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“No habrá explosión de las exportaciones”

José Guillerme Reis, coordinador de política económica de la Confederación Nacional de Industrias de Brasil, dijo, además, a Página/12 que hacia fin de año “la economía brasileña resucitará”.

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Por Cledis Candelaresi

t.gif (862 bytes) José Guillerme Reis es el coordinador de política económica de la Confederación Nacional de Industrias de Brasil, comandada por el empresario y senador Fernando Bezerra. En diálogo con Página/12, el economista suscribe el pronóstico que esa entidad plasmó en su último informe de coyuntura: la depreciación del real frenará las importaciones, pero no provocará una explosión de las temidas exportaciones brasileñas hacia Argentina. A su juicio, la inflación provocada por la crisis no superará el 10 por ciento y, hacia fin de año, la octava economía del mundo resucitará.
–¿Cómo ven los industriales la situación de Brasil?
–La modificación del tipo de cambio no fue una opción de política económica sino una imposición del mercado. Y eso se dio porque los problemas fiscales, que son decisivos, no permitían sostener la relación dólar-real previa a la devaluación. Pero no creo que haya una vuelta al pasado, ni que se desate una hiperinflación. No, en la medida en que el gobierno controle las cuentas públicas.
–¿Prevén una explosión de las exportaciones?
–No. En el primer año no hay que esperar un crecimiento muy grande de las exportaciones, ni al resto del mundo ni a la Argentina. La mejora en la balanza comercial de Brasil se dará, básicamente, por la disminución de las importaciones.
–¿Qué puede pasar en el intercambio con los socios del Mercosur?
–Eso depende mucho de las medidas complementarias que tome cada uno de los gobiernos. Todavía no puede saberse. Pero el criterio es preservar el Mercosur, que requiere una atención especial de parte de Brasil.
–¿Por qué a las empresas de Brasil les interesa preservar el Mercosur?
–Porque el Mercosur estimuló el comercio en varias áreas. Y eso ayudó a que crezcan las economías de todos los socios, incluido Brasil.
–¿Argentina es un mercado relevante para la industria brasileña?
–Sí. Y muchas decisiones estratégicas deben ser tomadas considerando esa importancia. No me refiero sólo a decisiones comerciales sino también de inversión.
–¿Cuáles son los sectores de la industria brasileña que estarán más afectados por la crisis cambiaria?
–Uno es el automotor, que redujo drásticamente su producción, aumentando su capacidad ociosa. Las automotrices están obligadas a ajustarse, soportando la presión del sindicalismo, que es muy fuerte. Otro sector perjudicado es el de bienes de capital, ya que con la crisis muchas inversiones empezaron a postergarse. Además, las empresas que recurrieron al financiamiento externo quedaron en una situación muy delicada.
–¿Qué empresas, por ejemplo?
–Las siderúrgicas y las eléctricas. Las privatizadas estuvieron muy estimuladas por el Ministerio de Hacienda para tomar créditos en dólares. Ahora, el gobierno va a tener que tomar alguna medida compensatoria como, por lo menos, permitirles que difieran en sus balances el impacto cambiario. De lo contrario, podrían estar técnicamente en quiebra.
–¿Qué otro reclamo plantean las empresas al gobierno?
–Las automotrices están negociando una reducción de impuestos, por ejemplo.
–¿Qué impacto puede tener la crisis en los precios?
–Es difícil preverlo. La mentalidad inflacionaria en Brasil es realmente fuerte. Pero yo confío en que, en promedio, la inflación provocada por la devaluación no supere el 10 por ciento.
–¿Y qué va a pasar en el corto plazo con el empleo?
–Creo que el nivel de ocupación puede mejorar hacia el final de año. Confío en que toda la economía tenga un repunte importante desde fin de año. La economía brasileña con tasas de interés bajas crece mucho.
–Pero ahora son muy altas. ¿Pueden bajar?
–Creo que sí. Pero siempre y cuando la situación fiscal y externa del país mejore. En realidad, si se recupera la confianza, las tasas bajan.
–¿Y cree que la situación fiscal puede mejorar?
–Brasil tiene grandes condiciones para eso. Además, el Congreso empezó a demostrar una mejor predisposición para avalar el ajuste que es necesario hacer. En los últimos días comenzó a aprobar medidas que hacía tiempo el gobierno pretendía que aprobara. Esto es una buena señal.
–¿Hay empresarios que estén desistiendo de invertir o cancelando importaciones a raíz de la crisis del real?
–Sí. El empresariado está muy cauteloso. Más que desistir de hacer inversiones, muchos las postergan. En lo que hay mucha marcha atrás es en las importaciones: cada vez hay más devoluciones, especialmente de autos y productos alimenticios.
–¿Cree que esto se puede revertir pronto?
–Yo soy optimista. La CNI confía en que, a mediano plazo, la economía comenzará a recuperarse. Pero, por ahora, todas las decisiones están muy influenciadas por los movimientos del dólar.
–Usted dijo que la situación del empleo podría mejorar hacia fin de año. ¿Pero qué puede pasar con los salarios en el medio de la crisis?
–Es difícil imaginar una mejoría en el corto plazo. Especialmente porque dependen de la negociación libre entre los sindicatos y las empresas. Esto hace que no haya ningún ajuste garantizado.

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