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![]() "La vereda se va a levantar 40 centímetros del nivel actual". El arquitecto Luis Cossalter, coordinador del programa Buenos Aires y el Río, estira su mano y señala una vereda que corre imaginariamente desde la entrada de la Reserva Ecológica hasta la avenida Belgrano, al pie de las antiguas escalinatas que bajaban al río cuando todavía era un balneario, "el balneario de los pobres", como lo llamaban en 1918 cuando fue inaugurado. Los técnicos y los que tienen memoria llaman a esa vereda la Rambla Baja, corría unos seis metros por debajo de la Costanera, y era una especie de descanso antes de bajar otra escalinata que llevaba propiamente al río. Vereda imaginaria porque está sumergida bajo unos centímetros de agua. "En cuatro meses, los trabajos van a estar terminados", asegura Cossalter. A sus espaldas, sin intención de esperar hasta el verano próximo, tres mujeres, sobrando las diminutas mallas que las cubren, retozan en una Pelopincho junto a un barcito armado a la ligera en las arcadas, bajo la entrada de la Reserva. "No pagan nada, cuando se concesione el lugar se van a tener que ir", dice Cossalter. Obviamente se refiere a los dueños del barcito. El solarium o nueva Rambla Baja tendrá 8 metros de ancho y 650 de extensión, estará recubierta por baldosas de colores; la iluminación provendrá de focos que se ubicarán contra el muro cada 15 metros y se completarán los miradores y las cadenas que hoy se encuentran al nivel del agua, colocadas a la manera de baranda. "Para que el lugar sea cómodo y la gente tenga ganas de quedarse --agrega Cossalter--, vamos a colocar duchadores, baños plásticos, va a haber kioscos, teléfonos públicos y lugares para comer". Arriba, sobre el boulevard, hay cuatro antiguos edificios que hace más de 30 años eran ocupados por restaurantes. En uno de ellos, donde estaba la cervecería Munich, funciona actualmente el Museo de los Telefónicos. Los otros tres serán reciclados para ser concesionados al gremio gastronómico. "Cuando terminemos la obra, la gente va a poder tomar sol, gozar de la vista y darse un baño --sostiene Nicolás Gallo, secretario de Producción y Servicios del Gobierno porteño--. La Laguna de los Coipos tiene hasta un metro y medio de profundidad, y el agua no está estancada y está más limpia que la del río porque se va renovando con un sistema de bombeo que saca agua de napas profundas. La limpieza y recuperación de la laguna fue realizada por Aguas Argentinas, que permanentemente le quita las malezas y la mantiene en buen estado." La Rambla Baja, la vereda que corre al nivel de la Costanera, será renovada: se colocarán baldosas nuevas en todo el tramo que va desde la entrada de la Reserva Ecológica, a la altura de la calle Estados Unidos, hasta Viamonte. Esos trabajos llevarán unos 8 meses, y los fondos surgirán de un convenio entre el Gobierno y la Corporación Puerto Madero, que aún no fue firmado. La Rambla Baja, en cambio, tendrá un costo de entre 200 mil y 250 mil pesos, y será pagada por la Comuna. "Todo esto forma parte de los proyectos de recuperación de espacios que los porteños fueron perdiendo, como su río", afirma Gallo. "La Costanera va a dejar de ser tierra de nadie".
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