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Una de cal y otra de arena en el diálogo con la guerrilla colombiana

El gobierno de Andrés Pastrana reinició en Caracas el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional, la segunda fuerza guerrillera colombiana.

Guerrilleros de las FARC cerca de San Vicente de Caguán.
Denunciaron sobrevuelos del ejército en la zona desmilitarizada.

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t.gif (862 bytes)  Después de la fracasada ronda de negociaciones con las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ahora al gobierno colombiano le toca el segundo round en la pacificación con la segunda fuerza guerrillera de su país, el guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN), con la que mantuvo conversaciones en Maguncia, Alemania, el año pasado. Esta vez, las negociaciones son en Caracas, y las rondas previas empezaron ayer. Como fondo poco auspicioso para la reapertura del diálogo, el Ministerio de Defensa de Colombia admitió ayer que las denuncias de las FARC son ciertas, y que se violó el acuerdo con ellas por obra de los sobrevuelos en la zona de distensión, un territorio del tamaño de Suiza que el gobierno entregó provisoriamente a la guerrilla como prenda de su buena voluntad.

La marca de fábrica del ELN son sus atentados contra la infraestructura petrolera de Colombia, y en Venezuela se lo responsabiliza por la mayor cantidad de secuestros de nacionales en la conflictiva frontera entre los dos países. Según Víctor Ricardo, alto comisionado para la paz del gobierno del presidente colombiano Andrés Pastrana, las conversaciones se mantendrán en "absoluta reserva". Serán, o querrán ser, un adelanto de la "Convención Nacional de Paz" a la que aspira llegar el ELN, una solución de "refundación" de la legitimidad del Estado nacional sobre bases más amplias, no demasiado desemejante en suma a la Constituyente decretada en su país por el nuevo presidente venezolano Hugo Chávez.

El matutino de Caracas El Universal anunció ayer que ya se encuentran en la ciudad, y desde hace una semana, los representantes del ELN, Pablo Beltrán, Milton Hernández, y un tercer delegado, que se trasladó desde México. Los tres se reunirán en secreto con el comisionado colombiano Ricardo, y se espera la presencia de observadores internacionales que funcionen como garantes. Según los representantes del ELN, los objetivos más inmediatos de la reunión de Caracas son plantear el respeto al derecho internacional humanitario, conformar una zona de despeje militar para facilitar las negociaciones de paz, tal como se acordó con las FARC, y conseguir una entrevista personal con el presidente Pastrana.

El canciller venezolano José Vicente Rangel había confirmado el lunes la ronda de Caracas entre representantes del ELN y del gobierno colombiano. "Se nos pidió que facilitáramos la continuación de las conversaciones aquí en Venezuela, pero más allá no hay ningún compromiso de nuestro gobierno", explicó ayer. La iniciativa de llevar adelante la reunión pertenece al jefe mismo de las ELN, Nicolás Rodríguez "Gabino", quien sustituyó en la comandancia de la agrupación al fallecido sacerdote Manuel Pérez. Fundada en 1965, el ELN es una guerrilla de inspiración procubana a la que desde un principio se incorporaron sacerdotes de la Iglesia Católica que adscribían a los principios de la Teología de la Liberación y buscaban combatir la riqueza. Después de las FARC, es la primera fuerza guerrillera en Colombia y cuenta con unos 5000 hombres en armas.

Las fuerzas militares de Colombia rechazaron ayer violentamente que fueran sus aviones los que sobrevolaron en actitud hostil una zona selvática desmilitarizada de 43.000 kilómetros cuadrados por orden del gobierno para facilitar las conversaciones de paz con la guerrilla de las FARC. "Hay unos sectores dentro de las Fuerzas Armadas que se oponen a la voluntad de paz del señor presidente", había sido la denuncia del dirigente "Joaquín Gómez", vocero de las FARC, consecuente con la posición de su guerrilla de que la alianza entre sectores del ejército y paramilitares de derecha es la culpable de que el diálogo de paz no pueda progresar. Los sobrevuelos son "incontables", pues se presentan a cualquier hora del día, añadió "Gómez". Al menos uno fue captado en vuelo por las cámaras de televisión, y según las FARC se trata de los clásicos aviones CASA, de fabricación española, comprados por el ejército colombiano. El ministro de Defensa del gobierno conservador colombiano, Rodrigo Lloreda, admitió los sobrevuelos, pero negó la pertenencia de las aeronaves a cualquier cuerpo militar.

 

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