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El huracán Chávez tiene planes, si le dan las cifras de la economía

Después de un fin de semana reunido con su gabinete económico, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunciará su plan.

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El País 
de Madrid

Por J. J. Aznarez
Desde Caracas


t.gif (862 bytes) En el año 2004 terminará el primer gobierno del venezolano Hugo Chávez. Para llegar a entonces, esta semana anunciará las medidas que aplicará en el primer año. ¿Podrá Chávez cumplir con sus radicales promesas de cambio? Parece casi imposible en las actuales circunstancias. “A corto plazo habrá que endeudar más a la República o devaluar la moneda”, sostiene Omar Enrique García-Bolívar, profesor universitario. La deuda exterior del Estado se aproxima a los 30.000 millones de dólares, monto al que debe agregarse la llamada “deuda pública social”, otros 16.000 millones. Cargas que obligan a pagos puntuales de casi 9000 millones de dólares al año. Y para colmo de males, la acelerada caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales resta al presupuesto 3500 millones de dólares, y una cantidad similar, a otros sectores, y el crédito en los bancos multilaterales cotiza alto y es escaso.
“Pero como deberá actuar para que la gente vea que hace algo, alguien será arrojado a los leones. Y lo más barato es meter en la cárcel a algún político o funcionario corrupto y televisar su entrada en el furgón policial”, predice un observador. “A los empresarios no se les va a tocar ni con el pétalo de una rosa. No está la cosa como para asustar a los inversores.” Están por ver cuáles serán las medidas económicas de los nuevos administradores, aunque algunos inversionistas, entre ellos los bancos españoles Santander y BBV, apostaron años atrás por este país. Lo hicieron a sabiendas de que, a mayor riesgo, más barata es la instalación y mayor el margen de beneficios. Pero algunas privatizaciones se las traen. Licitadores interesados en una empresa metalúrgica descubrieron espantados que el 60 por ciento de los 5000 empleados en planta figuraba en el organigrama como cuadro directivo.
Concluidos los discursos patrióticos de la investidura y las románticas arengas bolivarianas, el presidente Chávez analiza una decisión que puede enemistarle con los suyos. Este año se vencen los convenios colectivos de trabajo, y el incremento prometido en campaña fue alto. Si aprueba una subida del salario mínimo (174 dólares) por encima de la inflación calculada para 1999, un 25 por ciento, cerrará entre el 75 y el 80 por ciento de las empresas, advierte Vicente Brito, vicepresidente de la patronal Fedecámaras. La mayoritaria Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) exige un salario mínimo de 425 dólares, y la propuesta es secundada por varios dirigentes del Polo Patriótico, la coalición encabezada por Chávez que fue la ganadora en las presidenciales de diciembre. “Y lo peor de todo es que la mayoría cree que Chávez cura la gripe”, dice la prensa. Fue por eso que el 6 de diciembre los venezolanos entronizaron un mesianismo percibido en un redentor personalizado: un comandante de paracaidistas que el 4 de febrero de 1992 irrumpió a tiros en las calles de Caracas tratando de derrocar y detener al socialdemócrata Carlos Andrés Pérez.

 

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