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RAPIDA RESOLUCION DE AGREMIADOS EN ASAMBLEA CON GRANDES Y CHICOS
Hay paro y no comenzará el Clausura

La llamaron "medida de protesta". No habrá fútbol en ninguna divisional hasta que no vuelva el Ascenso. No juegan River-Boca pero sí la Selección contra México.

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Por Gustavo Veiga

t.gif (862 bytes)  Nunca un paro de futbolistas resultó tan anunciado como el que, bajo el eufemismo de "medida de protesta", declararon ayer los futbolistas profesionales reunidos en la sede de su sindicato. La determinación votada por unanimidad consiste de hecho en una huelga que equivale a un acto solidario con los planteles del Ascenso que no pueden jugar los partidos correspondientes a sus respectivas categorías --Primera B Nacional y B Metropolitana-- por una decisión judicial. Por lo tanto, el torneo Clausura de Primera División no comenzará el viernes como estaba programado, ni tampoco se disputará el último partido amistoso del verano entre River y Boca que iba a desarrollarse mañana en Mendoza. Todos los asistentes a la reunión no levantarán la medida hasta que la Justicia modifique las condiciones que impiden el normal desarrollo de los certámenes de Ascenso.

La huelga, tan previsible como aceptada en el mundo del fútbol que hasta Julio Grondona la respaldó, empezó a gestarse ayer por la tarde en el moderno edificio de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA). Hacia allí convergieron decenas de jugadores de todas las categorías con un claro propósito: expresar su repudio a una determinación judicial que impide la disputa de los campeonatos del Ascenso. La presencia de quienes se esperaba un gesto solidario --los futbolistas de Primera División-- fue tan masiva que provocó aglomeraciones en la entrada del sindicato, donde había tantos periodistas como curiosos y vecinos del barrio de Constitución.

José Basualdo (Boca), Hernán Díaz (River), Daniel Garnero, Alfredo Cascini y Pablo Rotchen (Independiente), Fernando Quiroz (Racing), Fernando Pandolfi (Vélez), Leonardo Mas y Carlos Bossio (Estudiantes), Carlos Mac Allister (Ferro), Claudio Spontón (Platense), Gonzalo Belloso, Daniel Cravero y Martín Vilallonga (Lanús), Luis Fabián Artime (Belgrano) y Mario Lobo (Gimnasia y Esgrima Jujuy) fueron algunos de los jugadores que asistieron a la masiva reunión en el gremio. El encuentro fue tan breve porque no hizo falta discutir la cuestión de fondo. Todos estuvieron de acuerdo en respaldar a los profesionales de las categorías de Ascenso, quienes ante otros conflictos en la historia de Agremiados siempre fueron solidarios con sus pares en problemas. Cabe recordar el último paro por los futbolistas de Deportivo Español, decretado en mayo de 1998.

La calle Salta entre San Juan y Humberto 1º se convirtió desde el atardecer en un pandemónium. Fue invadida por móviles de televisión, chicos que querían arrebatarles autógrafos a sus ídolos, cronistas, algún barrabrava curioso y hasta un travesti que no pasó inadvertido. Allí, ante la aparición de cada jugador, las cámaras y los micrófonos se alzaban para conseguir el testimonio "salvador". Algunos, como el grandote Bossio de Estudiantes o el siempre dispuesto Basualdo, demoraron varios minutos en ingresar a la sede gremial.

Cuando los cálculos más optimistas presagiaban una reunión de tres horas, apenas pasadas las 20, los primeros jugadores empezaron a salir del sindicato. Rotchen, Garnero --se quejó al pasar del sofocante calor que hacia en el garaje del edificio donde se realizó la asamblea--, Vattimos y varios futbolistas de Primera B hicieron punta al retirarse. Algunos dialogaron con los periodistas y muchos otros delegaron en la conducción de FAA la difusión de las medidas adoptadas. Unos minutos más tarde, cuando se habilitó el acceso de la prensa a la sede, junto a un escritorio aguardaban Sergio Marchi y Jorge Domínguez --dirigentes de Agremiados-- y los asesores letrados del sindicato, Juan Carlos Suñé y Juan Angel Confalonieri.

El primero de los abogados leyó el comunicado tras un breve desorden y cerró su intervención mencionando la convocatoria a una nueva reunión a celebrarse el próximo lunes en el mismo lugar. Afuera, aún quedaban decenas de curiosos a la pesca de una firma o de una palmada de afecto. Desde el interior del edificio, un vaho sofocante salía hacia la calle por donde se habían perdido los futbolistas más rezagados. En ese preciso instante, apareció el jujeño Mario Lobo, quien por una demora en el vuelo desde su provincia y un atascamiento en el tránsito no pudo llegar a horario. Su presencia --de un fuerte valor simbólico-- marcó el extenso respaldo a un paro que, como pocos en los 55 años de historia de Agremiados, tiene el peso de la lucha por una causa justa, que a su vez es demasiado compleja en el plano jurídico.


