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 Las aguas de
la costa bonaerense siguen turbias, a pesar de la ausencia de petróleo. La empresa Shell
aseguró ayer que desde el 1º de febrero no hay más crudo flotando en aguas del Río de
la Plata, producto del derrame ocurrido en enero por el choque de dos buques. Sostuvo,
además, que el medio ambiente no resultó dañado. Pero el tamaño que alcanzó la mancha
de petróleo varía según quién la mire. Mientras el presidente de la petrolera aseguró
que el hidrocarburo sólo afectó la costa de la localidad de Magdalena, fuentes del
Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense afirmaron a Página/12 que el petróleo llegó a
las costas de Berisso, límite norte de esa localidad, y también a la reserva ecológica
ubicada al sur de Magdalena. Y el intendente de Berisso, quien analiza la posibilidad de
demandar a Shell, señaló que “la mancha de petróleo se diluyó más por la acción
de la naturaleza que por la acción de la empresa que lo transportaba”.En una conferencia de prensa, Jorge Brea, presidente de Shell, explicó que “el hidrocarburo fue totalmente recolectado y ya entramos en la segunda fase del programa, que es la de recuperación del medio ambiente”. Enojado por la información publicada desde el inicio del derrame, aclaró que “el petróleo nunca llegó a la zona de la reserva ecológica (Parque Costero Sur) ni a Berisso, y menos al balneario La Balandra, del que tanto se habló en los medios”. Pero, consultado por este diario, Flavio Moschione, biólogo a cargo de Areas Protegidas del Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense, expresó que “están confundiendo las cosas”. “Hay dos sectores con fases pesadas de petróleo –precisó–, una entre Magdalena y Atalaya, y otra cerca de Punta Blanca (al límite con Berisso). Pero en las zonas intermedias hay fases livianas de crudo. En Berisso llega hasta el balneario municipal, pasando La Balandra, y en el Parque Costero Sur afectó cinco kilómetros de costa. Además, hay que aclarar que las fases livianas de hidrocarburo también contaminan y pueden provocar intoxicaciones importantes.” Desde hace días, autoridades de Berisso denuncian la presencia de hidrocarburo diluido en el balneario La Balandra. Y ayer, en otra conferencia de prensa, el intendente Néstor Juzwa anunció la creación de un foro en defensa de las costas, integrado por los municipios ribereños que pudieran verse afectados por este u otros casos similares. Para elaborar el plan de recuperación, Shell contó con el apoyo de dos expertos internacionales en derrames, Edwars Owens, de Estados Unidos, y Jon Moore, del Reino Unido, y tres especialistas de Universidad de Mar del Plata (UNMP). “La flora y la fauna de la región sufrieron un stress pero no se produjeron daños permanentes e irreversibles”, aseguró Víctor Moreno, de la UNMP, quien explicó que el 95 por ciento de las especies afectadas se recuperarán en pocos meses, aunque el 5 por ciento restante tardará “un par de años”. “La recuperación total seguramente demorará más de cinco años pero no es significativa para el ecosistema porque los vegetales y los microorganismos podrán seguir creciendo”, agregó. Sobre el plan de trabajo, Owens explicó que “haciendo un balance entre los beneficios que trae la acción del hombre y el daño que su presencia provoca en la zona afectada, lo mejor es no hacer nada y dejar que la naturaleza actúe, degradando el petróleo que pueda quedar, y seguir monitoreando la zona”. Moschione coincidió en este punto, pero agregó que lo que sí se puede hacer es trabajar en la costa de Berisso, donde aún flota “aceite” en el agua. “Ese hidrocarburo liviano, diluido, se puede contener colocando barreras y telas absorbentes en los arroyos”, opinó. El accidente que provocó el derrame de crudo se produjo el 15 de enero en el kilómetro 93 del Río de la Plata, donde, según Brea, el buque “Estrella Pampeana”, de la empresa Shell, fue embestido por el “Sea Paraná”. Por lo cual, aclaró, “será el propietario del `Sea Paraná’ quien deberá indemnizar a quien demande a la empresa por los daños ocasionados”.
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