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BERNAR VENET, ARTISTA FRANCES
Una exposición accidentada

Un escultor de trayectoria, con obra pública esparcida por  el mundo, presenta en Buenos Aires una muestra decepcionante.

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Por Fabián Lebenglik

t.gif (862 bytes) En la filosofía griega el accidente es aquello que puede aparecer o desaparecer sin modificar la esencia de un objeto o de un sujeto. En este sentido, el accidente es una cualidad variable y no esencial. Pero en la producción de Bernar Venet el accidente es constitutivo de la obra. Precisamente, lo esencial de su trabajo es de naturaleza accidental.
Venet –artista conceptual, pintor, escultor, fotógrafo, músico– nació en los Alpes franceses enna25fo02.jpg (8562 bytes) 1941, se formó en las artes plásticas de manera asistemática y a los 25 años se instaló en Nueva York. Desde entonces y hasta la actualidad vive y trabaja alternativamente entre EE.UU. y Francia. Tiene en su haber más de un centenar de exposiciones individuales –en Europa, América y Asia– y participó en las bienales de Venecia y San Pablo, así como en la Documenta de Kassel de 1977. Además compuso y grabó música contemporánea.
Entre 1969 y 1976 abandonó la práctica artística para dedicarse a la teoría y el ensayo sobre arte y a mediados de la década del ochenta agregó a sus múltiples actividades la del arte público, con esculturas monumentales, que fue emplazando en ciudades de Francia, Japón y EE.UU.
En 1988 creó para la Opera de París el ballet Graduaciones –concebido en 1966– en el que cuatro bailarines se desplazan sobre una construcción tubular vertical, una especie de enrejado metálico que ocupa toda la altura y todo el ancho del escenario. Al moverse dentro de la estructura, los bailarines dibujan figuras geométricas que se materializan y permanecen visibles gracias a una cuerda atada a cada uno. Venet no sólo realizó el escenario, los decorados y la coreografía sino que también ideó la música del ballet, que era una consecuencia directa del movimiento de los bailarines. A cada uno le correspondía una familia de instrumentos y las variaciones cromática y de escala dependían de la altura de los desplazamientos horizontales y verticales por la estructura metálica.
na25fo03.jpg (4246 bytes)La muestra que Venet vino a presentar al Centro Recoleta, organizada por la embajada de Francia, tiene dos partes, de muy diferente resultado.
Para su instalación/performance, el artista colocó un conjunto de enormes y pesadas barras de acero contra la pared y luego las empujó para que cayeran, como palitos chinos magnificados, que formaran una estructura aleatoria sobre el piso. La lenta caída de las barras componía, a su vez, un estruendo de sonidos, como un campanario enloquecido, poblado de ecos y golpes resonantes y musicales. También la caída produjo trazos visibles y rayaduras rítmicas en la pared, de modo que hay allí distintos elementos de composición y análisis, producidos por “accidente”. Esa suerte de objetivación del accidente, también es, como un gigantesco juego de mesa, la objetivación y materialización programada del azar. “Ya no controlo -dice Venet– las reglas físicas que constituyen la obra; son las reacciones imprevistas de las barras las que determinan el resultado final”. En esta misma dirección apunta el texto ploteado sobre la pared de la instalación: “El accidente: la incertidumbre como hipótesis de trabajo” y luego, en otra pared, una lista de palabras orientativas, como si fuera un largo poema: “Desorden, inestabilidad, ruptura, dispersión, desequilibrio, antagonismo, entropía, perturbación, imprevisibilidad...”, etc.
Pero por otra parte, el mayor despliegue de espacio en la sala Cronopios está dedicado a lo más decepcionante de la exposición: una serie de grandes telas gestuales, de formas irregulares, monocromas, pintadas a brochazos, que resultan de un interés mínimo. No hubiera sucedido lo mismo si estas “superficies indetermindas” tuvieran la contundencia de las piezas en acero cortado a soplete, apoyadas contra la pared, tal como el propio Venet las presenta en Francia. La versión light, sobre tela, de las “superficies indeterminadas” exhibidas en Buenos Aires, no sólo atenta contra la contundencia y la carga de la escultura del artista, debilitándola, sino que parece, más bien, una adecuación de bajopresupuesto. (En la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, hasta fin de mes)

