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Cuánto y cuándo. Esos son los interrogantes que más preocupan a Marta Maffei a la hora de hablar de la recaudación del flamante impuesto automotor destinado a incrementar el salario docente. Sobre esos puntos, la titular de CTERA polemizó ayer con la ministra de Educación, Susana Decibe, quien admitió que recién en junio va a saberse a ciencia cierta "cuánto dinero llegó a juntarse" a través del aporte de los contribuyentes y sugirió que "no deberíamos alterarnos si en el primer año estamos en una situación de pocas certidumbres respecto de la recaudación, porque éste es un programa de reforma que dura cinco años". Maffei, por su parte, sostuvo que "es probable que hasta agosto no junte el grueso del dinero y, como la cifra es aleatoria, creemos que tiene que haber una decisión política de parte del Estado que permita asegurar un piso". El lunes comenzó a regir el impuesto a autos, motos, aeronaves y embarcaciones, creado para generar recursos con que aumentar el salario de los docentes. El titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Carlos Silvani, con quien Decibe dijo haber "saldado" sus diferencias, afirmó ayer que "aunque vamos a hacer todo el esfuerzo posible para llegar a recaudar el máximo, la crisis de Brasil impactará en forma negativa si, como ocurrió en enero, baja la producción y la venta de autos nuevos". La ministra volvió a insistir ayer con "mantener la referencia de una recaudación de 700 millones de pesos", que permitiría comenzar a pagar los aumentos a los docentes en junio, pero no pasó por alto que ésa es la mejor de las hipótesis, ya que sólo se concretaría si todos los contribuyentes cumplieran con su obligación y lo hicieran a tiempo. Luego explicó que, si no se llega a alcanzar la cifra, "no deberíamos alterarnos, ya que éste es un programa de reforma que dura cinco años". La titular de Ctera no comparte la paciencia de Decibe. "Lo que la ministra está planteando es una dificultad seria para el cobro del impuesto y una inseguridad muy grande respecto de la cifra que se va a poder recaudar. Habla de la falta de garantía del fondo y de la imposibilidad de conocer la cifra anticipadamente", disparó. Agregó que "seguramente hasta agosto no va a estar el grueso del cobro, y recién en esa fecha se va a saber aproximadamente cuánto va a haber y cuánto se va a poder repartir". Luego, Maffei, en sintonía con Silvani, siguió explicando por qué no es optimista con este impuesto. "La recaudación ha caído durante estos primeros meses y hay un cálculo estimativo de que seguirá cayendo, así que no hay muchas perspectivas de que mejore. Pensar en 700 millones es una expresión de buena voluntad, pero no hay forma de asegurarla", dijo. "Esa es la visión de Marta sobre ese tema. Yo creo que estaremos manejando una cifra importante de recaudación", retrucó Decibe. La titular del gremio docente propuso una medida que, sin eliminar el impuesto, permitiría saber el monto del aumento con anticipación. "Lo que necesitamos, además de una cultura para el pago de tributos, es tener algún tipo de aval, y yo creo que en materia educativa, más allá de este impuesto que paga la gente, tiene que haber de parte de los Estados una decisión política que permita asegurar un piso", dijo. "Habría que pensar si no es posible establecer un monto mínimo de aumento y empezar con las provincias. Sería bueno conversarlo en el Consejo Federal, para anticipar alguna forma de distribución que fuera una garantía para los maestros", siguió. Luego, la dirigente hizo referencia a los problemas que el impuesto no podrá solucionar. Explicó que "muchas provincias terminaron el año sin pagar. Hemos perdido 120 días de clase en la provincia de Jujuy, 40 días de clase en Tucumán, ha ocurrido algo similar en Catamarca y Río Negro, y Chubut cerró el ciclo lectivo unilateralmente porque no podía pagar los salarios. Es decir, estamos con dificultades económicas en todo el país". Decibe le respondió que "hay que diferenciar", ya que "este fondo no puede resolver otro tipo de problemas que son estructurales".
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