival circense a la iniciativa del Gobierno.
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