LA MUESTRA “PARALELOS/PARALELAS”
El Fondo, también en ARCO


t.gif (862 bytes) El Fondo Nacional de las Artes de la Argentina tendrá una fuerte presencia en el marco internacional de la Feria ARCO que se inaugura mañana en Madrid. El Fondo hace una fuerte apuesta estética, con el nombre “Paralelos/paralelas”, dividida en dos secciones. Por una parte una amplia exposición de Raúl Lozza –no sólo uno de los grandes artistas del arte argentino moderno sino uno de los que más influyó sobre los artistas de la década del noventa–, curada por Fermín Fevre –director del Fondo– y Guillermo Whitelow y por la otra cuatro muestras de artistas de las nuevas generaciones: Elba Bairon, Martín Di Girolamo, Karina El Azem y Leandro Erlich, curadas por Luis Benedit, otro de los directores del Fondo, con producción de Patricia Rizzo. “Podemos encontrar en estos cuatro artistas –escribe Benedit– técnicas y tácticas similares, como el moldeo y producción de obras seriadas, las acumulaciones, el uso de partes o piezas madres sin significado individual, el uso de imágenes ajenas, una manualidad importante, el uso o la conciencia de trabajar con y en escalas, mecanismos de percepción real/irreal, falso/verdadero, presencia/ausencia, etc., el uso del muro formando parte indisoluble de las obras, que transforma el plano vertical en una entidad diferente, que ya no se percibe como pared/soporte.” La muestra se completa con un buen catálogo, que lleva textos críticos de los mencionados más arriba.

 

Bienal de Bahía Blanca
La Bienal Nacional de Arte de Bahía Blanca, organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de esa ciudad, convoca a los artistas de todas las disciplinas (excepto arte electrónico y video) a participar de la misma. Los cuatro premios adquisición establecidos son, uno de $ 5.000, dos de $ 3.000 y un premio para artista bahiense que consiste en un pasaje a Nueva York. El jurado de selección y premios estará integrado por los artistas Luis Benedit y Jorge Gumier Maier y el crítico y curador Marcelo Pacheco. Los interesados deben enviar al M.A.C. (Sarmiento 450, 8000 Bahía Blanca) un sobre identificado, conteniendo fotografías de 15 x 21 cm de hasta dos obras por artista, con referencia de dimensiones, técnica, título y año de realización y datos curriculares, que llegue a destino antes del 10 de marzo de 1999. Los artistas seleccionados serán llamados entre el 15 y e 17 de marzo para enviar las obras antes del 25 del mismo mes. Los premios serán discernidos por el jurado, que también otorgará menciones de honor. El Salón será inaugurado el 11 de abril. Para más información, dirigirse al teléfono (0291) 459 4006 o al fax (0291) 455 8803.
Un millón por Dalí
La Fundación Gala-Salvador Dalí, de Figueras, España, que está a cargo de la obra del artista español, presentó ayer el lienzo “Paisaje pagano mediano” de Dalí, adquirido a un coleccionista suizo por más de un millón de dólares. El cuadro fue pintado durante la estancia del artista en las cercanías de Florencia, en 1937.
Argentinos a La Habana
Durante el mes de febrero se presenta en el Parque histórico Morro Cabaña de La Habana la muestra “Arte contemporáneo argentino en Cuba”, organizada por El palacio de las artes de Belgrano R”, con el apoyo de la Fundación Mecenas. La muestra incluye trabajos de más de treinta artistas argentinos (Beatriz Rodríguez Gauna, Marta Trosolino, Marina del Carmen Valle y Paulina Webb y Claudio Goldini, entre otros).

 

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