El gobierno
brasileño anunció ayer que dejará de otorgar subsidios a sus exportaciones a la
Argentina, Uruguay y Paraguay, sus socios en el Mercosur. Si bien el recorte de subsidios
estatales a las exportaciones forma parte de una serie de reclamos que los empresarios
argentinos hicieron llegar repetidas veces a Roque Fernández, la causa de la decisión
brasileña hay que encontrarla en el acuerdo que anteayer cerraron el gobierno de Fernando
Henrique Cardoso y la misión del Fondo Monetario encabezada por Stanley Fischer.
La anulación de los incentivos a las exportaciones fue uno de los puntos que el FMI
exigió que Brasil reviera de su plan económico. La intención del Fondo es que el país
vecino reduzca al máximo su nivel de erogaciones para poder así cumplir con la pauta de
superávit primario de 3,5 puntos del PBI para este año. En total, Brasil destina 1800
millones de dólares anuales para fomentar sus exportaciones. Sin embargo, según el
anuncio realizado ayer por el secretario ejecutivo de la Cámara de Comercio Exterior
(Camex), José Botafogo Gonçalves, una parte de esos incentivos será reorientada hacia
las ventas brasileñas a Europa y Estados Unidos. La mayor parte de los subsidios se
aplica en los sectores de textiles, calzados, siderurgia y químicos.
Esta es la primera de las medidas que esperamos tome Brasil, comentó José
Ignacio De Mendiguren, el secretario de la Unión Industrial Argentina, no bien ayer se
enteró del anuncio brasileño, dejando entrever que los industriales continuarán
haciendo reclamos. En efecto, empresarios de los sectores siderúrgico y del calzado ya
iniciaron los estudios para verificar si corresponde aplicar salvaguardias (cupos o
aranceles diferenciales) para proteger a los fabricantes argentinos de esos productos.
Por su parte, en un intento para controlar la posible avalancha de productos brasileños
al mercado argentino, la Subsecretaría de Comercio Exterior informó que un total de 1276
productos fueron comprendidos en el sistema general de monitoreo de las importaciones,
para evitar el ingreso de productos a precios de dumping o subsidiados.
Es cierto que estamos atravesando un momento de incertidumbre, pero no podemos
perder de vista el futuro del Mercosur. Sugiero que el Gobierno motive a los empresarios
de ambos países para que hagan acuerdos sectoriales. Esta es una salida, pidió
Dickson Tangerino, el titular del Grupo Brasil, que agrupa a las compañías líderes
brasileñas radicadas en la Argentina. La ola de reclamos de los empresarios locales fue
creciendo desde que hace tres semanas Brasil se vio forzado a devaluar su moneda. En ese
sentido, ayer Carlos Corach envió una clara señal de la Casa Rosada con destino a
Brasilia. El Gobierno no puede hostigar a Brasil en medio de la crisis. Más
bien, debe demostrarle que es un aliado, señaló.
Las palabras del ministro intentan descomprimir la tensión que se generó entre ambos
gobiernos tras la devaluación del real, con vistas al encuentro que el próximo viernes
mantendrán Menem y Cardoso para analizar la crisis. Durante la cumbre, Menem le
propondrá a su colega la implementación de una moneda única convertible con
el dólar para toda la región.
EL REAL CERRO A 1,84. LA BOLSA PORTEÑA BAJO
0,6%
La bomba sigue activada
No
nos vamos a apresurar. Flotan muchas ideas. Una vez que tengamos una noción más firme y
tomemos nuestras decisiones, anunciaremos lo que vamos a hacer. De esta manera, el
ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malan, dibujó los puntos suspensivos que le
suceden al acuerdo que anteayer el gobierno de Brasil rubricó con el Fondo Monetario.
Bien al estilo que caracteriza a los brasileños, ir paso a paso sin mayores estridencias,
todavía es una incógnita la forma en que Fernando Henrique Cardoso encarará el fuerte
ajuste que le reclamó el FMI para superar la crisis.
Básicamente, la misión del Fondo que todavía permanece en Brasil a excepción de
Stanley Fischer le reclamó a Cardoso que encarara un fuerte recorte del gasto
público y profundizara el plan de privatizaciones. Pero, por el momento, no existen
detalles sobre el camino que emprenderá para lograr un superávit de las cuentas fiscales
para este año con un índice de inflación contenido. No vamos a reestructurar la
deuda interna, repitió ayer Malan y reiteró que el objetivo del gobierno es ganar
la confianza de los inversores internacionales necesaria para bajar las tasas de interés,
que en la actualidad rondan el 40 por ciento anual. Ayer, los mercados respondieron con
cautela a las metas que el jueves se trazaron el gobierno y el FMI. La Bolsa de San Pablo
cayó el 2,5 por ciento y el real terminó en 1,84 unidad por dólar, lo que implica una
nueva devaluación del 1,6 por ciento respecto del día anterior. En Buenos Aires, el
índice de acciones líderes MerVal cedió el 0,6 por ciento.
Un día después del acuerdo Cardoso-Fischer, el pacto Brasil-FMI levantó polvareda. Los
siete gobernadores opositores a Cardoso coincidieron en que sólo pagarán sus deudas con
el gobierno federal sólo si los plazos fijados comprometen montos inferiores al 5 por
ciento de sus fondos. Y eso es lo que le comunicarán la próxima semana al jefe de
Estado, cuando se encuentren para renegociar los pasivos. Por su parte, el presidente del
Partido de los Trabajadores (PT), José Dirceu, acusó a Cardoso de entregarse al
gobierno estadounidense. O el país se moviliza o Fernando Henrique Cardoso
llevará a Brasil hacia una crisis gravísima, alertó el dirigente.
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