Una historia de intereses comunes y contrapuestos

 

Por Carlos Stroker

t.gif (862 bytes) Esta historia que desembocó en una medida de fuerza por parte de Futbolistasna20fo04.jpg (10651 bytes) Argentinos Agremiados y que sorpresivamente tuvo el apoyo de los árbitros y de la Asociación del Fútbol Argentino comenzó el 9 de diciembre pasado, cuando la Fundación Fair Play presentó un recurso de amparo debido a que en el Ascenso no se cumplían las medidas dictadas por la Justicia para evitar la violencia. Mientras tanto --y tal como anticipó ayer Líbero-- los dirigentes comenzaron a reprogramar el torneo Clausura que tenía previsto iniciarse el viernes.

Aún hoy se recuerdan las imágenes del partido entre Chacarita y All Boys donde los barrabravas de los dos clubes se pelearon en casi todo el estadio. A raíz de esos actos violentos se presentó el recurso y con el recurso llegó la suspensión. Veinte días más tarde, el 29, el juez optó por levantar la medida, aunque lo hizo con la condición de que la AFA cumpliera una serie de requisitos. Otra vez aparecieron los recursos de Fair Play y de la AFA. Eso sí, por motivos diferentes. Fair Play, porque creyó que eran insuficientes los pedidos para evitar la violencia, y la AFA, porque estimó que no debía cumplir con los reclamos solicitados por el juez Víctor Perrotta. Otra vez el fútbol de Ascenso volvió a suspenderse. Aunque el 28 de enero apareció en escena un juez de feria, que no coincidió con Perrotta y levantó la suspensión. Se jugó un partido --Instituto de Córdoba y Juventud Antoniana-- y Perrotta regresó a su despacho y tomó la causa: primero suspendió el fútbol y después, ante el nuevo pedido de amparo, pasó la causa a la Cámara de Apelaciones. La Cámara, si se cumplen los plazos judiciales, debe expedirse a fin de mes. Eso llevaba a que no hubiera fútbol de Ascenso hasta marzo.

Futbolistas Argentinos Agremiados tomó la iniciativa y ayer los jugadores de Primera decidieron solidarizarse con sus pares del Nacional B y Primera B y no jugar hasta nuevo aviso. Mientras los futbolistas llegaban a la sede de FAA, apareció un fiscal en la cancha. El fiscal Daniel Constante Moneda le pidió a la Cámara Civil que rechazara la acción de amparo promovida contra la AFA, ya que entiende, como la propia entidad, que AFA es ajena a la seguridad de los espectáculos de fútbol y no tiene responsabilidad en la implementación en el denominado "derecho de admisión". Ese es el punto en cuestión. "Si los dirigentes cumplen con el derecho de admisión, gran parte de la violencia se erradica en las canchas, pero hay algunos dirigentes que no se quieren comprometer a cumplir con el derecho de admisión, porque eso los perjudica, porque hay barrabravas que son amigos de los dirigentes", se escuchó decir hace algunos días cerca del despacho de Perrotta.

Por su parte, los dirigentes no quieren implementar el derecho de admisión y respaldaron la medida de los jugadores debido a que entienden que es una manera de presionar a la Justicia para que no suspenda el fútbol. En realidad, FAA desea que el tema de la violencia y la seguridad la apliquen la Policía y la propia AFA y que ellos no se vean involucrados en este tema. "Nosotros somos los que damos el espectáculo y los dirigentes se lavan las manos. No sólo eso, la suspensión nos afecta porque no cobramos y los dirigentes después no te pagan. En el Ascenso hace varios meses que los chicos no cobran un peso", resaltó a Página/12 un jugador de un equipo grande. No sólo eso, el futbolista agregó que "es hora de que nos plantemos antes los dirigentes también".

La palabra, o mejor dicho la resolución, está en manos de la Cámara de Apelaciones y debe resolver sobre si acepta la solicitud de Perrotta, de que se implemente el derecho de admisión o si revoca esa medida y acepta el pedido del fiscal Constante Moneda y el fútbol vuelve a jugarse. Anoche ya empezaron las negociaciones entre todos los sectores y hoy la AFA es factible que pida una audiencia ante la Cámara para explicar el motivo por el cual cree que no tiene nada que ver con los reclamos de Perrotta. En tanto, los barrabravas y la violencia gozan de buena salud.

 

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