NI LA OPOSICION CREE YA EN EL
JUICIO A CLINTON
El impeachment pierde fuerza
Por Mónica Flores Correa desde Nueva
York
El juicio de destitución
de Bill Clinton podría entrar pronto en la recta final. Los senadores votaron ayer en
contra de la moción de los fiscales de llamar a Monica Lewinsky a testimoniar en vivo en
el recinto. Aprobaron, sin embargo, que la proyección de segmentos de los videos con los
testimonios de la ex becaria, Vernon Jordan y Sidney Blumenthal, sea usada por los
fiscales y la Casa Blanca en sus argumentaciones finales y en una presentación ante la
Cámara alta que tendrá lugar este sábado.
El senador Trent Lott, líder de la bancada conservadora, también se aplicó a dar
señales de que está próxima la conclusión de lo que los demócratas se complacen
últimamente en llamar el juicio republicano. Después de una reunión a
puertas cerradas con sus correligionarios, Lott puntualizó que el Senado se encontraba
encarrilado hacia una votación final de los dos artículos del
impeachment, por los que se acusa a Clinton de perjurio y obstrucción de
justicia. Los republicanos parecían además estar perdiendo terreno en su plan de que se
vote la culpabilidad de Clinton a pesar de que no cuentan con los votos necesarios para
destituirlo. Los argumentos finales comenzarían el lunes y los artículos se votarían el
12 de febrero o un día antes, aclaro Lott.
Exasperación, frustración y hasta notas de melancolía Hay un abrumador
sentimiento de tristeza por habernos metido en este lío, dijo el senador
republicano Jeffords de Vermont fueron las emociones que en armonía bipartidaria
desplegaron los congresistas, tironeados entre las demandas de los fiscales conservadores
y el hartazgo del público norteamericano. En el intento de salir del pantano, el día de
ayer fue así clave para que los legisladores tuvieran la oportunidad de subrayar que ya
estaban casi allí, a unos pocos pasos o mejor dicho, a unos pocos días del
prometido final.
Al abrochar la historia, algunos quedarán inevitablemente escaldados. Resignados a que no
tienen los votos para destituir a Clinton y enfrentados en el día de ayer a la
imposibilidad de persuadir a los senadores de que convocasen a los testigos, los fiscales
ventilaron su propia frustración. Si hay algún senador que no se ha sentado a ver
los testimonios, cada una de las declaraciones, ese senador no está equipado para dar un
veredicto sobre el juicio de impeachment, se indignó el fiscal James
Rogan, representante de California. Nadie recogió el guante.
Entendiendo que no contaba siquiera con el apoyo unánime de su bando, los fiscales
decidieron bajar al mínimo sus expectativas. De los tres testigos que fueron indagados
esta semana, pidieron que sólo Monica Lewinsky declarase ante el Senado el pleno. Pero
desde el miércoles a la tarde, cuando la sensación de arrastrar pesadamente
el juicio y no de estar llevándolo adelante se había instalado en los congresistas sin
distinción de partido, fue creciendo la impresión de que esta moción no sería
aprobada. Un rato antes de que el juicio se reanudase, el senador Trent Lott prenunció lo
que iba a ocurrir cuando les dijo a los periodistas que parecía que no había suficientes
votos para llamar a los testigos en vivo. En el conteo decisivo, 25
republicanos se unieron a los demócratas en el deseo de no llamar a la ex becaria a
declarar al recinto, resolviéndose la votación en forma contundente, con 70 legisladores
en contra de la iniciativa de los acusadores y 30 a favor.
En cambio, la moción acerca de la proyección de momentos claves, según los fiscales, de
los videos de los testimonios, fue una idea que contó desde el principio con el apoyo de
los republicanos. Esta vez fueron algunos demócratas los que cruzaron la línea
partidaria y la moción se aprobó por 62 contra 38 votos. Este sábado, los fiscales
usarán los videos en una presentación especial ante el Senado. La Casa Blanca, que se
había opuesto a que las filmaciones se hicieran públicas, también podrá usar este
material en su argumentación. La presentación total durará seis horas. Los senadores
también empezaron a discutir la posibilidad de que el debate final sobre el impeachment
se haga público: todos los demócratas y un número significativo de republicanos se han
pronunciado por cambiar los procedimientos y permitir que el debate sobre la absolución o
condena de Bill Clinton sea observado por toda la nación.
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