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Por Horacio Cecchi Después de 16 días, el 60 por ciento de los argentinos desistió de anteponer el 4 antes de sus llamadas telefónicas. Pero basta mencionar la cifra y entre los funcionarios de las compañías brillan ojos de euforia. Sostienen que los usuarios se acomodaron al nuevo sistema de un modo vertiginoso y que no es necesario que se mantenga el concubinato entre el viejo sistema con el pomposo Nuevo Plan Fundamental de Numeración Nacional. La convivencia tiene fecha de ruptura: el 1º de marzo se operará una separación de hecho cuando, al marcar sin anteponer el 4, una grabación recordará que se ha discado incorrectamente, aunque la comunicación igual se realizará. Durante 15 a 20 días se chequeará el cambio. Después, llegará el divorcio: sólo se podrá usar la nueva numeración. Entretanto, los celulares del interior siguen incomunicados. Hay que asumirlo como un número nuevo, porque no siguen ninguna lógica. Depende de dónde fue activado el aparato, dijo un vocero de una de las empresas. Aunque un vaso tenga agua hasta la mitad, no es lo mismo decir que está medio lleno o medio vacío. Las empresas telefónicas ven el andar del cambio de numeración como un vaso medio lleno, aunque el agua no llegue a la mitad: sólo el 40 por ciento de los usuarios se adaptó con muchas dificultades al nuevo sistema. Comparan las cifras con procesos semejantes vividos en otros países, y la conclusión es una sola: Parece un milagro, si se sigue con este ritmo no va a ser necesario postergar la convivencia entre los dos sistemas, dijo el ingeniero Luis Perazo, director de Comunicaciones de Telecom. El 42 o 43 por ciento del mercado respondió positivamente en dos semanas. En otros países demoraron años. Andrés Alcaraz, gerente de Comunicaciones Corporativas de Telefónica, con lógica pragmática, asegura que mientras exista la posibilidad, el 60 por ciento de los clientes va a seguir usando el sistema viejo. Ambas empresas ratifican su versión del vaso apoyados en otros datos: el 25 de enero, al día siguiente del cambio de numeración, el número 120 habilitado para consultas recibió alrededor de medio millón de llamados; diez días después, la cifra bordeaba los 150 mil. La Secretaría de Comunicaciones no impuso una fecha tope para desactivar la numeración antigua, pero las telefónicas apuntalaron su optimismo y pusieron fechas: desde el 1º de marzo, quienes marquen sin anteponer el 4 escucharán una grabación recordando que utilizaron el sistema anterior, y luego automáticamente se conectará con el teléfono deseado. Durante 15 a 20 días, las empresas recogerán datos, verificarán si los usuarios se adecuan y si el vaso está más medio lleno que más medio vacío. Todavía es prematuro poner una fecha concreta sostuvo Perazo, depende de cómo responda el mercado. Entonces se anulará el sistema viejo. Quien de todos modos insista, escuchará la voz docente de una señorita informando que lo de la numeración anterior pasó a ser recuerdo. Luego, el tono. Y en un año se eliminará la grabación. Uno de los problemas a los que se enfrentan los del vaso medio vacío es el de los celulares. El el que llama paga instalado por las empresas de celulares para beneficio de su clientela, también conocido como CPP (Calling Party Pay), pasó a ser una especie de Calling Pandora Phone después del cambio de numeración, especialmente entre los celulares del interior (ver aparte). Hola..., ¿con el 4-472-94..? No..., con el 447-294.. También, para muchos de entre el 60 por ciento de los argentinos, el Nuevo Plan de Numeración tiene complicaciones inentendibles e insolubles. Pueden pasar esas cosas admitió una fuente de una de las empresas telefónicas. Chequeamos durante mucho tiempo el sistema, todo estaba perfecto, pero cuando lo pusimos en práctica aparecieron estos problemitas. Nuestra central espera unos segundos en el octavo número. Sien ese tiempo el cliente no marca nada asume como que usó el sistema viejo y automáticamente lo comunica. Por eso los números equivocados. El problema no había surgido durante las pruebas previas. Los técnicos descubrieron que se repetía frecuentemente en algunas centralitas de empresas en las que el mecanismo tiene pausas entre número y número, aunque ya les habíamos avisado a nuestros clientes que controlaran el funcionamiento. El caso testigo, el primero que descubrieron los técnicos, fue en una centralita, nada menos que de la Comisión Nacional de Comunicaciones.
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